lunes, 28 de marzo de 2016

2. Capitulo 2 (distracción y adhesiones)


Enfundado en el saco de dormir, amparado por el silencio de la noche, y
el soporte sonoro de algunos ronquidos, reviso,  me envuelvo en mi pasado y mis vivencias.
Esas que de nuevo me han concedido el regalo de ser el dichoso rehén de mis sueños.
Sé  muy bien que no me daré por vencido, y esto hace que antes de comenzar de alguna forma ya haya ganado.
En una montaña, existen muchas posibilidades de no conseguir tu objetivo final.
Ni tu ni nadie de los que están aguardando a sus pies: Un mal año, mala época, un violento cambio de tiempo, una avalancha en la ruta, etc, etc. Son numeroso los elementos circunstanciales e imprevistos que pueden dar al traste con tu ansiado objetivo.
Aquí en este desierto, salvo una insólita adversidad jamás sucedida hasta ahora, esta contingencia no existe.
Siempre, cada año, hay quienes terminan la carrera.
Mi propósito ser yo uno de ellos.
Sé muy bien, que si confías en ti mismo tus opciones se multiplican, porque casi siempre somos nosotros mismos  nuestros peores enemigos. Y yo confío en mi mismo. He de hacerlo.
En mi cabeza, ajeno a todo seducido por la oscuridad, se entremezclan revelaciones, alegrías y tristezas. Desde mi última gran  aventura en el Himalaya en 2002, han sucedido muchas cosas en mi vida; amigos inmerecidos, enemigos merecidos, recelos y lucha.
Finalmente me duermo.
Amanezco por primera vez en el desierto.
Al fondo, con la luz imponente del crepúsculo, asoman las indescriptibles e intrigantes dunas de Erg Chebbi cerca de Merzouga.
He dormido placidamente asistido por las pastillas de valeriana que llevo en el botiquín, sutileza que aprendí de Fernando Garrido durante la expedición al Cho Oyu para adaptar el sueño los primeros días.
Aun así, mi espalda se halla algo resentida. Hacia tiempo que no dormía en el suelo, y sustituir la comodidad de un colchón, por la angostura de una esterilla sobre una alfombra en el desierto, cuesta.
Hay enérgica convulsión en el campamento, y  se percibe la impaciencia de lo que está por comenzar.
–“¿A que hora dan el desayuno?;¿A que hora nos toca pasar el control de mochilas?;¿Cuánto peso llevas?” . Son preguntas que se reiteran hoy.
A nosotros nos toca pasar el control de mochilas de una a dos de la tarde. Así que tras desayunar lo más copiosamente posible en la espaciosa carpa de la organización, me dispongo junto con mis compañeros a rehacer por centésima vez mi mochila.
Decido quitar algo de peso del botiquín, dos pares de calcetines (en vez de seis llevaré cuatro), y disminuyo un poco la comida.
Un poco de aquí, un poco de allá, y por fin mi mochila queda en nueve kilos sin contar el agua.
Estoy satisfecho, pues este último mes he entrenado continuamente con once kilos mas agua a mi espalda. ¡Perfecto!. 
Mientras nosotros nos dedicamos a esta tarea de reajustar la mochila, otros vecinos de campamento, han salido a pasear hasta las dunas que mañana nos albergarán en la primera etapa, e incluso se puede ver gente trotando hacia el horizonte. “¡Que moral!, ¿No tendrán suficiente con los 248 kilómetros que nos esperan?”.
A lo lejos, al otro lado del semicírculo que forman las Jaimas, observamos a un individuo gigantesco. Debe medir al menos dos metros, y por su envergadura, como poco es primo hermano de Arnold Schwarzenegger, pero en versión rubia con barba y Neocelandés.
Su mochila por lo menos es del tamaño de Juanma, y la colchoneta que lleva atada a ella, parece la famosa cama auto hinchable Restform de la tele tienda. Y nosotros preocupados con el peso...
Le suplico a Juanma que me siga, y tímidamente me acerco a este coloso neocelandés, invitándole con señas a hacerse una foto junto a mi amigo.
Muy simpático, y con una "enorme" sonrisa, consiente.
De lejos impresionaba, pero de cerca y pegado a Juanma, me hace recordar la película el señor de los anillos, y comparar a Juanma con un Hobbit, que posa plantado junto a un enorme horco.
Charlas con unos, risas con otros, hacen que la mañana discurra sosegada y afable.
