En toda pugna, para que uno gane, otro tiene que perder.
Este es el origen de esa competitividad, que siempre está presente.
Este es el origen de esa competitividad, que siempre está presente.
De algún
modo, todos queremos tener éxito, gloria, y para lograrlo competimos, incluso
inconscientemente.
Probablemente ni es culpa nuestra. Nos educan para competir
desde pequeñitos: Primero por la atención y el cariño de los adultos, después
por pillar más chuches o el mejor columpio del parque; por destacar en los
juegos infantiles o sacar mejores notas; mas tarde por ese o esa chic@ que nos
atrae, o para conseguir el mejor puesto de trabajo, etc, etc.
Y con todo esto, sin pretenderlo, nos incorporamos a una encubierta búsqueda de popularidad.
Y con todo esto, sin pretenderlo, nos incorporamos a una encubierta búsqueda de popularidad.
Porque esta nos parece indispensable, o nos han hecho creer que lo
es para llegar a adquirir poder y autoestima. Ser líder en algo. Porque el
líder sobresale, es admirado y es más y mejor aceptado.
Hay líderes naturales, pero otros pueden o podemos llegar a serlo si las habilidades que poseemos (y todos tenemos alguna) son convenientemente bien vistas por los demás. Arte, escritura, fotografía, música, "política"; son muchos los campos dependiendo de tus aptitudes.
En el deporte, las opciones eran mas bien escasas, porque estaban establecidas obedeciendo a tus facultades físicas innatas y tus resultados. Pero, ahora hay nuevas y astutas maniobra para destacar independientemente de tu condición:
Si puedes ganar, pues bien; pero si no, pues te lo inventas y lo simulas.
¿Qué cómo?. Pues puedes ser él mas lento, pero el que corre mas kilómetros; el que sube mas veces a; el que realiza mas maratones, más Trails, más Ultras o mas Aironmanes; El que por primera vez realiza la travesía X con patines en línea ayudado únicamente por una cometa casera, o caminando hacia atrás, o de rodillas, etc, etc. Con imaginación... todo vale. Porque probablemente no puedas ganar una maratón, pero ¿y si haces "tú solo" (esto es indispensable para quedar el primero) tres maratones diarios durante una semana?; ¡¡21 maratones en una semana!!. Pues, que si lo consigues, ¡habrás ganado!. Por lo menos figuradamente, habrás vencido al resto de la humanidad, que ni se le pasa por la cabeza intentarlo. Serás el campeón del mundo de eso que has ideado. Por un momento experimentarás ser él más fuerte, el mejor, el gran guerrero que se abre paso conquistando las metas que parecen inalcanzables para el resto de los mortales. (Aunque... si té confías, seguro que a continuación aparece alguien, que ha descubierto tu desafío, y tiene mas tiempo libre, y hace cuatro maratones diarios durante "cuatro semanas" y te jode el reto y la honra...)
Pero...¿Porqué que hacer esto?, ¿Para que?... mmmm...¿Para contarlo?. No se me ocurre otro motivo.
¿Si no tuvieras la posibilidad de contarlo a los cuatro vientos, lo harías?.
Internet, y las redes sociales, han propiciado esta disputada acometida de retos extravagantes. Han facilitado para bien o para mal, que todos podamos divulgarnos, publicitarnos y auto deleitarnos con un solo ¡Clik!.
Han reavivado algo tan arcaico como "A ver quien la tiene mas larga", pero de manera alegórica claro, y eso sí, pregonada mediáticamente.
Me pregunto, ¿porque raramente las mujeres caen en esta misma quimera de auto regodeo? ¿Son incapaces, o bien más inteligentes?... Me decanto por esto último. ¿Por eso se denominan machadas u hombradas?.
Somos machos alfa; la competitividad nos la tatúan sin anestesia con un machete al rojo vivo en los genes, y posiblemente este tatuaje genético nos incita en cierta forma para entregarnos y esforzarnos en retos extravagantes y quizás absurdos. No obstante, son hilaridades de niños grandes que aparentemente no hacen daño a nadie.
Lo malo, es que por culpa de esto desperdiciamos nuestras verdaderas facultades, y se promueve un gesto de ausencia de compromiso hacia tú verdadera realidad y tu entorno más cercano.
En fin, toda nuestra vida se rige por la competencia, y por supuesto creemos que saber competir es un punto a nuestro favor; como si de un rasgo positivo de personalidad se tratara. Por eso, incluso en situaciones totalmente innecesarias como estas de "hacer lo que nos gusta", ya sea correr, escalar o ir en bici, la utilizamos: -¿Qué grado tienes?; -¿Qué marca tienes en media o en maratón?; -¿En cuanto tiempo has hecho tal o cual Ultra o la Quebrantahuesos?...En definitiva: -¡Sacala! ¡Yo la tengo más larga!...
