martes, 27 de junio de 2017

CONCIENCIA COMPETITIVA



En toda pugna, para que uno gane, otro tiene que perder.
Este es el origen de esa competitividad, que siempre está presente. 
De algún modo, todos queremos tener éxito, gloria, y para lograrlo competimos, incluso inconscientemente. 
Probablemente ni es culpa nuestra. Nos educan para competir desde pequeñitos: Primero por la atención y el cariño de los adultos, después por pillar más chuches o el mejor columpio del parque; por destacar en los juegos infantiles o sacar mejores notas; mas tarde por ese o esa chic@ que nos atrae, o para conseguir el mejor puesto de trabajo, etc, etc.
Y con todo esto, sin pretenderlo, nos incorporamos a una encubierta búsqueda de popularidad.  
Porque esta nos parece indispensable, o nos han hecho creer que lo es para llegar a adquirir poder y autoestima. Ser líder en algo. Porque el líder sobresale, es admirado y es más y mejor aceptado.
Hay líderes naturales, pero otros pueden o podemos llegar a serlo si las habilidades que poseemos (y todos tenemos alguna) son convenientemente bien vistas por los demás. Arte, escritura, fotografía,  música, "política"; son muchos los campos dependiendo de tus aptitudes.
En el deporte, las opciones eran mas bien escasas, porque estaban establecidas obedeciendo a tus facultades físicas innatas y tus resultados. Pero, ahora hay nuevas y astutas maniobra para destacar independientemente de tu condición:
Si puedes ganar, pues bien; pero si no, pues te lo inventas y lo simulas. 

¿Qué cómo?. Pues puedes ser él mas lento, pero el que corre mas kilómetros; el que sube mas veces a; el que realiza mas maratones, más Trails, más Ultras o mas Aironmanes; El que por primera vez realiza la travesía X con patines en línea ayudado únicamente por una cometa casera, o caminando hacia atrás, o de rodillas, etc, etc. Con imaginación... todo vale. Porque probablemente no puedas ganar una maratón, pero ¿y si haces "tú solo" (esto es indispensable para quedar el primero) tres maratones diarios durante una semana?; ¡¡21 maratones en una semana!!. Pues, que si lo consigues, ¡habrás ganado!. Por lo menos figuradamente, habrás vencido al resto de la humanidad, que ni se le pasa por la cabeza intentarlo. Serás el campeón del mundo de eso que has ideado. Por un momento experimentarás ser él más fuerte, el mejor, el gran guerrero que se abre paso conquistando las metas que parecen inalcanzables para el resto de los mortales. (Aunque... si té confías, seguro que a continuación aparece alguien, que ha descubierto tu desafío, y tiene mas tiempo libre, y hace cuatro maratones diarios durante "cuatro semanas" y te jode el reto y la honra...)
Pero...¿Porqué que hacer esto?, ¿Para que?... mmmm...¿Para contarlo?. No se me ocurre otro motivo.
¿Si no tuvieras la posibilidad de contarlo a los cuatro vientos, lo harías?.
Internet, y las redes sociales, han propiciado esta disputada acometida de retos extravagantes. Han facilitado para bien o para mal, que todos podamos divulgarnos, publicitarnos y auto deleitarnos con un solo ¡Clik!.
Han reavivado algo tan arcaico como "A ver quien la tiene mas larga", pero de manera alegórica claro, y eso sí, pregonada mediáticamente.
Me pregunto, ¿porque raramente las mujeres caen en esta misma quimera de auto regodeo? ¿Son incapaces, o bien más inteligentes?... Me decanto por esto último. ¿Por eso se denominan machadas u hombradas?.
Somos machos alfa; la competitividad nos la tatúan sin anestesia con un machete al rojo vivo en los genes, y posiblemente este tatuaje genético nos incita en cierta forma para entregarnos y esforzarnos en retos extravagantes y quizás absurdos. No obstante, son hilaridades de niños grandes que aparentemente no hacen daño a nadie.
Lo malo, es que por culpa de esto desperdiciamos nuestras verdaderas facultades, y se promueve un gesto de ausencia de compromiso hacia tú verdadera realidad y tu entorno más cercano.
En fin, toda nuestra vida se rige por la competencia, y por supuesto creemos que saber competir es un punto a nuestro favor; como si de un rasgo positivo de personalidad se tratara. Por eso, incluso en situaciones totalmente innecesarias como estas de "hacer lo que nos gusta", ya sea correr, escalar o ir en bici, la utilizamos: -¿Qué grado tienes?; -¿Qué marca tienes en media o en maratón?; -¿En cuanto tiempo has hecho tal o cual Ultra o la Quebrantahuesos?...En definitiva: -¡Sacala! ¡Yo la tengo más larga!...
¿Sentirnos ganadores estimula nuestra autoestima, o más bien ese concepto "equivocado" que tenemos de nosotros mismos?.
Somos ese niño que llora de rabia e impotencia cuando ve que ha sacado un notable en vez de un Sobresaliente. Vivimos las situaciones de competencia con tal  auto exigencia, que al final lo que te provoca curiosa y paradójicamente es lo contrario, un sinfín de desengaños y frustraciones.
Compitamos si, pero por el simple gusto de hacerlo. Por esa sensación de satisfacción interna que a algunos les resulta cuando ganan, pero siendo siempre conscientes, que igual que hoy ganas, mañana puedes perder y no pasa nada. Divirtámonos.
La competitividad ya nos la impone la sociedad, por eso, no hagamos de nuestras vidas un constante reto. De vez en cuando tenemos que aprender a rechazar esta aptitud por negativa e innecesaria. Recapacitar en conciencia.

