jueves, 26 de abril de 2018

TRAVESÍA


¡¡Que ganas tenia de volver a hacer travesía!!.
Este pasado sábado, me calcé los esquís junto con mi buen amigo/hermano Miguel, y... la gozamos muy temprano subiendo apaciblemente, y después bajando deslizándonos  y gozando de una nieve en optimas condiciones a esa hora.
Que placer sentir la  libertad y realidad que  te da el esquí de montaña.
Al final del recorrido todo es único. Lo que haces, y tú mism@.
Que difícil es explicar cómo somos, y mucho menos que buscamos. 
Lo que es obvio, es que todos perseguimos reír, divertirnos, emerger, relacionarnos, y olvidarnos de los desengaños del día a día.
Y a mi, la actividad de o en montaña (naturaleza), me proporciona esa sensación de libertad y desahogo.
Y además si trae como guarnición una buena compañía y la moldura enlucida de montes y nieves transitorias, no se puede pedir más.
Que sencilla receta de expansión, armonía y compañerismo, mancomunada con el humilde objetivo de pasar un buen rato; De mejorar tu estado de ánimo, autoestima, y otros aspectos con los que sentirte bien posteriormente.
Está claro que el deporte, y si es en la naturaleza más, nos reporta beneficios físicos y psicológicos. A mí me da  una sensación de felicidad y de libertad.
Es el compararnos con los demás lo que nos perturba.
Y como firme preludio de esperanza, ilusión y ánimo, nos evaluamos permanentemente con intención de decretarnos a favor o en contra de lo vivido, deseando que lo que venga, sea siempre mejor.
La vida al final es capitulación a golpe de errores y estacazos, pero también argumentación con sueños, amores, alegrías, y amig@s.
Es el codiciar  vivir igual que, hacer lo mismo, ser tan fuerte como, tan rápido, tener la talla de, verte como, y un sin fin de tópicos, lo que te pueden amargar.
Así que lo conveniente es dejar de vigilar situaciones ajenas  “que no son las tuyas” y en todas las casas cuecen habas, y explorar tus virtudes, habilidades y perspectivas, y aprovecharlas; y reconocer también tus carencias y defectos, aspirando mitigarlos.
Muchas veces las palabras bonitas que nos dicen no son sinceras, y normalmente las palabras sinceras no son bonitas.
Salvemos la libertad de SER, HACER, TENER y ESTAR...
La circunspección durante una excursión por la montaña, es una buena camilla para auto diseccionarse examinarte abierta y sinceramente, aceptar tus propias limitaciones, y ser consciente de tus convicciones, certidumbres y realidades.
 “Tarde no es, y prisa no tengo”.
¿Qué hemos perdido por el camino?. Cada cual hará recuento de sus ganancias y pérdidas, pero en realidad... Estamos aquí. Estamos vivos.
Debemos mirar atrás con satisfacción, sin dejar de mirar aún hacia delante, con la posibilidad de escoger.
Mirar al frente y no al suelo.
Un paseo por la montaña. Un momento ideal para reflexionar sobre lo que hemos sido, lo que hemos hecho, y lo que nos falta por ser o por hacer.
Es sencillo; Como tú te quieras, así te querrán; como tu te veas, así te verán.

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