Poco a poco, voy conociendo y relacionándome con más cómplices de esta aventura:
Fidel, nuestro veterano español con sesenta y siete años, y el mas experimentado (ocho participaciones ya). Fidel documenta a cualquiera que pida consejo, haciendo gala de su delicioso buen humor, y pregonando en voz alta lo que después comprendimos era su grito de guerra al cruzar cada día la línea de meta:
 - “¡Que se jodan!”, exclamaba al mismo tiempo que alzaba eufórico el brazo, y de reojo observaba la enseña que lucia en su espalda unida a un palo ensartado en su mochila. Su entonada bandera, era la foto impresa de sus tres nietos.
Otros, como Pablo Segura de Barcelona, con hondas preocupaciones de ultima hora. Justo antes de partir, ha dejado a su bebe recién nacido precipitadamente ingresado en una clínica, y naturalmente desde que salió está con la mente y el alma todavía en España. Es evidente y comprensible que él aun no esté disfrutando de Sables, así que no nos queda otra que animarlo cuanto podemos.
Un día después, supo que su bebe ya estaba en casa y muy bien, y por fin comenzó su Sables con energía renovada y una enorme sonrisa. 
Covadonga: componente de la organización de Española, y desplazada para la ocasión como fotógrafa por vez primera, haciendo gala de su simpatía con todos y cada uno de nosotros. A la postre terminamos llamándola "Mamá Covadonga", porque su atención hacia nosotros era similar a la de una madre.
Xavi Aldecoa: periodista enviado por La Vanguardia, y frustrado participante, pues lo que realmente le hubiera gustado era eso, participar; pero una lesión no le ha dejado. Me informa que tras haber conversado familiarmente conmigo en Huarzazate, y confesarle que llevaba entre mi comida Jamón, hoy me menciona en el blog que está escribiendo en la pagina web de la Vanguardia. ¡Vaya sorpresa!.
Tanto Covadonga como Xavi, tal como fueron discurriendo las jornadas, se convirtieron en dos más de nosotros.
Todos atravesábamos el desierto con el deseo de encontrarlos en algún rincón perdido de la etapa, y absorber ese soplo de aire fresco que nos procuraban con sus ánimos y sus sonrisas.
Jordi Aubeso: Burgales varias veces campeón de España de cien kilómetros, y  el mejor clasificado no Africano aquí las pasadas ediciones.
Un referente,  al que por no pertenecer a este mundo de lo runners, yo no conocía. Es una de las personas que más me han sorprendido. Refleja humanidad por todos sus poros y es virtuosamente humilde (cuantos ilustres deportistas debieran aprender...).
Volviendo al panorama del campamento, asoman un montón de niños y adultos bereberes, y se acomodan sentados en el suelo  desplegados en grupitos, impacientes por vendernos pequeños objetos de plata, piedras, fósiles o turbantes, sabedores de que todavía llevamos dinero encima y podremos guardar las cosas aún en la maleta.
Están situados estratégicamente en un paso obligado cerca de las Jaimas. Entre nuestras Jaimas y las letrinas portátiles que dispone la organización.
No voy a entrar en descripciones escatológicas... o sí:
Las letrinas son cubículos de a tres cubiertos con toldos blancos. Austeras cabinas, y en su interior retretes de plástico de los de hacer tus necesidades en cuclillas apuntando por un agujero, que da a un sarcófago demasiado visible, que naturalmente, por el uso, y los nervios de tan larga espera, se va saturando.
Sin querer, podías examinar estupendamente la composición interna del que te precedía en dicho menester. Y después abandonando tu firma a su suerte, igualmente podía ser admirada por el que te sucedía tras el toldo.
Entre dimes y diretes salvamos la mañana. Al fin estamos dispuestos para enfrentarnos al temido control de material, y entregar la maleta que nos retendrá la organización hasta el término de la carrera.
Nuestro temor se queda en nada, tras esta discutible formalidad:
Ordenadamente, depositas el certificado medico, te suministran una bolsita con pastillas de sales para la carrera, y un pedazo de bengala de medio kilo. Bengala que si utilizas, te costará la carrera (porque será tu señal de retirada), y los 180€ de fianza que has depositado.