martes, 20 de junio de 2017

GENERACIÓN 1967



El sábado fui copartícipe de un fantástico episodio.
Un día  emocionante, emotivo e intenso por numerosos motivos.
Se trató del reencuentro de muchos amigos y amigas de la generación de 1967, que (aunque no se nos note), casualmente este año cumplimos todos cincuenta años.
Han pasado los años, y esos niñ@s nacidos a finales de los sesenta, han/hemos crecido (aparentemente), e incluso nos hemos multiplicado con parejas e hijos.
Niños y niñas dogmatizados jugando en la puta calle, refrendados en  verbenas de barrio a golpe de melocotón con vino;  encerados en el paseo de los enamorados y los cochetes de choque con música de Boney M, y temperados al aire  de los campamentos de verano,  entre los años setenta y ochenta cuando se elevaban los Chiripitiflauticos, los payasos de la tele, Pipi Calzas largas, o los electro duendes,
Y pese al tiempo transcurrido, y las distintas órbitas y circunstancias de cada uno, muchos continuamos siendo, y seguimos "sintiéndonos" niños y niñas, pero sobre todo amigos de toda la vida.
Un deseado reencuentro de ex alumnos de escolapios, las monjas, “las nacionales”, el instituto, FP o el Seminario.
Muchos conocidos de siempre, otros de vista, otros de nada, pero tod@s con el nexo común de haber nacido aquel fructífero año 67, y haber coincidido eventualmente en Barbastro.
Haciendo caso a esa frase popular de “Los amigos de mis amigos son mis amigos”, todos éramos amigos y se notó.
Ya que si juntas amigos de la infancia, intención, ilusión, comida, bebida, sorteo de regalos, baile con música de Alfredo del Melo, y resopón, casi nada puede fallar.
Pues algo tienen los amigos de la infancia que no tienen el resto de amigos.
Refiriéndome a amigos de la infancia también a esos amigos que conservas aunque rara vez ves, y cuando lo haces, es como si no hubiera pasado el tiempo. Sorprendentemente y de manera recíproca mantienes la misma familiaridad y la misma afinidad.
Quizás sea porque esos amigos y amigas te han visto llorar al caerte de la bici o el monopatín; Porque te ayudaban a embaucar a tus padres para que te dejaran salir un ratito más; Porque eran ellos los que te soportaban cuando eras aun un completo estúpido; Porque sufrieron tus primeros amores o desamores, o aquellas primeras “tajadas” con bebidas inciertas; O porque fueron testigos de como poco a poco emergía lo que ahora eres, y en cierta manera formaron parte de ello y lo reforzaron.
Esa amistad inocente de niños, afianzada en divertirse, pasarlo bien y descubrir y experimentar el mundo, que nos dejó un poso inquebrantable.
Pues puedes hacer grandes amigos durante toda tu vida, pero posiblemente ninguno será tan significativo como aquellos de la infancia.
Una hermandad tan cómplice, libre y sincera, que al ser alimentada de juegos, riñas en el piloné y a la vez reconciliaciones tan naturales como honestas e inocentes, originó un vínculo eterno.
Y este pasado sábado, ver a aquellos amigos de la infancia nos devolvió un poco, por un instante, aquellos maravillosos y mágicos instantes. Y en cierta forma nos recordó que tuvimos, tenemos aún, una parte divertida, juguetona y alegre.
Hemos venido a este planeta a compartir, a estar rodeados de personas, y a convivir. Incluso hay quien dice, que como seres sociales que somos, tener un buen saldo de amigos alarga la vida. El sábado la alargamos un poco seguro.
Así que en estos tiempos inquietos, de noticias desalentadotas y negativas, de pánico ante los radicalismos, realizar algo parecido a un manifiesto público de amistad, es un buen modo de atenuar esa congoja y reivindicarse ante la vida.

