martes, 18 de febrero de 2020

ALEGACIÓN DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA


Ya está redactada y enviada al Ayuntamiento de Alquezar esta alegación de participación ciudadana junto con las más de dos mil doscientas firmas  en contra de la construcción de la tirolina.
110 folios... 

Muchísimas gracias a todos por vuestro apoyo.
Esta alegación la hago yo en nombre de todos vosotros, para sumarla a las que se presentan desde otros colectivos o instituciones.



AL ILMO AYUNTAMIENTO DE ALQUEZAR


Don JAVIER SUBÍAS OLIVAN con DNI ............ y domicilio a efecto de notificaciones en ............................. CP 22300 BARBASTRO digo:

Se ha publicado anuncio para someter a información pública la solicitud para la instalación fija de una de tirolina en la localidad de Alquezar: Expediente 25/2019 Publicado el 9 de enero de 2020.

Con arreglo a lo dicho en el citado anuncio y a lo establecido en el artículo 83 de la Ley 39/2005, los artículos 9.2 y 23.1 de la Constitución, y 15.3 de autonomía de Aragón, sobre derecho de participación ciudadana, se formulan las siguientes alegaciones:

ALEGACIONES:

Primero quiero recordar el artículo 45.2 de la Constitución:
«Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva»

Sentada esta base, reclamo con esta alegación y recogida de firmas que la acompaña, (más de 2200), tomar en cuenta que la actividad de esta instalación, tiene claramente una capacidad de transformación física de Alquezar, y del medio natural que conforma el Parque natural de la Sierra y los Cañones de Guara, y que por tanto comporta un enorme y manifiesto impacto en el territorio y sus habitantes.

Alegamos que este tipo de iniciativa, quizá por ausencia de medidas que dificulten el propósito de personas o entidades que anteponen sus intereses económicos o personales por encima del interés general, o de la protección de un espacio natural protegido, son un impulso equivocado por parte de las administraciones o Ayuntamientos.

Una improcedente e incontrolada forma de desarrollar actividades por parte de empresas de turismo, con evidente desdén y falta de educación ambiental.

Promueve el abuso de poder, contaminación ambiental, e incitación a ese turismo irreflexivo y masivo que siempre se intenta regular.

Evidenciamos que este proyecto de tirolina, engloba o está comprometida zona del propio Parque Natural Sierra y Cañones de Guara, zona de Protección Periférica, zona de Especial Protección para las Aves, Área de Plan de Recuperación del quebrantahuesos y Área de Plan de Recuperación del águila-azor perdicera.

Porque la normativa aragonesa contempla que los Parques Naturales, cuentan igualmente con una Zona Periférica de protección.
Y esto supone protección de esta zona periférica frente a impactos, igual al corazón del propio parque natural, y así está contemplado por la ley según el Art.16 del Título II del DL 1/2015 por el que se aprueba el texto reformado de la Ley de Espacios Naturales de Aragón: «En la norma de declaración de los espacios naturales protegidos podrán establecerse Zonas Periféricas de protección destinadas a evitar impactos ecológicos o paisajísticos procedentes del exterior.

Nos hallamos en un espacio natural que, debido a sus características biológicas o paisajísticas especiales, debería obtener una atención declarada por parte de las “administraciones públicas” para dirigir y garantizar su protección.

Una zona en la que el objetivo principal debe ser establecer un régimen jurídico básico para la conservación, uso sostenible, mejora, y “RESTABLECIMIENTO” de su patrimonio natural y su biodiversidad.

Asimismo, también existe una norma comunitaria que establece que: «Los Estados miembros adoptarán las medidas necesarias para que, antes de concederse una autorización, los proyectos que puedan tener efectos significativos en el medio ambiente, en virtud, entre otras cosas, de su naturaleza, dimensiones o localización, se sometan al requisito de autorización de su desarrollo, y una evaluación con respecto a sus efectos en el medio ambiente.» [artículo 2.1 de la Directiva 2011/92/UE].

Esta obligación general no se recoge de forma expresa en la legislación básica española ni en el desarrollo autonómico en cuestión, pero conforme a la doctrina jurisprudencial de que el derecho interno (nacional y autonómico) debe interpretarse conforme al Derecho comunitario y debe ser tenida en cuenta por la Administración a efectos de analizar aquellos proyectos que deben ser sometidos a evaluación ambiental y realizar un cribado, por tener, como este que nos ocupa, efectos significativos en el medio ambiente.  Nunca debiera haber llegado ni a esta fase de exposición pública.

