Ayer, me invitaron a dar una charla en las jornadas de barranquismo organizadas por Montañeros de
Aragón en Alquezar por el 75 aniversario. Tengo el honor de formar parte de la historia del club como socio desde hace más de cuarenta años, en los que me enseñaron a esquiar, a caminar por la montaña y a escalar; posteriormente fui miembro de la junta directiva, participé en la fundación de la primera sección de barranquismo y escalada, impartí cursillos como monitor de escalada en roca, hielo, alpinismo y barranquismo durante años, y formé parte de alguna de las expediciones del club; incluso a mi hija, la asociamos al club el mismo día de su nacimiento. Yo, siempre me he considerado montañero por encima de cualquier deporte que haya practicado, me educaron como tal, y sentirse montañero va más allá de una mera disciplina deportiva, es un espíritu, una conciencia, un corazón; Un espíritu que aplico a cada reto que me propongo. Para mí el deporte, hacer deporte en general, y el montañismo en particular es una búsqueda de superación, el equilibrio, y la mejora como persona (unas veces lo logré, otras no), promueve el intercambio sociocultural, y valores como la auto disciplina, el sentido de grupo, la solidaridad, la comprensión y la tolerancia, y todos estos valores los ejercité y ejército, los aprendí y sigo aprendiendo junto a excelentes personas en este club. Como dijo Mandela. -"El deporte tiene el poder para cambiar el mundo. Tiene el poder para unir a las personas en sólo una dirección. Toda mi trayectoria, como ayer les conté, nació y ha estado necesariamente ligada al barranquismo y a la sierra de guara, donde volvía y vuelvo indispensablemente. Viví (Por edad) toda la evolución de este deporte: Me llevaron a los catorce años por vez primera, fui guía, monitor y sigo siendo un apasionado de su práctica, sus paisajes y su magia. Admiramos las cosas por muchos motivos, pero las amamos sin razones. Porque lo que nos impresiona, nos impresiona una sola vez; sin embargo lo que nos resulta extraordinario, cuanto más lo contemplamos, más nos lo resulta. Este es mi caso. Me apasionan muchas cosas, sí, pero una muy importante en mi vida, son los barrancos “de Guara”. No cualquier barranco, “los de Guara”. Mi tierra. Y cada año me reedito. Como cuando se visita a un gran amigo sigo fiel a esa cita. Solo, o acompañando gente para presentárselos como quien presenta a su mejor amigo. Los barrancos de Guara han sido, son y serán, parte de mi vida. Dejo aquí el primer montaje que proyecté en la charla de ayer, con un recorrido fotográfico por su historia y mi historia deportiva intrínsecamente unidas desde hace ya más de cuarenta años , porque no entiendo lo uno sin lo otro, y sobre todo porque soy consciente que no hubiera sucedido lo otro sin lo uno. Gracias por la invitación a estas jornadas.