¿Sentirnos ganadores estimula nuestra autoestima, o más bien ese concepto "equivocado" que tenemos de nosotros mismos?.
Somos ese niño que llora de rabia e impotencia cuando ve que ha sacado un notable en vez de un Sobresaliente. Vivimos las situaciones de competencia con tal auto exigencia, que al final lo que te provoca curiosa y paradójicamente es lo contrario, un sinfín de desengaños y frustraciones.
Compitamos si, pero por el simple gusto de hacerlo. Por esa sensación de satisfacción interna que a algunos les resulta cuando ganan, pero siendo siempre conscientes, que igual que hoy ganas, mañana puedes perder y no pasa nada. Divirtámonos.
La competitividad ya nos la impone la sociedad, por eso, no hagamos de nuestras vidas un constante reto. De vez en cuando tenemos que aprender a rechazar esta aptitud por negativa e innecesaria. Recapacitar en conciencia.
Hay líderes naturales, pero otros pueden o podemos llegar a serlo si las habilidades que poseemos (y todos tenemos alguna) son convenientemente bien vistas por los demás. Arte, escritura, fotografía, música, "política"; son muchos los campos dependiendo de tus aptitudes.
En el deporte, las opciones eran mas bien escasas, porque estaban establecidas obedeciendo a tus facultades físicas innatas y tus resultados. Pero, ahora hay nuevas y astutas maniobra para destacar independientemente de tu condición:
Si puedes ganar, pues bien; pero si no, pues te lo inventas y lo simulas.
¿Qué cómo?. Pues puedes ser él mas lento, pero el que corre mas kilómetros; el que sube mas veces a; el que realiza mas maratones, más Trails, más Ultras o mas Aironmanes; El que por primera vez realiza la travesía X con patines en línea ayudado únicamente por una cometa casera, o caminando hacia atrás, o de rodillas, etc, etc. Con imaginación... todo vale. Porque probablemente no puedas ganar una maratón, pero ¿y si haces "tú solo" (esto es indispensable para quedar el primero) tres maratones diarios durante una semana?; ¡¡21 maratones en una semana!!. Pues, que si lo consigues, ¡habrás ganado!. Por lo menos figuradamente, habrás vencido al resto de la humanidad, que ni se le pasa por la cabeza intentarlo. Serás el campeón del mundo de eso que has ideado. Por un momento experimentarás ser él más fuerte, el mejor, el gran guerrero que se abre paso conquistando las metas que parecen inalcanzables para el resto de los mortales. (Aunque... si té confías, seguro que a continuación aparece alguien, que ha descubierto tu desafío, y tiene mas tiempo libre, y hace cuatro maratones diarios durante "cuatro semanas" y te jode el reto y la honra...)
Pero...¿Porqué que hacer esto?, ¿Para que?... mmmm...¿Para contarlo?. No se me ocurre otro motivo.
¿Si no tuvieras la posibilidad de contarlo a los cuatro vientos, lo harías?.
Internet, y las redes sociales, han propiciado esta disputada acometida de retos extravagantes. Han facilitado para bien o para mal, que todos podamos divulgarnos, publicitarnos y auto deleitarnos con un solo ¡Clik!.
Han reavivado algo tan arcaico como "A ver quien la tiene mas larga", pero de manera alegórica claro, y eso sí, pregonada mediáticamente.
Me pregunto, ¿porque raramente las mujeres caen en esta misma quimera de auto regodeo? ¿Son incapaces, o bien más inteligentes?... Me decanto por esto último. ¿Por eso se denominan machadas u hombradas?.
Somos machos alfa; la competitividad nos la tatúan sin anestesia con un machete al rojo vivo en los genes, y posiblemente este tatuaje genético nos incita en cierta forma para entregarnos y esforzarnos en retos extravagantes y quizás absurdos. No obstante, son hilaridades de niños grandes que aparentemente no hacen daño a nadie.
Lo malo, es que por culpa de esto desperdiciamos nuestras verdaderas facultades, y se promueve un gesto de ausencia de compromiso hacia tú verdadera realidad y tu entorno más cercano.
En fin, toda nuestra vida se rige por la competencia, y por supuesto creemos que saber competir es un punto a nuestro favor; como si de un rasgo positivo de personalidad se tratara. Por eso, incluso en situaciones totalmente innecesarias como estas de "hacer lo que nos gusta", ya sea correr, escalar o ir en bici, la utilizamos: -¿Qué grado tienes?; -¿Qué marca tienes en media o en maratón?; -¿En cuanto tiempo has hecho tal o cual Ultra o la Quebrantahuesos?...En definitiva: -¡Sacala! ¡Yo la tengo más larga!...
