
Regresé de India, y asuntos “intestinos”, me han mantenido digamos... distraído.
Aun así, me
comprometí a realizar el audiovisual sobre el viaje y la experiencia para las
jornadas montañeras de mi club Montañeros de Aragón, con tan solo tres semanas
de tiempo.
Escritura del guión
en cuatro días, mandarlo a Patricia, y desde la semana pasada, que me lo mandó,
ir inventando y armando ese detallado puzzle de imágenes y sonidos, sacando
horas de donde puedo.
Y conseguiré tenerlo
listo para su estreno el dia dos de Diciembre. Deseoso de que guste claro.
¿Tras esto que? :
Pues reflexión, entusiasmarme redundadamente con cualquier otro proyecto, y
acrecentar mis rodajes por el monte sin ningún objetivo concreto; Simplemente
porque me apetece mucho, tengo ganas y disfruto mucho de ello.
Es precisamente en
los instantes en los que la vida te oprime un poco, cuando correr, salir
de excursión, o mirar una luna como la que estamos disfrutando estos días, te
da aire y te reanima.
En mi caso, con mas de treinta años de experiencia corriendo
por correr, no es una teoría, es un hecho ya probado.
Buscas la respuesta de tu organismo, de tu mente, ante un
estímulo que te produce liberación, evasión; buscas impulso positivo.
Porque por desgracia, frente a una amenaza de opresión, o
estrés, tenemos los recursos muy limitados para proceder, así que el deporte
refuerza ese factor.
En breve termina el
año. Y a un año de cumplir los cincuenta, mi primer propósito es sencillamente
seguir igual.
Superar otro año mas
con esa percepción de que, el tiempo no pasa. (físicamente hablando)
Igual me engatuso a
mí mismo, pero francamente, mantengo las mismas sensaciones físicas desde los
treinta años. Bueno... un poquito menos flexible en muchos aspectos.
Afortunadamente, creo que en otros he evolucionado.
Tras regresar hace
solo dos meses del Himalaya Indio, como cada año desde hace muchos, me
preguntan que planes tengo: –“Tu siempre estás maquinando algo”, me dicen.
Y no; no tengo ningún
plan secreto.
Mi plan desde hace ya
algunos años, para bien y para mal, es amparar mi instinto, y mis corazonadas.
Y dentro de mis posibilidades y responsabilidades, tratar de realizar lo que me
pide el cuerpo y el corazón, y no lo que esperan de mí.
Lo más inmediato, y
en cuanto pueda, organizar de nuevo, o más bien ser portavoz (a petición
popular) de la ya “Sexta Trotada Cervecera en Barbastro”.
También es verdad,
que si estoy maquinando, determinando y proyectando junto con Modoviaje de
Barbastro, la próxima aventura compartida 2017, que casi con toda seguridad nos
llevará por las montañas de Tibet.
Pero entre medias,
como siempre manifiesto, hacer improvisadamente lo que me colme: Escalar,
esquiar, correr alguna carrera sobre la marcha que me haga tilín, hacer,
acompañar, y/o grabar barrancos u otras actividades relacionadas con la montaña
y la naturaleza, etc, etc. Por suerte, mi hija ya tiene seis años, y comenzamos
a compartir ya actividades en la naturaleza. Ese si es un buen plan para muchos
años.
De hecho, planeo
volver a dar cursos de escalada, pero con niños de su edad; Después de
barranquismo, etc.
Todas las personas nacemos como algo único, pero la mayoría
mueren o moriremos como una réplica, por imitar a los demás, y no tener cosas,
realidades, objetivos, que marquen tú diferencia del resto.
Por eso, hay que hacer lo posible para que nunca falten planes. Tus planes. No el de los demás.
Ese es el oficio de vivir.
Por eso, hay que hacer lo posible para que nunca falten planes. Tus planes. No el de los demás.
Eres un crack Javier. Siempre es un gustazo leerte, de veras. Deseando estoy de ver tu última aventura un saludo enorme :)
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