martes, 27 de noviembre de 2012

UNO MAS UNO = UNO


Las emociones son más poderosas que los ideales.
Si un objetivo no te apasiona (sea pequeño o grande), no funcionará esa ley de la sugestión, y nunca será fácil de conseguir. No obstante, si sientes entusiasmo, emoción y pasión por el propósito, si imaginas los detalles, o tienes lágrimas de pura satisfacción en los ojos pensando en ese colofón, estás sumando emociones, y mucha, muchísima FUERZA para finalmente lograrlo.
Tus planes y tu entrenamiento, son el vehículo que te llevan a ese objetivo, pero tus emociones y tu apasionamiento, serán el combustible que activará e impulsará ese motor.
Corrí mi primera maratón "oficial" el año 2007, y crucé emocionado la meta al haberlo conseguido tras unos meses de preparación, y además, aunque “era lo de menos”, con un sorprendente crono de (2h:52m:18s). Fue en la maratón de Barcelona.
Durante estos cinco años posteriores, he corrido miles de kilómetros, cientos de ellos en diferentes partes del mundo por desiertos, hielos, o selva, y con el mismo objetivo que ese primer maratón, que también era el mismo que operaba en mí cuando trataba de hoyar una cima: - "¿seré capaz?".

De esta manera, siempre he cruzado, o he hoyado una cumbre totalmente emocionado y sobrecogido; eran nuevas líneas de meta que me señalaba. Y siempre averiguando que las líneas de meta, o las cumbres, no lo eran todo. Eran un pequeño complemento; eran tan solo el final de ese nuevo camino; Que lo importante, lo valioso, lo que le daba significado, era el audaz recorrido que atravesaste para llegar a ese momento e "intentar" lograrlo.
Los que me conocen, ya saben el porqué no corrí durante estos años ninguna maratón oficial mas… Simplemente, porque ya la había hecho. Porque ya sabia que era capaz de hacerlo. (No en vano, estos últimos años recorría esa distancia varios días a la semana entrenando para alcanzar otros términos.) Por esto sabia que durante su preparación, o en su línea de llegada, ya no hallaría esa emoción que te supone un reto que a priori te parece inalcanzable.
He corrido algunas medias, si, pero siempre con el pretexto de compartirla con buenos amigos (otra motivación), o porque era la de mi pueblo, Barbastro.
Por esto, mi segunda maratón "oficial", iba a ser cinco años después la maratón de Nueva York 2012. Porque era el pretexto para realizar a la par un viaje familiar tras todos estos años de retos individuales.
Pero, como no podía ser de otra manera, me la tomé en serio y la hice mía. La hice "Mi reto". Comenzando por lograr la marca que me hiciera merecedor de participar directo. La logré al primer intento en diciembre en Salou, y desde entonces, poco a poco me fui motivando e ilusionando tanto por el marco, como por averiguar si cinco años más tarde aún sería capaz de bajar de las tres horas en esa distancia, y además allí, en Nueva York (la maratón más popular del mundo).
Fui franco  cuando decía que no pensaba decidir si correría a tope para lograrlo, hasta que me hallara allí en plena carrera, porque como bien te cuentan los que la han corrido, no es una maratón para competir, si no para disfrutar. Pero, quería tener la posibilidad de decidirlo sobre la marcha, y para ello tenía que alcanzar el estado de forma optimo que me permitiera elegirlo.
Me metí de lleno (como preparación) en lo que denominé "mi viaje por la tierra media", participando durante el año en más medias maratones de las que había corrido nunca (nueve en total). Eso sí, siempre inéditas para que me entretuvieran (eso era fácil, pues había participado en muy pocas), y así, casi sin querer, entré en una dinámica que me amenizó y motivo los entrenamientos. En Barcelona, donde bajé por primera vez de la hora veinte, crucé de nuevo la meta emocionado; como un debutante; como la primera vez.
Con que, con esta velada motivación, fui mejorando mis mejores cronos en la distancia, asombrándome a mi mismo al conseguir llegar de manera "cómoda" en la media maratón de Calatayud en 1h:16m:59s, justo antes de lesionarme durante unos meses por una rotura fibrilar.
