Cada etapa de la vida es única e...”irrepetible”, pero la etapa de la “infancia” es muy determinante para la vida de cualquiera. Para lo bueno y para lo malo.
Salvando lo malo, eran aquellos maravillosos años en los que no nos complicábamos la vida, y disfrutábamos de cada instante; aquellos años en lo que todo, por enrevesado que fuera, lo convertíamos en un juego.
Ahora, ya de "adultos", por el contrario, nos angustiamos con cualquier cosa, y todo tiene que tener un “porque” o un “porque no”.
Este pasado domingo, como muchos otros, quedé a correr un rato con algunos amigos, y seguí recapacitando sobre un tema que se fraguó en mi cabeza unos días antes, cuando como otras veces recibí una llamada para preguntarme, -¿saldrás a correr mañana?.
Esta pregunta me hizo recordar aquellas ocasiones cuando de pequeños, llamábamos a casa de nuestros amigos para indicarles:
- ¿Está Fulanito?...
- ¿Padre o hijo?...
- Hijo...
- Ahora se pone....
- Siiii...
- Fulanito, ¿sales a jugar?...
Siendo niño todo parecía tan colosal... No salíamos solo a jugar a la calle, salíamos de expedición. Cuando necesitábamos ver la inmensidad desde lo alto, trepábamos a un enorme árbol.
Ahora, somos adultos, si, pero quizás esos juegos o acciones infantiles de corre corre que te pillo, o esa bicicleta que en nuestra imaginación era un caballo o una moto, esas exploraciones de casas abandonadas o recónditos bosques, o esas escaladas de formidables árboles, han prosperado junto con nosotros en el perfil adulto de hacer footing, nadar, escaladas, o ir en bici... sin mas.
Cuando niños, nuestras fantasías hacían acrobacias en torno a los personajes que participaban de nuestra imaginación. Ahora de adultos no solo los emulamos, somos nosotros mismos, corriendo mas lejos, escalando mas alto, o llevando aquellas fantasías a un entorno real.
Somos adultos, si, pero quizás solo en el perfil, porque puede que en el fondo seamos aún esos niños deseosos de salir a jugar con nuestros amigos a la calle en forma de quedar a correr, salir al campo en apariencia de excursión, escalada o expedición, o a jugar al río en la silueta de descender un barranco.
En definitiva, la vida está llena de magia para la persona que se deja arropar por ella.
Asociamos la niñez con inocencia, naturalidad y alegría, y pensamos que al hacernos adultos, esos valores se deben sustituir por otros como la sensatez, formalidad o madurez...¿No pueden convivir juntos?... Yo pienso que si.
Hacerse adulto no implica tener que olvidar al niño que todos llevamos dentro.
No dejemos morir ese niño.
No pretendo ser utópico con este post. La infancia es una etapa de felicidad, en la que por general, no se tiene conciencia de la existencia de problemas, ya que otros nuestros padres, maestros, etc. los solucionan por nosotros. Sin embargo después, crecemos, y se produce un cambio de mentalidad tomando conciencia de las responsabilidades. Entonces, cada persona empieza a orientar su vida en una determinada dirección y madura equivocándose una y otra vez, esa es la realidad.
Pero con este post, pretendo ser realista al afirmar que el deporte “en general”, es una forma de mantenernos en contacto directo, en roce continuo con esa etapa de felicidad y juego, y pretendo decir... ¿sales a jugar?
Vale.
ResponderEliminartienes toda la razon, pero lamentablemente la mayoria de las personas cuando nos hacemos adultos escondemos ese niño, por miedo a que diran de nosotros
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. En su dia yo redacté un post similar. Si a pesar de peinar canas, no seguimos siendo un poco "aquellos adolescentes alocados".
ResponderEliminarCierto, la infancia es la etapa más importante de cualquier persona, del óptimo desarrollo en estos años depende en gran parte nuestro futuro y no esta de mas tenerlo siempre presente.
ResponderEliminarYo, si quiero..........
ResponderEliminar¿Padre o hijo? jajajaja es tal cual. Muy bueno este escrito
ResponderEliminarSentirse joven tiene mucho que ver con cuidar es@ niñ@ que todos llevamos dentro. Buen post, como siempre
ResponderEliminar... pero, en este juego... ¿quien la paga?
ResponderEliminarEste comentario.... el día 28 de Diciembre... Salir a jugar: de niño, de mayor...
ResponderEliminarLuego te encuentras un anorak relleno tirado en el suelo y..
¿será....? ¡¡Qué tiempos!!!
Eso era tambien deporte o solo juego.
Pilar: Yo mismo.
ResponderEliminarPit: Jo si, que tiempos aquellos, pero tambien, que tiempos estos que tambien serán aquellos..
A todos: gracias
Cuando se sigue siendo niño, se sigue creyendo en que todo es posible, se tiene esperanza, se es lo que uno es, se vive el momento de manera intensa, se olvida uno de todo lo que no nos ocupa. Se busca pasarlo bien con lo que se tiene a mano... no se piensa tanto en el futuro...
ResponderEliminarBuena entrada javier, y feliz2011 a todos