martes, 4 de febrero de 2020

SI A LA TIROLINA, PERO NO….

Si a la Tirolina, pero en un espacio adecuado razonable y lógico.

Hace muchos muchos años,
cuando comencé a hacer de guía en el camping del rio Vero (cuando no se llevaba casco…), bajaba guiando un grupo por el barranco del Fornocal, cuando un francés que andaba haciendo la cabra por las vertientes del primer rapel, origino una caída de piedras, y ¡bingo!, en toda mi cocorota, causándome una escandalosa (por la sangre) raja. 
No me extenderé en la anécdota.
La salvé, y concluí el barranco y la jornada con el grupo entusiasmado, y yo en urgencia con cuatro puntos en la cabeza.
La historieta viene a colación, a que la he rememorado al leer la nota de prensa de los hacedores del proyecto la Tirolina de Alquezar.

Aquel señor francés que me produjo el percance, cuando bajo el rapel, y se interesó por mi cabeza, me soltó: - “Yo tengo muchísima experiencia como barranquista; me he roto ya un brazo, una pierna, un tobillo, etc, etc…”

¡No hay más preguntas señor juez!

Pues eso ha resonado en mi cabeza al leer la nota de prensa de estos señores. “Amamos profundamente la Sierra de Guara y su parque Natural, somos ecologistas adelantados a nuestro tiempo, y, por tanto: Vamos a atraer con este proyecto a diez mil visitantes más para que se lancen por ella (en silencio, para no alterar la fauna avícola); a ocultar una red de alta tensión con esta preciosa macro tirolina; vamos a cometer un sendero botánico para instruir sobre el romero y las carrascas de la zona, arrasando previamente unas cuantas especies, para construir los servicios y la instalación, etc, etc, etc….”

Palabras Claves: Parque natural, bien público, interés general, estado, usufructo, explotación.
Pretenden construir esta tirolina en medio del barranco del Vero. Para darnos la oportunidad de verlo a vista de pájaro… Sigo frotándome los ojos, y sigo sin entender nada.
Como bien ha contestado una chica en las redes sociales:- “A otro perro con ese hueso”. No cuela. No queremos comprar esta moto que pretenden vendernos.
Poseemos un parque natural.
Por parque natural debe entenderse aquel espacio natural que, debido a sus características biológicas o paisajísticas especiales, obtienen una atención manifiesta por parte de las “administraciones públicas” para dirigir y garantizar su protección, orientándose hacia su conservación y mantenimiento de su paisaje, su flora y su fauna.
¿Cómo pueden apoyar este proyecto desde ninguna administración pública?
Cuando se declara una zona como parque natural, el objetivo principal es el establecimiento del régimen jurídico básico para la conservación, uso sostenible, mejora, y señores, “RESTAURACIÓN” del patrimonio natural y de la biodiversidad de la misma.
Tenemos y tienen el “Deber de conservar” señores políticos y empresarios.
Los parques naturales están constituidos por aquéllos espacios que, en razón de la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su flora, su fauna, sus formaciones geofísicas (no sé si se dice así), poseen unos valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos cuya conservación ha de recibir una atención PREFERENTE.
Y tenemos una de estas joyas aquí en nuestro territorio. Única.
Y en este caso, se observa por desgracia una gran falta de implicación en la conservación del patrimonio natural, por parte de algunos empresarios, propietarios y autoridades”; se aprecia “sospechoso interés por la explotación directa o indirecta de los recursos naturales como si fuesen suyos e infinitos”.
Unos intereses personales que no son de interés general.
Es un hecho la incorporación de la naturaleza como bien de consumo inherentes incluso a una “moda ecológica”.
Y se demanda este nuevo turismo que, tomando el concepto de “calidad de vida”, proporciona una alternativa “natural” a la pretendida “artificiosidad” de la sociedad actual.
Y si, el turismo de naturaleza implica la realización de una serie de actividades turísticas que se desarrollan en áreas naturales, utilizando de diversas formas los recursos ambientales del entorno.
Con actividades orientadas a ofrecer al turista la posibilidad de ocupar su tiempo libre, de ocio y vacacional con una serie de tareas en las que éste sea agente activo de dicha actividad.
Pero, el objetivo principal en un lugar natural protegido, es ofrecer una experiencia ecológica que consista en no alterar su hábitat.
No creo que este proyecto cumpla con nada de esto.
Los turistas de naturaleza son viajeros cosmopolitas, perspicaces y exigentes. Generalmente conocedores del tema medioambiental, y exigen experiencias que eleven sus conocimientos y participen de la naturaleza.
El turista de naturaleza generalmente es bien educado, consciente en lo que a medio ambiente se refiere y demanda instalaciones que estén en armonía con el medio. ¡ejem…!
Esos son los turistas que nos interesan. Y los hay a paladas.
No matemos la gallina de los huevos de oro.
Ecoturismo, turismo verde, turismo rural, agroturismo, etc, etc.
La naturaleza tiene carácter globalizador y contiene muchas variantes para este turismo “CONSCIENTE Y SOBRE TODO RESPETUOSO”.
El ecoturismo también es turismo.
Un turismo que implica ese concepto de conservación que algunos se saltan a la torera.
Como ciudadanos, exijamos el buen manejo de los fondos, y una correcta instrumentación de los planes de gestión de nuestros espacios naturales protegidos, muchas veces en manos de quienes pretenden explotarlos económicamente. Porque también son nuestros, fueros de nuestros padres, y se los dejaremos a nuestros hijos.

Recordémosles a estas personas, que las áreas protegidas son paisajes o escenarios naturales de referencia a nivel ambiental, social, e histórico cultural que están “consagrados”.
Demandemos una gestión eficaz de protección y mantenimiento de la diversidad biológica, los recursos naturales, históricos y culturales, a fin de alcanzar objetivos de conservación y un efectivo uso sostenible.
No nos equivoquemos.
El turismo de naturaleza representa una herramienta muy valiosa para generar un desarrollo sostenible en las áreas protegidas.
Y esto es desarrollo económico y turístico, pero así mismo, la conservación de los recursos que lo mantienen.
Estos espacios protegidos son el pilar fundamental para la conservación de la biodiversidad y ese desarrollo sostenible.

El turismo de naturaleza, como cualquier otra actividad, si no está bien regulado, puede generar impactos negativos en el medio que pueden alterar la calidad del turismo y la diversidad ecológica.
La tipología y dimensión de los impactos relacionados con el turismo de naturaleza varía con el tipo de actividad realizada en un lugar concreto. Algunos impactos son indirectos y difíciles de cuantificar, pero otros son tan obvios y directos como este, y los podemos evitar. Hagámoslo.


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