En realidad se fían de que llevas todo tu material obligatorio conforme, y circulando que hay cola. Los días sucesivos, de forma aleatoria al entrar en meta tras la etapa, te pueden señalar para una inspección sorpresa de material, y sancionarte si no llevas todo; así que allá tu...  
Uno de los miembros del equipo Andaluz, ha tenido problemas con el electrocardiograma actual que debemos entregar. En vez de tres hojitas, solo lleva dos.
¿ El pobre estará incapacitado para correr la carrera, porque su medico corto el electrocardiograma por el lugar equivocado?.
En fin; tras unos asaltos con la furia andaluza, puesto que la organización no atendía a probadas razones, lo dejan participar. Pero, no sabe si le devolverán la fianza...
En cuanto pasamos este control, entregamos la maleta, y nos quedamos metafóricamente hablando “en bolas”. Con lo puesto para afrontar los siete días que tenemos por delante.
La gente sigue obsesionada: -“ ¿Cuánto pesa tu mochila?”.
Comemos aún al cuidado de la organización, y después de "una patriótica mini siesta", comienzo la tarde practicando una de mis rutinas cuando estoy de expedición, que me secunda para además de realizar un íntimo y original diario, para crear buen rollo y estrechar lazos con mis compañeros de aventura. Comencé a dibujar en una pequeña libreta que portaba, algunas caricaturas.
Esa tarde caricaturicé a Jordi Aubeso y a Fidel en mi libreta;  dos personajes que por apreciaciones  este día llamaron mi atención. Tras dibujarlos, se las muestro para que me las autografíen junto a mi firma.
Mas tarde, acompaño a Juanma, a realizar una labor que le ennoblece, y dice mucho de cómo es. En su maleta ha traído unas cuantas pelotitas y bolígrafos con figuras de Walt Disney para repartir a los niños nativos.
Seguro que esta acción no la olvidará nunca y yo tampoco. Presenciar la alegría de esos niños al recibir sus regalos es fantástico.
Ese mismo gesto de solidaridad y conciencia, lo tuvo Jordi Aubeso. Él transportaba en su maleta zapatillas de correr para los atletas marroquíes.
Todos hemos experimentado esa "voz" que nos exige, juzga, acusa o nos felicita por lo que hemos hecho. Pero, ¿cuántas veces le hacemos caso como hoy Juanma o Jordi?.
La tarde se marcha con una ufana ceremonia de presentación de la prueba, que tiene lugar en la amplia explanada que nos brinda el desierto cercado por nuestras Jaimas.
El director y fundador de la prueba Patrick Bauer, erguido sobre el escueto escenario que le procura la capota de un jeep, nos dirige unas palabras en su magistral "francés", y simultáneamente es traducido por una asistente al inglés. Entre unos y otros, mediamos para traducir e ir informándonos de las explicaciones y advertencias que nos transmite.
También, nos ejecutan una arriesgada y casi accidental exhibición de cómo "NO" se debe lanzar la bengala de señalización, y lo peligroso de no sacar la tapa superior de la bengala, y tirar de la anilla inferior. ¡Menudo susto se han llevado!. Casi se caen del jeep frente a todo el auditorio y televisiones de todo el mundo... y por sus caras de sobresalto, creo que no estaba preparado.
Tras este por suerte solamente sobresalto, ejecutan de nuevo la demostración perfectamente. No se para que, si no pensamos activar la bengala... je je .
Nos desean muchísima suerte para la carrera, ¡y ala!, a cenar y a dormir que mañana empieza lo bueno.
Es en estos momentos cuando me planteo que cosas buenas  puedo brindarles a  mis amigos, a mi familia, a los que han confiado en mi, en algo tan trivial como participar en una carrera.
Ya es tarde, estoy de nuevo en mi saco notando ya los efectos de la valeriana, y es como si una película pasara a toda velocidad por mi pensamiento. " Mi vida" " mis errores" "mis aciertos".Siempre es agridulce.
Quizás mañana esté de nuevo arriba de la ola. Quizás no me deje aplastar, y me deje mecer por ella.