Juntarse amigos de los que crecen contigo y no en tu contra nos lleva irremediablemente a sentirnos bien.
Cuando eres niño no eliges los amigos, es puro azar; bien porque son hijos de los amigos de tus padres, porque tu apellido empieza por la misma letra y eres compañero de pupitre, o porque es un vecino del barrio con tu misma edad.
Yo siempre pienso: - “Que suerte tuve”.
Todas las personas nacemos como algo único, pero la mayoría mueren o moriremos como una réplica, por no tener esos buenos y verdaderos amigos al lado que nos subrayen la diferencia. El sábado todos nos sentimos únicos. Algo querrá decir.
Un gran dia para repetir, porque aunque estuvimos muchos, igualmente faltaron muchos a los que echamos mucho de menos.
Gracias a tod@s. Se os quiere. ¡Viva la generación del 67!

martes, 13 de junio de 2017

33 MARATÓN DE SABLES 2018



http://www.marathondessables.com/es/marathon-des-sables-marocParticipé hace nueve años con cuarenta; Lo haré nuevamente el próximo mes de abril, diez años después con cincuenta.
Por medio y deportivamente hablando, habré superado una década bastante provechosa:
Maratones, medias maratones, Trails, UltraTrails, escaladas, muchos barrancos, y por  subrayar:
2008- Maratón de Sables (251km) (Marruecos); 2009- Yukon Arctic Ultra (150km)(Canadá); 2010- Travesía sobre el mar Báltico (150km) (Suecia, Finlandia); 2011- Jungle Marathón (227km) (Brasil); 2013- Kilimanjaro (5895 m.)  (Tanzania); 2014- Kala Patthar (5.545 m)  (Nepal); 2015- Machu Picchu por Salkantay (4620m) (Perú); 2016- Glaciar de Bhaguirathi (nacimiento del Ganges) (4500m) (India); y este 2017- Volcán Acotango (6.052m)  (Bolivia).