¿Sentirnos ganadores estimula nuestra autoestima, o más bien ese concepto "equivocado" que tenemos de nosotros mismos?.
Somos ese niño que llora de rabia e impotencia cuando ve que ha sacado un notable en vez de un Sobresaliente. Vivimos las situaciones de competencia con tal auto exigencia, que al final lo que te provoca curiosa y paradójicamente es lo contrario, un sinfín de desengaños y frustraciones.
Compitamos si, pero por el simple gusto de hacerlo. Por esa sensación de satisfacción interna que a algunos les resulta cuando ganan, pero siendo siempre conscientes, que igual que hoy ganas, mañana puedes perder y no pasa nada. Divirtámonos.
La competitividad ya nos la impone la sociedad, por eso, no hagamos de nuestras vidas un constante reto. De vez en cuando tenemos que aprender a rechazar esta aptitud por negativa e innecesaria. Recapacitar en conciencia.
Espectacular este post . Es algo que todos pensamos y de lo que hablamos. El dedo en la llaga. Incluso hay gente que se financia sirviendose de hacer tal cosa por una asociación benefica, porque eso les da cobertura mediatica y les ayuda, pero en realidad esas asociaciones no reciben nada por su parte. Si no te importa, este post lo comparto.
ResponderEliminarBueno, aunque no me refería a esto, si es cierto que para cometer y en cierta forma adornar alguna de estas hombradas, existe gente que se abraza a los motivos solidarios (cada vez más). Y para nada dudo que más de uno sean honestos y nobles, pero como cuando vemos a un indigente mendigar, y no le damos nada dudando de su honradez, recelando por si obedece a alguna banda organizada, también aquí, por culpa de este incremento de "almas solidarias", (en este caso no para enriquecerse, si no para promocionarse o financiarse), se permite el beneficio de la duda y pagan justos por pecadores. Gracias por tu comentario, y para nada me importa que lo compartas
Eliminaróle!!.
ResponderEliminarJodidas verdades como puños. Las mujeres nos dan mil bueltas
ResponderEliminarGran post... es verdad, a veces es dificil percatarse si de verdad quieres afrontar un reto por ti mismo y por que te apetece... o si lo que quieres es contarlo al los demas, "presumir" de tus andanzas ante el resto del mundo que te rodea. Saludos.
ResponderEliminarTengo que agredecerte tus, otra vez más, lúcidas palabras.
ResponderEliminarEfectivamente, hay veces que perdemos el norte (yo me incluyo), y ya no sabemos si hacemos las cosas por la vivencia y la importancia intrínseca para nosotros mismos, o para poder contarlas o compararlas. Esperemos volver (o mantenernos) a valores más sensatos.
Saludos.
Creo que este post y el anterior (¿progresar?) son una acertadísima invitación a parar, mirar atrás, reflexionar sobre lo que haciamos, cómo y por qué lo haciamos y la manera en que lo disfrutábamos y recuperar todo lo que hemos perdido por el camino por culpa de todas esas cosas que tan bien explicas en ambos.
ResponderEliminarBuena reflexión sí señor, lo que está claro esque las redes sociales son el mejor altavoz para posicionarnos y autopublicitarnos. También pienso que a veces se corre para los demás en vez de para uno mismo por las mismas razones que explicas en tu post.
ResponderEliminarQué lastima por la gente que ace éso pierden la vida en una mentira. La felicidad qué da el acer las cosas por gusto, sin necesidad dé demostrar nada, también pienso qué en los dos géneros pasa lo mismo.
ResponderEliminarSe puede decir mas alto pero no mas claro, añadiría dos cosas:
ResponderEliminarSi esta actitud es lamentable, mas aun es la de frustrarse por intentar ser y no serlo, me explico, por intentar entrar en ese juego y no conseguirlo, el de ser sin ser, el de intentar destacar con tus actos en vez de con tu hechos.
Si Javi, es cierto lo que dices, pero quien este libre de culpa que tire la primera piedra, nos emborrachamos con fantasías y creemos ser lo que no somos, aunque la vida siempre pone en su sitio todo y al final como tu dices, uno es lo que cree ser.
Fíjate las Ultras, cada vez los organizadores aumentan su dureza con el fin de que sean mas atractivas, estamos metidos en una espiral en la cual prima y yo dos huevos duros mas.
Sobre las redes, todos las utilizamos por lo que en ese juego entramos todos en mayor o menor medida.
Una vez mas impresionante Post.