 

jueves, 17 de marzo de 2016

23 MARATÓN DE SABLES (2008) (1)


Mi osada andadura como escritor aficionado, comenzó hace ocho años cuando tras participar en el maratón de Sables, me asaltó la imperiosa necesidad de relatar, de escribir con pelos y señales lo que viví allí durante aquella semana del 2008.
Desde ese día por medio de este blog, seguí compartiendo mis escritos o “necedades”, y a narrar todos los viajes o aventuras, por medio de manuscritos de los que surgían después guiones para los audiovisuales.
Pues bien, ocho años después he querido releer este primero, con ello recordarlo, y he decidido en parte corregir u ordenar (solo un poco) el relato, e irlo re-publicando de nuevo paulatinamente.
Mismamente comienzo por el principio:


23 MARATÓN DE SABLES
Por Javi Subías:

Saben los que me conocen, que me acerque a Sables con curiosidad; con la incertidumbre de una persona que no le gusta competir.
Me acerqué en un momento de mi vida que precisaba hacerlo. 
Pretendiendo únicamente un desafío personal como el que nos proponemos los montañeros cada vez que escalamos una montaña.
Así que partiendo de esa necesidad, y este particular punto de vista, ajuste hipotéticamente la carrera a mi medio más habitual, y la proyecté como una progresión diaria hacia una imaginaria cima que solamente estaba en mi cabeza.
Para ello, figuradamente transformé las etapas en campos de altura, y la adaptación al caluroso desierto y el esfuerzo, en aclimatación.
Pero sobre todo, como siempre hago con todo aquello que emprendo, llegué imbuido en una gran ilusión, sugestionado, y con el propósito de profundizar todo lo posible en la humildad y el compañerismo.
Desde primer día, procuré aprender sobre el terreno y de mis compañeros. 
Traté de vislumbrar cómo  reaccionaba mi cuerpo y mi mente a este descomunal esfuerzo, a la rutina o el cambio de esta, y de alguna manera equilibrárselo.
Sé de antemano y por experiencia la importancia de la mente, la serenidad y la ausencia de premuras ante cualquier desafío.
Para estar allí, habían superado cinco meses de duro entrenamiento y sacrificio, corriendo hasta ciento ochenta kilómetros semanales: sin trasnoches, con madrugones, sin esquí, sin escalar. Todo por un sueño de siete días en una prueba que solo unos pocos pueden experimentar cada año.
Yo tenía la fortuna de hacerlo durante este año 2008, y no podía desaprovecharlo.
  "La única manera de conocer los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo que té parece imposible".