Los cuarenta son la edad madura de la juventud; Ahora los cincuenta, deseo que como dicen sean, la juventud de la edad madura.
Y mi mayor ilusión, seguir manteniendo mis ilusiones.
Aunque aún faltan unos meses hasta octubre que es cuando cumplo los años, el que sea un año tan determinado, hace que desde enero que va cumpliendo gente de mi generación, esté aprestado ya a esta edad.
Y... como a los cincuenta no hay crisis que valga,  hace un año esta idea comenzó a deambular por mi cabeza.
Diez años después de aquella carrera por el desierto, que por entonces me pareció quimérica, me siento bien, repleto de energía y lleno de ánimo.
¿Así qué porque no volver para “consagrar” esos cincuenta?.
Ese pensamiento se enquistó en mi cabeza, y donde aún es más difícil de extirpar, en mi corazón. Después, aunque ya lo tenia decidido y ya se lo había contado a ella, la repentina desaparición de mi madre, ha hecho que esa idea, el deseo de llevarla a cabo, tome un significado más profundo y se haga más insistente e inapelable, pues hará diez años que le dediqué esa aventura por su jubilación.
Así que a partir de esta edad la vida continúa. Plena. Quizás incluso más apacible y con menos reparos que por entonces a los cuarenta.
Antes de llegar aquí, a este punto, pensaba que el declive y el envejecimiento iban a estar presentes a todas las áreas: física, mental, y psicológico. Y para nada. Muy al contrario, llegas con mas criterio sobre lo que significa la vida.
Cumplir cualquier edad en general, pero cincuenta en particular, no puede suponer mas que satisfacción.
Porque sin saber porque, comienzas a sosegarte y a disfrutar más dentro de ese sosiego, y sin exigirte tanto como antes.
En general, sientes que tienes un relativo control de tu vida.
Percibes que esta etapa por fin puede ser el comienzo de una próspera amistad contigo mismo.

33ª “Marathon des Sables” 2018

Con una distancia de 250 kilómetros discurre por el desierto del Sahara, y es una de las carreras más ansiadas, y al mismo tiempo una de las más despiadadas. La temperatura alcanza durante el día casi 50°C, mientras que en la noche desciende a unos 10ºC.
En esta prueba debes ir cargado con una mochila que incluya tu comida, y el material obligatorio, para los siete días.
Una carrera por etapas fundada por el francés Patrick Bauer en el año 1986.
Está organizada por ATLANTIDE ORGANISATION Internationale y tendrá lugar del 06 al 16 de abril de 2018 en el sur de Marruecos.
Este 33º evento anual tendrá lugar bajo el auspicio del MINISTERIO DE TURISMO DE MARRUECOS y reunirá alrededor de 1300 participantes.


PROGRAMA DE LA CARRERA
06 de abril: Viaje a Marruecos, llegada, traslado al campamento.
07 de abril: Verificaciones técnicas, administrativas y médicas.
08 a 13 de abril: Etapas cronometradas en autosuficiencia alimentaría.
14 de abril: Etapa cronometrada « Solidaria », con autosuficiencia alimentaría.
15 de abril: Día libre.
16 de abril: Regreso a España.

Equipo obligatorio que debes cargar aparte de la comida y el agua:
• Una mochila MARATHON DES SABLES o equivalente.
• Un saco de dormir.
• Una linterna frontal y 1 set completo de baterías de repuesto.
• 10 imperdibles.
• Una brújula, con 1° o 2° precisión,
• Un mechero,
• Un silbato,
• Un cuchillo con filo de metal.
• Un desinfectante cutáneo.
• Una bomba aspira veneno.
• Un espejo de señalización.
• Una manta térmica de supervivencia.
• Un tubo de protector solar.
• 200 euros o su equivalente en dírhams o US dólares.
• El pasaporte o carnet de identidad para residentes en Marruecos.
• El certificado médico original otorgado por AOI, rellenado y firmado por el médico.
• El Electrocardiograma original, y su gráfico en reposo.

Kit de carrera obligatorio:
Lo provee la organización, e incluye lo siguiente:
• Un roadbook (libro de ruta) remitido el 06 de abril
• Pastillas de sal.
• Las marcas de identificación.
• Bolsitas WC.
Este Kit se entregará durante los controles técnicos y administrativos en Marruecos.

