Uno mas de experiencia, uno menos de vida. El reloj no
para. Y si tú paras, prosigue sin ti.
Y cada año, persistentemente hacemos balance de
decepciones, satisfacciones, entusiasmos, perdidas, hallazgos, aciertos o
errores.
Y en permanente prólogo de esperanza, ilusión y ánimo, nos
evaluamos con la intención de decretarnos a favor o en contra de lo vivido,
deseando que lo próximo, lo que venga, siempre sea mejor que lo anterior.
Es la vida y su cometido.
Capitular
a golpe de errores, tropiezos y estacazos, o argumentarla con ilusiones,
amores, goces, amig@s y caricias.
Pero
para los nacidos en 1967, este año 2017 es excepcional porque nos caen
cincuenta añazos.
Y
aunque las palabras bonitas muchas veces no son sinceras, y las palabras
sinceras muchas veces no son bonitas, si o si, nos convertiremos en
cincuentones y cincuentonas, y le daremos la vuelta al jamón.
Desde
que arrancó, y comienzan a celebrar años
los amigos de generación, empiezas a hacerte a la idea de ello.
Han pasado cincuenta años; el mundo ha cambiado y nosotros
con él.
Años de todo tipo:
De crecimiento, de evolución, únicos e inolvidables, años
desdichados y tristes, de mudanza, de posibilidades, de alternativa, e incluso
de espera; años de promesas, de expectativas, de frustraciones, de crecimiento
y años de letargo.
Y a pesar de que uno se sienta o se
encuentre perfectamente, he de reconocer que llegar a estos 50 años tiene su
parte de miramiento y misterio.
Pero no quiero escribir aquí un canto a
la aceptación, sino a la libertad.
La libertad, para llegados a este punto
de nuestra vida, saber reconocer que es y que será.
Libertad para disfrutar de todo aquello
que hemos logrado hasta aquí.
Libertad para no resignarse, y aceptar
que hay cosas que todavía se pueden cambiar.
Por tanto, libertad para afiliarse a este
nuevo período de poder personal, en el que debemos dejar a un lado esa
suposición de que todo está ya hecho.
Libertad de SER, HACER, TENER y ESTAR...
Quiero pensar que cumplir 50 años, tiene
mucho de apelación a esta libertad individual; la de realizar tu particular
insubordinación para dirigirte a una quietud y una conciencia apoyada en el
aquí y el ahora.
Un momento de examinarte abierta y
sinceramente, para después vivir con placidez aceptando tus propias
limitaciones, y consciente de tus convicciones, certidumbres y realidades.
A mí
de momento, aunque cumplo en octubre, medio siglo de vida me ha servido para
aprender que la vida es dura, pero que nosotros podemos serlo todavía más.
Así
que, tenga la edad que tenga, quien continúe abriéndose paso entre los
obstáculos y las contrariedades, las ilusiones y los sueños, se impulsa para
continuar viviendo.
Creo que los 50, debe ser por fin esa edad en la que tienes que estar encantado de haberte conocido.
Creo que los 50, debe ser por fin esa edad en la que tienes que estar encantado de haberte conocido.
No
serás el más rico, ni el más lumbreras, ni el más guapo. Pero ¿Y qué?
Las
cosas son como son, lo sabes, lo aceptas, y por fin asumes tu sitio, tu
situación, y tus reglas.
Y no nos confundamos; quienes miran los 50 años igual que los 20, posiblemente han malgastado 30 años de sus vidas.
Y no nos confundamos; quienes miran los 50 años igual que los 20, posiblemente han malgastado 30 años de sus vidas.
Estamos
en una edad intermedia, en la que en el fondo está
bien no saber si vas o vuelves. Y te empieza a dar igual.
Ya no
es una edad para encantamientos, si no para realidades.
Porque
esa supuesta madurez a la que hemos llegado, esa hipotética experiencia que
hemos adquirido, es la que nos faculta
para alcanzar algo mas de inteligencia, pero sobre todo mucha más
serenidad.
Durante
años, esa prueba y error que es vivir, nos ha proporcionado la experiencia para
ahora, ante cualquier dificultad afirmar: - “Tarde no es, y prisa no tengo”.
¿Y
qué hemos perdido por el camino?. Cada cual hará recuento de sus provechos y
sus desilusiones, de sus ganancias y pérdidas, pero en realidad no hemos
perdido nada. Estamos aquí. Estamos vivos.
Y en este instante comienzas a ser consciente que la vida no empieza a los cincuenta, ni a los cuarenta, ni a los treinta. La vida comienza cada día. Cada mañana.
Comienzas a ser consciente que cincuentón o cincuentona, solamente es juventud más experiencia. Que es una edad donde quizás no realizarás mas cosas que antes, pero si mejores.
Y en este instante comienzas a ser consciente que la vida no empieza a los cincuenta, ni a los cuarenta, ni a los treinta. La vida comienza cada día. Cada mañana.
Comienzas a ser consciente que cincuentón o cincuentona, solamente es juventud más experiencia. Que es una edad donde quizás no realizarás mas cosas que antes, pero si mejores.
Una
edad en la que ya no somos tan nuevos como para no saber dónde está la acción,
ni tan viejos como para no poder dirigirnos a ella y actuar.
Incluso en muchos aspectos, podemos mirar atrás con satisfacción, si; pero sin dejar de mirar aún hacia delante, con la posibilidad de escoger.
¿Por qué hay que tener miedo a cumplir 50?. Por nada. Miedo habría que tener de quedarse en el camino y no hacerlo.
Incluso en muchos aspectos, podemos mirar atrás con satisfacción, si; pero sin dejar de mirar aún hacia delante, con la posibilidad de escoger.
¿Por qué hay que tener miedo a cumplir 50?. Por nada. Miedo habría que tener de quedarse en el camino y no hacerlo.
Ser
cincuentón o cincuentona no es un atropello ni un accidente.
Es una edad en la que
no se acaban los sueños, y felizmente la opinión ajena te importa cada vez
menos.
Una edad que se pisa
mirando al frente y no al suelo, y se da mas valor a lo que reclama tu corazón.
Una
edad que ya nos acredita para manifestar: - “Reconozco que he vivido”. Desde mi punto de vista, cumplir 50 años
debe tomarse como una fecha más, pero con la certeza de que la vida, tú vida,
más que nunca, tiene el sentido que tú mismo o misma has querido o quieras
darle.
¿Igual la vida comienza a los cincuenta?.
Un momento ideal para reflexionar sobre
lo que hemos sido, lo que hemos hecho, lo que nos falta por ser, por hacer,
pero sobre todo lo que ya no queremos.
Como
decía Víctor Hugo: “Los cuarenta son la edad madura de la juventud, y los
cincuenta la juventud de la edad madura”. Y así hay que tomarlo.
¡Viva
1967!
¡Felicidades
cincuentones y cincuentonas!.
Hola:
ResponderEliminarEnhorabuena por los 50, espero que te lo pases tan bien como hasta ahora. Gran blog acabamos de descubrir y seguro que volvemos, muchas aventuras como nos gustan a nosotros.
Saludos y gracias.
JOVENES DE 1967, LEEAN ESTO ESTA INTERESANTE
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