Después el reto se torno duro, agotador y rabioso, pues quería recuperar de nuevo ese estado de forma antes de la gran cita. Y este bache lejos de desmotivarme, hizo que me implicara mas aún. Tenia que vencer con tenacidad, como siempre, las dificultades que me salían al paso. Eso haría, si lo conseguía, que el premio, la satisfacción fuera más manifiesta. Así luche, entrené y me recuperé.
Llego Nueva York. La gran cita. Estaba preparado para correrla bien y/o disfrutar. Una vez allí, pasó lo que pasó (el huracán), y realmente, como escribí en mi anterior post, no me importó. Fui de vacaciones con familia y amigos, gocé y viví el maravilloso ambiente del que tanto me habían hablado aunque de otra imprevista e histórica manera junto con mis amigos José Hernán, Paco y Rafa, y además no me vi en la situación de tener que escoger entre introducirme en el ambiente del entorno, el ambiente y la comparsa, o en el reto de bajar de las tres horas cinco años más tarde, y con mis 45 añitos recien....
Aún así, durante la semana siguiente allí en Nueva York, durante mis galopadas matutinas por Central Park, una serie de preguntas no dejaban de rondar por mi cabeza: ¿Me habría preparado tan bien como yo pensaba?,¿Hubiera sido capaz de volverla a correr por debajo de las tres horas una maratón?.
La había preparado a conciencia durante meses y era una pena no haber podido responder a esas preguntas....
Y.... ¿por qué no?. Recordé que justo la semana despues de regresar a España se celebraba la maratón de Valencia, en la que además debutaba mi buen amigo José Mª al que yo inicie en esto del correr, y que, ¡¡qué casualidad!!, él me acompañó a aquella mi primera maratón de Barcelona. ¡¡Era perfecto!!. Me metí en internet, y.... ¡¡mi gozo en un pozo!!. Inscripciones cerradas.
Así que, maduré la posibilidad de ir a San Sebastián dos semanas después de Valencia. Lo verifiqué. Había plazas, así que sin pensarlo mucho me inscribí, y se lo propuse a mis compañeros de viaje a NY, pero no se animaron.
Este pasado domingo estaba allí, en la línea de salida de San Sebastián ilusionado como un chaval. La casualidad y la ventura, el destino, me habían guiado hasta allí sin haberlo ni imaginado, y además en una de las mejores compañías que pudiera imaginar: mi gran amigo y padrino de mi hija Miguel (él correría el 10k, y estaría en la meta para recibirme)
La carrera fue perfecta. Correr y finalizar un maratón o distancias superiores a este, exige dedicación, carácter, inteligencia, fuerza de voluntad, paciencia y algo de capacidad de sufrimiento ... En definitiva, exige ser una persona íntegra, deportivamente hablando ...
Lo más duro no es la carrera en sí, lo más duro es el entrenamiento que has superado durante meses para prepararla, y lo hice bien.
Tanto un maratón, como o una carrera de ultra distancia, o ascender una montaña, es un juego emocional.
San Sebastián:
Km. 35, ya tan sólo me queda 7 km y el famoso y temido “muro” no ha asomado, señal de trabajo bien hecho antes y durante la carrera. He sido cauteloso y a una media de 3’55” el kilometro…Ya sé que, como soñé, salvo catástrofe voy a bajar de las tres horas. En la última intersección, he visto el globo de esa distancia muy alejado de donde yo me encuentro.
Km 37, el momento en su máxima expresión, que ademas coincide con la entrada en una avenida repleta de público que te aplaude y te azuza. Ahora una mezcla de rabia, euforia, dolor, fatiga, cansancio, sentimiento puro, emociones a flor de piel y determinación absoluta tiran de mi.
Kilómetro 40: ya veo el estadio de Anoeta y surge dentro de mi una mezcla explosiva de estremecimientos y escalofríos.
Ya no corro con las piernas, ni siquiera con la cabeza, ni tampoco con el corazón, corro con la voluntad del alma. Sin verlo, escucho un grito de Miguel entre la multitud que me enardece aún más.
Entro en el estadio de Anoeta cruzando la línea de meta en ¡¡2h:48m:01s!!, y lo que experimente una vez pasada esta línea (fundiendo aquella mi mejor marca), es algo tan personal e íntimo, que difícilmente puedo describir, y que una vez más me hizo gimotear de emoción y rabia, buscando bajo sus gradas la salida y a Miguel que simbolizaba toda esa gente que quiero, me soporta y me anima, para fundirme de nuevo en un abrazo estremecerme y decirle entre impresionadas espiraciones:- "Me he emocionao..."