1.    MI MARATÓN DE SABLES (Capitulo 1) "Hacia el desierto"
Las primeras evoluciones de esta, e imagino que de otras carreras similares, son íntimas y fraternales.
Primero la cariñosa despedida en  Barbastro, con los deseos de buena suerte de los que te quieren. Después, la llegada al aeropuerto de Madrid.
Allí en Madrid,  en el aeropuerto, me fui topando gradualmente con los que serian mis compañeros de aventura.
Éramos inconfundibles; ¿quién se pasea por la T-4 con esa extraña mochila con pechera característica de la maratón de las arenas, precisamente dos días antes de comenzar esta extraordinaria carrera?.
Nos observábamos de reojo, introvertidos, e  imagino que especulando: -“ ¡Jo! que fuerte parece ese, o que atlético ese otro. ¿Sabré bien donde me he metido? ¿Estaré a la altura?”. Al menos eso era lo que pasaba por mi cabeza.
Tras unas excitadas horas de espera, y con cuenta gotas, fueron apareciendo todos los miembros de esta cruzada, y por fin tomamos el vuelo a Casablanca y después otro interno a Ouarzazate.
Durante los vuelos, sometiendo esa vergüenza inicial, cada uno va intercambiando charla con las personas que le tocan en suerte en los asientos contiguos, intentando disimuladamente sondear e ir compilando información, o bien contar sus propias batallitas.
Si bien los métodos, las historias, son como los culos; “todo el mundo tenemos uno, pero nadie quiere conocer realmente el de los demás”.
El peso de  la mochila parecía el tema que más nos obsesionaba a todos.
Para mí, o desde mi punto de vista, es un error juntarte con alguien que ya ha corrido aquí, y dejarse influir por él. Porque creo que nada son matemáticas exactas. Y lo que es bueno para uno, quizás no lo sea para otro.
Sobre todo en cuestiones de material: - “No hace falta esterilla, ni chanclas, ni casi comida, ni...
¡Miedo!. De repente te invade el miedo y piensas: -“¿Me habré pasado?, ¿Me habré equivocado?”.
Cuando esto me ocurre, enmudezco, me recluyo en mis pensamientos, y acaricio mi anhelo.
Pienso, si hay voluntad y valor, todo es posible. Máxima aplicable a cualquier reto deportivo, a cualquier sucedido de tu vida diaria, y como no, a esta "maratón de Sables".
Así que automáticamente discierno:
 - “Es mi viaje, mi Sables y he de vivirlo a mi modo; con mis aciertos y mis errores”.
Llegamos al hotel de Ouarzazate de madrugada.
Como casi todos habíamos madrugado para llegar a Madrid desde nuestros lugares de origen, y los vuelos se habían retrasado, el viaje finalmente resultó largo y agotador.
Sin embargo y pese al cansancio, en todos se advertía ese brillo especial que se imprime en los ojos de quien está a punto de comenzar un sueño... su sueño.
Es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños.
La vida... bueno, no estoy en condiciones de enseñar que es la vida, pero si de disfrutarla y ser para ella algo fresco todo el tiempo; ser un gran descubridor y ella mi incógnita permanente.
Disfrutar, sorprenderte y descubrir, es lo que trato de hacer cada vez que me encamino aun nuevo reto, bien sea en la montaña,  o como en esta ocasión, en una carrera por el desierto.
Me toco (también en suerte... buena suerte), compartir habitación con Jaume Tolosa de Roda de Ter (Barcelona). Como era muy tarde y no nos dieron cena, compartí con él una longaniza seca de Graus que llevaba en mi maleta, que nos rehízo el estómago y nos reanimó para una amistosa charla nocturna.  
Insólitamente, al final de toda esta historia finalizamos en la clasificación general en puestos consecutivos. ¡Qué casualidad!
A la mañana siguiente, nos procuramos una última ducha como si fuera permanente. Como si restregándonos y limpiándonos bien, el pulido nos fuera a durar una semana seguida.
Todos nos reunimos en la puerta del hotel, y allí fuimos formando una caravana de autobuses y todo terrenos, para partir organizadamente hacia nuestro destino 350 Km. al sur.
Ocho horas de paisaje yermo, desértico y áspero, salpicado con alguna primitiva vivienda de adobe, algún camello o pastores con sus rebaños.
Y desaliñados niños que saludaban sonrientes agitando sus brazos al paso del convoy.
Rebaños en medio de la nada, que me hacían pensar:-“¿Qué coño comen esas ovejas? ¿arena?¿escorpiones?”....
En una primera parada para hacer aguas menores, el bodegón que se crea alrededor de los autobuses es muy curioso a la vez que surrealista: Los chicos a la derecha de los autobuses. Un montón de adultos componiendo una gran columna, por nacionalidades, apuntando con sus... al solitario desierto, rivalizando ya a ver quién aleja más.