Evidentemente se pretende construir en un espacio que, en razón de la belleza de su paisaje, la representatividad de su ecosistema o la singularidad de su flora, fauna, o formaciones geomorfológicas, poseen unos valores ecológicos, estéticos, y educativos, cuya conservación debe recibir una atención PREFERENTE.

Alegamos que tanto habitantes, turistas, políticos y empresarios, tenemos el “Deber de conservar”.
Y aquí, en este caso, se observa una gran falta de implicación en la conservación del patrimonio natural, por parte de los empresarios y propietarios que lo proyectan, y un “absoluto” interés por una explotación directa o indirecta de los recursos naturales como si fuesen suyos e infinitos.

El turismo de naturaleza implica la realización de actividades turísticas, utilizando de diversas formas los recursos ambientales del entorno.
Actividades orientadas a ofrecer al turista la posibilidad de ocupar su tiempo libre, de ocio y vacacional con una serie de prácticas en las que éste sea agente activo de dicha actividad sí, pero el objetivo principal, es y debe ser una experiencia ecológica que no altere el paisaje ni el hábitat donde se comete.
No creo que este proyecto cumpla con nada de esto.

REFLEXIÓN Y REQUERIMIENTO:
  
Parque natural de la Sierra y los cañones de Guara.
Estamos en un territorio de ecoturismo, turismo verde, turismo rural, agroturismo, etc, etc.
Un territorio de carácter globalizador con muchas variantes para un turismo “CONSCIENTE Y RESPETUOSO”.

Por tanto, yo como portavoz, y las más de dos mil doscientas firmas que se suman a esta alegación, exigimos la paralización total de esta iniciativa comercial manifiestamente destructiva, y en el futuro una conveniente instrumentación de los planes de gestión de nuestro espacio natural protegido. Un área de referencia, protegida a nivel ambiental, social, e histórico cultural.

Demandamos una gestión eficaz de protección y mantenimiento de la diversidad biológica, los recursos naturales, históricos y culturales, a fin de alcanzar objetivos de conservación y un uso sostenible efectivo.

Esta instalación claramente entra en conflicto con todo esto, y generará un impacto negativo en el medio, que puede alterar tanto la calidad del turismo como la diversidad ecológica.
Algunos impactos que produciría, son indirectos y todavía difíciles de cuantificar, pero otros son obvios y bien visibles.

El turismo engloba toda la actividad humana relacionada con el desplazamiento de personas desde sus lugares de residencia a lugares como Alquezar, que atesoran atractivos naturales (paisajes, biodiversidad, etc.) y culturales (centros históricos, eventos, estilos de vida, etc.) capaces de satisfacer sus necesidades y deseos.
Y el estudio del turismo en las últimas décadas, evidencia con rotundidad que una de las claves determinantes para la elección de un destino, es la imagen que los potenciales turistas tienen del mismo.
Una imagen definida como la representación mental que un individuo tiene de los conocimientos, sentimientos e impresiones conjuntas sobre ese destino.

Desde principios de los 90, correspondiéndose con un contexto social de preocupación por la crisis medioambiental, se producen modificaciones fundamentales en la demanda turística, con un aumento de la exigencia en términos de servicios y calidad ambiental observados a través de la información del destino (imagen proyectada, prensa, redes sociales, etc.), pasando la percepción a ser un valor decisorio.
E incluso siendo superficiales, es evidente que la oleada de turistas derivada de la ampliación de las pasarelas y sus consecuencias, o el impacto multiplicador que se produciría tras la instalación de esta tirolina, supongan una imagen positiva para Alquezar ni para la zona.
Alquezar ya comienza a ser un destino que la gente señala como “masificado” por culpa de este tipo de actuaciones.

Todo resulta incompatible con esta actividad e instalación, muy alejada de un turismo sostenible, por el consiguiente deterioro de la imagen, y el paisaje.

Por todas esas razones deben considerarse nulos de pleno derecho los actos y acuerdos que permitan la ordenación de esta actividad, su evaluación ambiental, estratégica, y la correspondiente participación pública.