Un bastón luminoso se entregará en el Puesto de Control 3 (CP3) durante la etapa non-stop.
La baliza de socorro deberá devolverse a la organización en la línea de llegada final.

Hasta diciembre seguiré con mi rutina normal de entrenamiento (unos 60 Km. semanales de media), e incluso entre medias tengo el viaje a Bolivia para ascender con un grupo el Volcán Acotango (6.052m).
A partir de enero, como ya hice hace diez años, incrementaré los entrenamientos semanales, ya de cara a una preparación más estricta y especifica para preparar lo mejor posible esta nueva cita.
Por entonces, llegué progresivamente a unos 170 Km. semanales con una mochila de 15kg encima.



martes, 6 de junio de 2017

BIERGE ( Poner tornos al campo)



Se dice que un pájaro no canta por tener una respuesta, si no que lo hace porque tiene una canción.
Tras reuniones y deliberaciones, se han hecho publicas las medidas para intentar solventar el problema de la masificación en el salto de Bierge.
Y estas medidas figuran mas una apresurada respuesta,  que una acertada canción.
A groso modo, el salto queda limitado a un aforo de 250 personas previo pago de dos Euros, y de estos 250, 30 podrán ser barranquistas. Para ello se instalará un “torno” de acceso...
Este aforo consiste en 220 personas con traje de baño, y 30  con casco y neopreno. Lo señalo por enumerarlos con mas claridad.
Y ojeando trivialmente esta medida me pregunto:
¿El pago de dos euros te da derecho a acceder con sombrilla, esterilla, nevera, sandia, colchón hinchable, y la jaula del canario? ; ¿El hecho de pagar también te dará derecho a reclamar si no estas contento con lo que sea? ; ¿habrá socorrista? ; Si para los bañistas ponen un torno de acceso, ¿también colocaran otro río arriba para los barranquistas que accedamos desde allí? ; ¿Si un barranquista puede saltar la presa una vez, previo pago de un euro, si pagas cinco euros podrás saltar cinco veces? ; ¿El que no salte y solamente acceda a este espacio para finalizar el barranco también debe pagar? ; ¿si tras pensártelo te da miedo y no saltas, te devuelven el euro? ; ¿Los bañistas que pagan dos euros y no son barranquistas también pueden saltar? ; ¿cuántas veces?... 
¿Todo un año de deliberaciones para esto?.
Me parece un sin sentido.
Evidentemente el problema existe. Y si este fuera un tumor, en vez de tratarlo adecuadamente para erradicarlo, y sobre todo para que no se extienda, le ponen una venda para que no se vea.
Y este se extenderá. Será pan para hoy, y hambre para mañana.
¿Que impedirá que quienes no quieran pagar y atravesar ese “torno” de acceso se emplacen impúdicamente río abajo donde no habrá control, con sus neveras, sus sombrillas, su tinglado y su basura? ; o peor aún, caminando por la senda río arriba.
Este forúnculo poco a poco o mucho a mucho se amplificará por todos los rincones y ríos de la sierra. Y esto se ve venir. 
¿Y que harán?, ¿ Apostar tornos y barreras en todas las zonas?.
Vaya por delante que hay dos conceptos a diferenciar: uno es el derecho de acceso a los espacios naturales y a disfrutar de la naturaleza, que es un derecho constitucional reconocido por el artículo 45; y otro, la conveniencia o no de pagar por “unos servicios” que se ofrezcan a los visitantes de estos espacios naturales.
Dicho esto, el acceso a un parque natural, de forma libre, y que no requiera ninguna infraestructura especial, debería ser universal y gratuito.
Lógicamente, respetando primero la propiedad privada si la hay, pero sobre todo, “la normativa de protección de ese espacio y sus especies", que debería ser lo que condicionara este derecho de acceso, el abuso, y las condiciones para hacerlo.
Si para algo han servido estos años de análisis y desarrollo de la sierra, ha sido para conocer al enemigo. Y ahora está claro. El enemigo somos nosotros.
Conocido esto, tomemos medidas serias y juiciosas.
Y por eso el camino a seguir debería ser mucho más simple para todos.
Primero respeto al medio natural en el que nos hallamos, y después, si implantamos unos servicios racionales y acordes (parkings, aseos, centros de interpretación, información...), pues pagamos por ellos y contribuimos a mantener y a hacer viable este parque natural.
Y si esto se aplica y sobre todo se explica bien, la respuesta de los visitantes será indudablemente positiva.
En el Congost de Mont-rebei se inició una instrucción de pago voluntario por parte de los cerca de 50.000 visitantes que acceden con su vehículo al inicio de este desfiladero.
Los 3 euros por vehículo y día precisados, se destinan directamente al mantenimiento de este espacio natural, a su vigilancia ambiental, y a tareas de gestión de ese entorno.
Y la aprobación de esta medida ha sido generalizada, y los detractores prácticamente inexistentes.
Incluso visitantes satisfechos y agradecidos con la experiencia, tienen la posibilidad de realizar donativos. Y mucha gente los hace.
Han conseguido cerca de 10.000 euros en seis meses. Y aunque esto no cubren los costes de gestión, indudablemente ayuda a hacerlo todo más sostenible.