Y como si de algo coordinado se tratara, las chicas a la izquierda de los autobuses. Ellas lo tenían peor. Imaginar una extensa llanura desértica sin ningún lugar donde ocultarse.
Allí descubrí asombrado, que esa ironía algo "machista" que apuntábamos de broma con mis amigos antes de partir para Sables: -"Allí las chicas que van deben mear de pie", era cierta. Algunas meaban de pie.
Bueno, tras estas anécdotas,  y algunos cientos de escorpiones salpicados más, durante nuestras periódicas paradas para miccionar (Menos mal que los escorpiones no brincan), dejamos la carretera, para por medio de una pista, llegar por fin al vivac.  Entonces todos, como perturbados comenzamos a aplaudir.
El lugar es impresionante. Parece una base lunar, o esos áridos planetas visitados por Luque Skywalker en la Guerra de las galaxias.
Todo está dispuesto alrededor de un eje natural, que determina una enorme cubierta esférica hinchable, sitiada por un conjunto de grandes carpas blancas, un imponente parque móvil con más de cien todo terrenos, dos helicópteros y una avioneta.
Camiones, camellos, y a lo lejos, alineadas de a dos formando un gran semicírculo, nuestras opacas y sencillas jaimas.  Figuran una gran avenida de humildes casitas unifamiliares grabando en su centro una enorme glorieta.
Organizadamente, nos adjudican los números de jaimas para la colonia de españoles.
Nos dirigimos para allí y nos vamos repartiendo en grupos de seis u ocho personas en cada una de las jaimas asignadas.
Los que van en equipo lo tienen más fácil. Los que no como yo, nos vamos agrupando como nosotros mismos o arbitra la casualidad.
Yo tuve la fortuna de conocer en el aeropuerto a Juanma de Torrevieja Alicante, y conectamos durante el viaje, (hubo flechazo...). Siiiii, Torrevieja; destino donde regalaban apartamentos en el Un Dos Tres. 
El pobre Juanma aguantaba esta guasa de todos al conocer su origen, y la aguantaba pacientemente con la mejor de sus sonrisas.
También me uní con Carlos “Zanoni” de Pinto (Madrid). Con sesenta años que no aparenta, es el más mayor de nuestra Jaima. Hoy en día, y generalizando, lo definirían como metrosexual, pero en su caso etaria mejor definido como un dandi; un caballero en las formas, y en el fondo de los que ahora ya no existen.
Con ellos dos había contactado por Internet meses antes, en un foro  donde nos íbamos dando consejos y previniendo, con los sobrenombres de Piltrafas, Zanoni y Javiaragon.
Los otros que formaron parte de nuestra Jaima fueron: 
Joaquín: una gran persona de esfínter un poco flojo, obsesionado con la montaña y con que lo guiara el siguiente año hasta la cima del Mont Blanc.
Jorge: un médico madurito, que parecía sacado de una telenovela; otro dandi en el mejor sentido
Y Luis: en sí mismo un monopolio de diversión, que desde el primer día nos deleitó con sus ocurrencias e inspiradas frases. Como por ejemplo: -"Vamos a pasar más hambre que un caracol pegado a un espejo", o " Sables no es Bambi".
Entre los seis, constituimos la "Jaima 8", contigua a la animada Jaima andaluza, y a tres Jaimas de la más mediática, ocupada por el popular ex futbolista y hoy exitoso entrenador de Barcelona Luis Enrique y su grupo.
Pero, como bien dijeron nuestros vecinos andaluces, la gente estaba demasiado preocupada, y debíamos  empezar a reír.
Así que como ya tiempo antes pactamos desde el foro de Internet, colocaron un mantel frente a su Jaima, y sobre el mantel plantamos una miscelánea de jamón de Andalucía y Aragón, queso, longaniza de Graus, mojama de Torrevieja, y como no, cinco botellas de auténtica manzanilla del sur.
Paulatinamente, y como no podía ser de otro modo con este bodegón, el ambiente se fue distendiendo, e incluso los italianos (que eran nuestros vecinos más cercanos), miraban impresionados nuestra improvisada y particular feria de Abril.
A continuación de esta familiar fiestecita, y la cena todavía proporcionada por la organización,  donde vimos gente variopinta y muy dispuesta, incluso disfrazada de Superman, o con frac, nos fuimos poco a poco ocultando en el interior de nuestros sacos, para velar nuestras particulares meditaciones.
Había sido un día emocionante, largo y cansado.
Sólo podíamos conocer la fuerza de este señalado viento que ahora se nos aparecía, tratando de caminar contra él, y no dejándonos llevar.
CONTINUARA....