No hay excusa para que el Ayuntamiento o la Comunidad Autónoma no asuma sus responsabilidades constitucionales y autonómicas en materia de planificar una utilización racional de los recursos naturales que sea respetuosa con la ordenación del territorio, el urbanismo y el medioambiente.

Reclamo, o reclamamos, abortar este proyecto, y además adoptar algún tipo de medidas que impidan iniciativas de este tipo en el futuro.
Exigimos cometer una buena gestión de Alquezar, su entorno, el Parque Natural y aledaños, con actividades que contribuyan de una u otra forma por encima de todo a conservar los recursos que utilizan, con un modelo de turismo que debe ser una herramienta óptima para el desarrollo y la protección ambiental. Un factor de enorme importancia en espacios naturales protegidos que reciben gran afluencia de visitantes debidos a las actividades recreativas y turísticas en la naturaleza, como sería el caso.

Creemos que las cuestiones previas planteadas son suficientes para proceder a suspender la tramitación y archivar el expediente.


SOLICITO que tenga por presentadas en tiempo y forma las presentes alegaciones con sus 2200 firmas adjuntas, y conforme a lo expresado proceda a inadmitir o subsidiariamente desestimar la solicitud del permiso de construcción de dicha instalación por su confuso y engañoso informe y propósito, y su la clara agresión al medio natural y paisajístico de Alquezar en particular y este parque natural.

OTROSÍ digo que conforme a la condición de interesado que muestro sea reconocida y
SOLICITO que se me dé traslado de cuantas actuaciones se realicen en el expediente de otorgamiento del permiso de investigación en trámite.


En BARBASTRO A 18 DE FEBRERO DE 2020

     

Firmado: Javier Subías Olivan.  



 

martes, 4 de febrero de 2020

SI A LA TIROLINA, PERO NO….

Si a la Tirolina, pero en un espacio adecuado razonable y lógico.

Hace muchos muchos años,
cuando comencé a hacer de guía en el camping del rio Vero (cuando no se llevaba casco…), bajaba guiando un grupo por el barranco del Fornocal, cuando un francés que andaba haciendo la cabra por las vertientes del primer rapel, origino una caída de piedras, y ¡bingo!, en toda mi cocorota, causándome una escandalosa (por la sangre) raja. 
No me extenderé en la anécdota.
La salvé, y concluí el barranco y la jornada con el grupo entusiasmado, y yo en urgencia con cuatro puntos en la cabeza.
La historieta viene a colación, a que la he rememorado al leer la nota de prensa de los hacedores del proyecto la Tirolina de Alquezar.

Aquel señor francés que me produjo el percance, cuando bajo el rapel, y se interesó por mi cabeza, me soltó: - “Yo tengo muchísima experiencia como barranquista; me he roto ya un brazo, una pierna, un tobillo, etc, etc…”

¡No hay más preguntas señor juez!

Pues eso ha resonado en mi cabeza al leer la nota de prensa de estos señores. “Amamos profundamente la Sierra de Guara y su parque Natural, somos ecologistas adelantados a nuestro tiempo, y, por tanto: Vamos a atraer con este proyecto a diez mil visitantes más para que se lancen por ella (en silencio, para no alterar la fauna avícola); a ocultar una red de alta tensión con esta preciosa macro tirolina; vamos a cometer un sendero botánico para instruir sobre el romero y las carrascas de la zona, arrasando previamente unas cuantas especies, para construir los servicios y la instalación, etc, etc, etc….”