Las administraciones públicas que nos representan deberían garantizar, por encima de todo, la conservación del patrimonio natural, de los hábitats, de la flora, la fauna y el correcto funcionamiento de los servicios medioambientales.
Y como el uso público de estos espacios es algo que nos beneficia a todos,  igualmente todos deberíamos contribuir a que esto fuera posible, con la obligación de ser respetuosos y cumplir las normativas impuestas por las buenas, o sino, por las malas...
Como ya escribí el pasado verano, sigo opinando que  lo del salto de Bierge es solamente la punta de lanza.
Y de nuevo no hablo de algo tan superficial como administrar el acceso a una concreta zona de baño, sino de proteger un espacio natural único en el mundo.
Parece que muerto el perro, se acabó la rabia.
Porque aunque el  turismo es el gran recurso de toda la comarca, debemos aprovecharlo con responsabilidad.
La masificación y el irrespetuoso acercamiento a este entorno natural, a la larga comportará graves consecuencias. Y no creo que la solución pase por pagar en el salto de Bierge.
Me reitero: ¿Tan difícil sigue siendo partir de la base que estamos un “Parque Natural” protegido?.
Y me vuelvo a reiterar:
ARTÍCULO 45.1. Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona: “ASÍ COMO EL DEBER DE CONSERVARLO”.
Y conservar un espacio natural, no radica únicamente en prohibir, también conlleva una conducta adecuada para que este o su ambiente no se deteriore:

ARTÍCULO 45.2: Los poderes públicos “velarán” por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de “proteger y mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio ambiente”...
Igual se me escapa algo pero:
¿Porque no aplicar la ley por encima de cualquier fructuoso interés?.
¿ No se puede prohibir terminantemente hacer cualquier tipo de picnic, en todo el parque natural, excepto, en lugares habilitados para ello?.
Con la Prohibición explícita de portar neveras, sombrillas, tumbonas, mesas, toldos, esterillas, colchonetas, barcas, tiendas de campaña o similares, y sancionar a quienes incumplan estas normas, estoy convencido que el problema casi desaparecerá, y no en Bierge, si no en todo el parque natural. Y nos visitará mas gente respetuosa y amante del medio natural (que son cientos y ya lo hacen), y menos descerebrados.
Seamos racionales y protejamos este paraíso natural que nos ha tocado en suerte. No creo que la solución pase por convertir el salto de Bierge en una piscina pública.
Al fin y al cabo, la naturaleza no es un lugar para visitar. Es nuestro hogar.
Y dependiendo de nuestra aptitud para con ella, no tendremos recompensas ni castigos, tendremos consecuencias.
Seamos sensatos.