miércoles, 9 de marzo de 2016

CARRERA DE LA MUJER AGRIDULCE

Como decía Quevedo, “El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos”.
La carrera de la mujer del pasado fin de semana, se vio ensombrecida por un desgraciado suceso que conmocionó el sentimiento de todo un pueblo.
El viernes a última hora de la tarde, unos desalmados asesinaron a un guardia civil, marido, padre, hijo, y querido vecino de Barbastro mientras cumplía con su trabajo.
De un plumazo; tal como una bofetada bien dada té gira la cara del revés, todo se deformó y se disfrazó de pesadilla.
Ya podéis imaginar los ánimos de todos los que con tanta ilusión y trabajo desinteresado desde el Club de Atletismo de Barbastro o la asociación local Española contra el Cáncer, aguardaban este dia con tanto anhelo; O las mil quinientas mujeres que con avidez y por los motivos que fuera, cada una los suyos, anhelaban la llegada de ese evento anual para respaldar este escenario corriendo o caminando, formando parte de esta fiesta deportiva de impulso solidario. Todo se truncó.
Y el sábado hubo que tomar decisiones imagino que muy difíciles.
Y no entraré en valoraciones de sí hubiera sido mejor suspenderla, cambiarla, una cosa o la otra...
Cada cual hubiera o hubiéramos hecho una cosa diferente, y hay que estar allí para decidir y dar la cara con todas sus consecuencias.
Desde fuera, sin saber, sin discernir, sería muy fácil e hipócrita conjeturar.
A buen seguro fue una decisión muy difícil de tomar, además sintiendo que decidas lo que decidas, nunca estará bien hecho a los ojos de todos.
Y diré que a título personal, como deportista, y Pepe lo era, de haber estado en su lugar no habría querido que “esta” carrera, con su razón, se alterara; pero, repito, esto es una opinión personal.
Así, que prefiero valorar lo que posteriormente fue:
El horario de la carrera coincidía con el sepelio de nuestro amigo y vecino, y lógicamente se varió retrasándola.
También con buen criterio, se decidió minimizar, casi eliminar esa pátina festiva de anteriores ediciones eliminando la música, cancelando los confetis, reduciendo al mínimo la megafonía, e incorporando antes de la salida un respetuoso minuto de silencio en homenaje a Pepe.
Por cierto, deberían tomar nota de este conmovedor instante, y realizarlo cada año antes de dar la salida, pues muchas mujeres participan como afectuoso homenaje a la perdida de algún ser querido enfermo de Cáncer, y sería muy oportuno y justificado. 
Esa tarde, todos: organización, colaboradores y participantes, teníamos un nudo en el estomago, otro en la garganta y un enorme sabor agridulce.
Pero, llegaron casi mil doscientas chicas con franqueza; en un silencio respetuoso. 
Muchas, por no decir todas, con sus camisetas rosas afirmadas con lazos negros como señal de luto respeto y homenaje. 
Y tras un calentamiento callado, casi mudo, se respiró una aguda y casi hiriente emoción durante ese minuto de silencio antes de iniciar la carrera .
William Shakespeare dejó escrito que no hay otro camino para la madurez que aprender a soportar los golpes de la vida.
Porque lo queramos o no, la vida de cualquier hombre siempre trae golpes.
Y saberlos encajar no significa ser insensible.
Creo que tiene más que ver con aprender a no pedir a la vida más de lo que puede dar; con aprender a respetar y estimar lo que a los otros les diferencia de nosotros, pero manteniendo nuestras convicciones y principios.
Muchas chicas, la gran mayoría decidieron correr, y otras decidieron quedarse en casa. 
Tanto las unas como las otras hicieron lo que les pidió su conciencia o sus principios y por ello merecen el mayor de los respetos.
Porque el dolor es una escuela que nos ofrece la oportunidad de curarnos un poco de nuestro egoísmo e inclinarnos algo más hacia los demás.
Y eso sucedió.
Personalmente, en ese día de luto hubiera visto mal la celebración de cualquier evento deportivo "normal".
Pero este no es un evento normal.
Pepe tenía madre, mujer e hija, y no se me ocurre mejor homenaje que esas más de mil cien mujeres, madres, esposas e hijas guardando un minuto de silencio conmovedor para homenajearlo y denunciar lo ocurrido.
Después, muchas corrieron o otras caminaron por sus causas personales, pero me atrevería a decir que todas, por él. Por Pepe.
El dolor es como un pellizco que detiene el curso normal de la vida.
Es un parón que invita a reflexionar. Y si se sabe asumir, como ocurrió aquí  casi improvisadamente, ayuda a no alejarse de los demás. A abrazarse. Nos vuelve comprensivos, tolerantes, nos va curando de nuestra intransigencia, y nos perfecciona.
Hacer lo que uno entiende que debe hacer supone muchas veces un esfuerzo considerable.
Un año más, desde aquí quiero felicitar al club de atletismo, a la AECC de Barbastro, a todos los voluntarios, a todas las participantes y al público que formó parte de este respetuoso homenaje disfrazado de carrera.
O así lo sentí yo,... Y Juan Carlos, Rosana, Luis, Nestor, Ana, Angel, Lucia, Bárbara, Pilar, Magda, Olga, Nuria, Eva, Manoli, Rocio, Yolanda, y un largo etcétera....

