Estos dias estoy ayudando a un buen amigo a iniciarse en esto del correr.
Y lo hacemos con sesiones de quince minutos.
Para mi es mas importante la constancia que la abundancia; La cabeza al físico.
Porque si no disfrutas, muchas veces, nos anestesiamos con cualquier excusa para no salir ni a correr, ni a hacer cualquier actividad que deseamos.
Y lo hacemos con sesiones de quince minutos.
Para mi es mas importante la constancia que la abundancia; La cabeza al físico.
Porque si no disfrutas, muchas veces, nos anestesiamos con cualquier excusa para no salir ni a correr, ni a hacer cualquier actividad que deseamos.
Nos
desbarata la pereza, y nos conduce a malgastar el tiempo en un inconsciente
"no hacer nada", alejándonos de nuestro presente.
Nos
dejamos llevar por la inercia de no arrancar.
Esta
pereza inhibe nuestra capacidad de superación encerrándonos en una franja de
mal entendida comodidad y limitándonos.
Y
sólo se evapora al reunir el coraje de responsabilizarnos formalmente de
nuestra propia vida, tomando la decisión de activarnos; de ser
"activos".
Recordar: Nuestros actos son fruto de nuestras decisiones, y no de nuestras condiciones.
Recordar: Nuestros actos son fruto de nuestras decisiones, y no de nuestras condiciones.
De
ahí la importancia de ejercitar la actitud; una actitud constructiva y
positiva.
De
convertir esta disposición en la esencia de tu empeño personal.
Porque
una cosa es disfrutar del descanso y, otra paralizarnos y quedarnos apáticos.
Apartar
la pereza implica simplemente, comenzar a ser protagonistas de nuestra vida, y
llevar a término todo aquello que deseamos.
Se
trata de soñar, si, pero de despertar a esos sueños; bien sean correr algo
determinado, descender el Vero, subir al Aneto, o ascender un ocho mil (¿por
qué no?...)
Al
final, por pequeño que sea el objetivo, el premio es mayor que cualquier
trofeo: Libertad y
satisfacción.
Siiii,
es cierto. Hay días mejores y peores, y no siempre estamos con el mismo ánimo
ni disposición.
Pero
entonces, en esos momentos peores hay que aprender a rediseñarse. Y (retomando
el correr), tu ritmo en general lo debe marcar tu mente.: Has de saber aprender
a medirte; aprender a regular tus fuerzas.
Cuando
eres novel, tiendes a precipitarte, y a ir a toda caña, porque te parece que
eso es lo mejor.
Sin
embargo, el arte de correr consiste en conocerte bien, y saber jugar con tus
ritmos y capacidades.
Saber
decidir (sobre todo en distancias largas) cuando espolearte y cuando pararte.
Saber
muy bien que si no vas al ritmo adecuado, té arriesgás a que aparezca el tipo
ese del mazo...
Consiste
en entender la mecánica de carrera (llamo carrera a cualquier dia de trote):
Visualizando mentalmente de dónde partes, en que condiciones y dónde quieres
llegar.
Intentando
percibir como tus piernas se cargan de potencia y como la desarrollan a cada
momento.
Finalmente,
en general, se trata de saber extirpa cualquier pensamiento negativo.
La
diferencia entre no puedo más y aguanta un poquito
más es la diferencia
entre llegar o no.
Tu
mente no se debe sujetar ese no puedo, o es imposible.
Cambia
esos pensamientos por continúa, o no pares
Anímate
a ti mismo o a los demás.
Concretamente:
implica tu mente en el ejercicio, concentrándote y motivándote. Aprende a
escuchar a tu cuerpo y sobre todo a tu mente.
Después
solamente, dejarte llevar por esa inercia positiva...
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