Palabras Claves: Parque natural, bien público, interés general, estado, usufructo, explotación.
Pretenden construir esta tirolina en medio del barranco del Vero. Para darnos la oportunidad de verlo a vista de pájaro… Sigo frotándome los ojos, y sigo sin entender nada.
Como bien ha contestado una chica en las redes sociales:- “A otro perro con ese hueso”. No cuela. No queremos comprar esta moto que pretenden vendernos.
Poseemos un parque natural.
Por parque natural debe entenderse aquel espacio natural que, debido a sus características biológicas o paisajísticas especiales, obtienen una atención manifiesta por parte de las “administraciones públicas” para dirigir y garantizar su protección, orientándose hacia su conservación y mantenimiento de su paisaje, su flora y su fauna.
¿Cómo pueden apoyar este proyecto desde ninguna administración pública?
Cuando se declara una zona como parque natural, el objetivo principal es el establecimiento del régimen jurídico básico para la conservación, uso sostenible, mejora, y señores, “RESTAURACIÓN” del patrimonio natural y de la biodiversidad de la misma.
Tenemos y tienen el “Deber de conservar” señores políticos y empresarios.
Los parques naturales están constituidos por aquéllos espacios que, en razón de la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su flora, su fauna, sus formaciones geofísicas (no sé si se dice así), poseen unos valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos cuya conservación ha de recibir una atención PREFERENTE.
Y tenemos una de estas joyas aquí en nuestro territorio. Única.
Y en este caso, se observa por desgracia una gran falta de implicación en la conservación del patrimonio natural, por parte de algunos empresarios, propietarios y autoridades”; se aprecia “sospechoso interés por la explotación directa o indirecta de los recursos naturales como si fuesen suyos e infinitos”.
Unos intereses personales que no son de interés general.
Es un hecho la incorporación de la naturaleza como bien de consumo inherentes incluso a una “moda ecológica”.
Y se demanda este nuevo turismo que, tomando el concepto de “calidad de vida”, proporciona una alternativa “natural” a la pretendida “artificiosidad” de la sociedad actual.
Y si, el turismo de naturaleza implica la realización de una serie de actividades turísticas que se desarrollan en áreas naturales, utilizando de diversas formas los recursos ambientales del entorno.
Con actividades orientadas a ofrecer al turista la posibilidad de ocupar su tiempo libre, de ocio y vacacional con una serie de tareas en las que éste sea agente activo de dicha actividad.
Pero, el objetivo principal en un lugar natural protegido, es ofrecer una experiencia ecológica que consista en no alterar su hábitat.
No creo que este proyecto cumpla con nada de esto.
Los turistas de naturaleza son viajeros cosmopolitas, perspicaces y exigentes. Generalmente conocedores del tema medioambiental, y exigen experiencias que eleven sus conocimientos y participen de la naturaleza.
El turista de naturaleza generalmente es bien educado, consciente en lo que a medio ambiente se refiere y demanda instalaciones que estén en armonía con el medio. ¡ejem…!
Esos son los turistas que nos interesan. Y los hay a paladas.
No matemos la gallina de los huevos de oro.
Ecoturismo, turismo verde, turismo rural, agroturismo, etc, etc.
La naturaleza tiene carácter globalizador y contiene muchas variantes para este turismo “CONSCIENTE Y SOBRE TODO RESPETUOSO”.
El ecoturismo también es turismo.
Un turismo que implica ese concepto de conservación que algunos se saltan a la torera.
Como ciudadanos, exijamos el buen manejo de los fondos, y una correcta instrumentación de los planes de gestión de nuestros espacios naturales protegidos, muchas veces en manos de quienes pretenden explotarlos económicamente. Porque también son nuestros, fueros de nuestros padres, y se los dejaremos a nuestros hijos.

Recordémosles a estas personas, que las áreas protegidas son paisajes o escenarios naturales de referencia a nivel ambiental, social, e histórico cultural que están “consagrados”.
Demandemos una gestión eficaz de protección y mantenimiento de la diversidad biológica, los recursos naturales, históricos y culturales, a fin de alcanzar objetivos de conservación y un efectivo uso sostenible.
No nos equivoquemos.
El turismo de naturaleza representa una herramienta muy valiosa para generar un desarrollo sostenible en las áreas protegidas.
Y esto es desarrollo económico y turístico, pero así mismo, la conservación de los recursos que lo mantienen.
Estos espacios protegidos son el pilar fundamental para la conservación de la biodiversidad y ese desarrollo sostenible.

El turismo de naturaleza, como cualquier otra actividad, si no está bien regulado, puede generar impactos negativos en el medio que pueden alterar la calidad del turismo y la diversidad ecológica.
La tipología y dimensión de los impactos relacionados con el turismo de naturaleza varía con el tipo de actividad realizada en un lugar concreto. Algunos impactos son indirectos y difíciles de cuantificar, pero otros son tan obvios y directos como este, y los podemos evitar. Hagámoslo.