Aquí dejo el video que grabé igualmente a modo de homenaje: 









miércoles, 2 de marzo de 2016

SUEÑA-VIAJA

Reflexiones de una mañana de entreno:
Aseguran que el que no sale nunca de su tierra se carga de perjuicios.
En Europa: Francia,  Italia, Austria, Suiza, Suecia, Alemania, Finlandia y Turquía.
En América del Norte: Estados Unidos y Canadá.
En América del sur: Argentina, Brasil, Cuba y Perú
En África: Egipto, Marruecos y Tanzania.
En Asia: India, Nepal, China (Tibet), Pakistán, Tailandia y Kazajstán.
Hoy, mientras corría y pensaba (Corrilosofar), me ha dado por repasar cuantos países distintos había pisado en mi vida hasta ahora.
Muchos, o pocos. Según quien y como se mire.
¿Por qué?. Porque estoy proyectando una breve escapada familiar a Marrakech esta próxima semana santa, con la sana intención primero de disfrutar de esta sorprendente ciudad, pero del mismo modo, para que la peque a sus cinco años, comience a ver mundo y familiarizarse con otras diferentes culturas.
Por fortuna para ella, y ojalá dure, desde que nació ha viajado mucho más de lo que yo viajé durante la mitad de mi vida hasta ahora...
Decía Poncela, que viajar era algo necesario, y la sed de viaje, señal de inteligencia.
No sé. Por propia experiencia, y también quizás por la modalidad de viaje que más me gusta y he practicado, pienso que viajar es una gran manera de aprender y superar tus miedos.
Partiendo de la base que comencé a viajar tarde (con veinti muchos), que fue cuando pude permitírmelo por mí mismo, o pude formar parte de alguna expedición... no me quejo
Cuando era niño, ni había las facilidades que hay hoy en dia para hacerlo, ni nuestros padres podían permitírselo.
Afirmo que hoy en dia, con un mundo tan globalizado y cercano gracias a la comunicación y las redes, es exagerado manifestar esto.
Pero si es cierto, que el viaje físico te proporciona libertad, te da alas, te aporta energía y sobre todo nuevos conceptos o ideas.
Te ayuda en cierta forma a tomar distancia con lo cotidiano y ver las cosas desde otra perspectiva.
Si es cierto que el viajar, el conocer, te proporciona cultura e ilustración, pero sobre todo facultad para transigir y ser mas abierto de mente. Te obra mucho mas tolerante y seguro de ti mismo.
Me gusta muchísimo viajar, sobre todo conocer otras culturas diferentes, y en lo que me queda de vida, si la salud y la suerte acompañan, espero engrosar mucho más esta lista de países hasta el final.
Un viaje, y así recuerdo mis primeros, puede ser planteado como una meta, o un reto.
Siempre hay que tener esas metas, y alcanzar la constancia para alcanzarlas.
Porque la constancia es el factor determinante para convertir tus aspiraciones en realidades. Y la base de la constancia es la/tú fuerza de la voluntad.  
Dos ranas cayeron accidentalmente dentro de un recipiente con crema, e inmediatamente notaron que se hundían.
Era muy difícil nadar o flotar en esa densa masa de fluido.
Al principio, las dos patalearon para intentar llegar al borde del bote y solo conseguían hundirse más.
Cada vez les resultaba más difícil salir a la superficie y respirar.
Al rato, una de ellas comentó en voz alta:
-    No puedo más. Es imposible salir y como voy a morir, no veo porque alargar este sufrimiento. No tiene sentido morir extenuada por tanto esfuerzo inútil.
Y dicho esto, dejo de patalear y se hundió engullida por el viscoso líquido.
La otra, más sufrida o más tozuda, se dijo a sí misma:
-    Es muy difícil progresar y mantenerse pero no me daré por vencida, seguiré intentándolo, a ver si
Y siguió pataleando y batiéndose sin avanzar nada de nada.
Tras unas horas, de pronto... de tanto patalear, batir, sacudir y pelear... La crema, se convirtió en una especie de prieto sebo.
La rana boquiabierta dio un salto y deslizándose con facilidad llegó al borde del recipiente, y croando alegremente regresó a su casa. 
Una muy sencilla condición rige la cuestión de establecerte metas y después conseguirlas: Imaginar tú meta, tu viaje soñado.
Y sobre todo, creer firmemente en su realización.
Hacer lo que debemos y sobre todo tener paciencia.
No recuerdo que general decía:
- “Cien mil hombres vencidos retroceden ante cien mil valientes, solamente porque no creen en la victoria, y están abatidos"
Tanto el triunfo como la derrota se encuentra dentro de nosotros mismos, y la mayoría de las veces de eso depende todo... de nosotros mismos.
Si quieres correr, corre; si quieres viajar, viaja; si quieres soñar sueña.