Ha sido el perfecto final para un sueño que comenzó en Salou, pasó por Nueva York e inesperada, azarosamente terminó en San Sebastián. Finalmente conseguí disfrutar de las dos cosas: del ambiente de Nueva York, y de la carrera en San Sebastián. UNO + UNO= UNO.
¡¡Mi maratón de Sebas...York!! 

martes, 20 de noviembre de 2012

GALOPADA ¿HISTÓRICA? EN NEW YORK 2012



No somos perfectos ¿ por qué habrían de serlo nuestras vidas?.... Por eso, a veces las cosas no salen como uno espera, y eso es natural.

Hay cosas que planeamos con meses de antelación, que quisiéramos, que soñamos con que sucedan lo mejor posible, y durante meses las anhelamos, preparamos e incuso visualizamos. Pero desde el momento que tomas la decisión de realizarlas, también los dados de la fortuna han sido lanzados, y nunca hay que olvidar la otra cara de la moneda, cuando las cosas no salen como uno espera que salgan:
Aterrizamos en Nueva York el viernes 9 a las 21,20 hora local, y cuando estaba desembarcando del avión, encendí mi móvil. Al poco, repicó por la llegada de un mensaje. Era de Paco que ya estaba en Nueva York junto con José Hernán Y Rafa desde el jueves, y decía escuetamente: - "Maratón Cancelado". Me lo tomé a broma, e incluso me los figuraba a los tres riéndose mientras me enviaban este aviso....
Al poco, frente a la cinta de recoger los equipajes, Rosana llamo mi atención indicando:- "Es verdad, mira la televisión". Había unas grandes pantallas afirmadas en algunas columnas, y estaban debatiendo el tema, y Rosana (que habla ingles), lo escuchaba. En realidad no eran necesarias sus traducciones, ya que en la parte inferior de la pantalla, había adjunta una tira de color con un epígrafe que indicaba: "NEW YORK MARATHON CANCELLED".
¡No lo podía creer!. Lo primero que me vino a la mente fue el alcalde de NY Michael Bloomberg, asegurando al mundo en rueda de prensa un día antes que la maratón se realizaría; Que significaba muchos ingresos para los comercios de la ciudad, y en unos momentos de adversidad como los que acaecían, no podían desaprovecharlos...
En mi caso habría volado igual, porque la maratón era una mera excusa "como guinda", para realizar allí unas vacaciones con mi familia, pero en muchos "miles" de casos, que se deslazaban única y exclusivamente con el sueño de participar en esta famosa maratón, la decisión a priori despedía un enorme tufillo a premeditada artimaña o conspiración con tintes de campaña política. Los miles de corredores (consumidores) ya estábamos en la ciudad conformando así a los comercios y negocios, y aunque enfadados, el próximo año se habría olvidado y habría seguro otros cincuenta mil corredores dispuestos a inscribirse....
Cambiando el chip:
Una vez asimilada la nueva trama durante la noche y el día siguiente sábado, existía o la predisposición a ver el lado negativo de las cosas, o bien la disposición a ver preferentemente el lado positivo. Si las cosas tienen remedio, ¿porque irritarse? ; y si no lo tienen, ¿por qué acalorarse gratuitamente sí con eso té quedas?.
Es un tópico describir a los optimistas como pesimistas mal informados, o como ingenuos que antes o después se rendirán a la evidencia. Pero ser optimista no equivale ni a ser ni frívolo ni inconsciente, si no a percibir lo bueno de cada circunstancia, y a partir de esa percepción ser capaces de optimizar las posibilidades que cada situación nos plantea. "yo al menos lo percibo así". Las dificultades podemos verlas como oportunidades para hacernos más fuertes y mejorar nosotros y nuestra autoestima.
Además, no era nada grave; tan solo una maratón (correr y "disfrutar" corriendo 42 km) que se había suspendido. Quizás mi cultura montañera me puntualizaba de manera distinta a los demás evocándome la tópica pero afectiva frase: "La montaña siempre está ahí"; como cuando docenas de veces por circunstancias ajenas a ti mismo has tenido que claudicar en tu empeño (en mi caso incluso a los pies de algún ocho mil...).
Estaba de vacaciones con mi familia, y además unos días compartidos con excelentes y joviales amigos en Nueva York. ¿Qué mas podía pedir?
Los optimistas tienden a vivir más felices y a superar con más facilidad las complicaciones, así que prefiero ser optimista.
Relato de la no-maratón:
Si no encuentras el camino, háztelo.
El sábado junto con Paco recogimos el dorsal en la feria del corredor, con el temple algo agriado por saber que tan solo era una formalidad simbólica; una ilusoria ceremonia para atesorar un "elemento" de recuerdo de nuestro paso por esta carrera.
Por cierto una feria esplendorosa, pero con este aroma a malogro y frustración que se respiraba en el ambiente (por parte de corredores, voluntarios y expositores), hacia que estuviera semivacía y con un matiz similar al de un velatorio. Al menos así me lo pareció a mí.
El domingo día 4, día de la hipotética maratón, hemos quedado en la puerta del hotel donde se alojan Rafa y José Hernán con el resto de Españoles de su grupo (unos treinta), para subir todos juntos a correr por Central Park. Se prevé que miles de corredores harán lo mismo. No en vano, cuando nos dirigíamos trotando con Paco hacia allí desde nuestro apartamento a unas seis manzanas, pudimos ver numerosos grupos con decenas de personas que se encaminaban corriendo en dirección al célebre parque. Se palpaba ya un ambiente especial.
Tras reunirnos todos, equipados como si fuéramos a correr la maratón: (En nuestro caso, camiseta preparada al efecto con los colores de España y nuestros nombres, y el dorsal), comenzamos a trotar en grupo hacia Central Park.
Una vez allí, emancipándonos del resto los cuatro a la par, llevados por el fantástico ambiente que se respiraba, decidimos trotar en principio por donde la masa de gente lo hacia; según nos explicó Paco (que había estudiado), estábamos dando una vuelta al perímetro principal o carretera que envuelve todo el parque, que tiene una longitud de unos ocho kilómetros.
¡Qué ambiente! Aire limpio y un paisaje fascinante e insólito, y esto asociado a miles de corredores de todo el mundo, complaciendo en cierta forma su exclusivo maratón particular de una manera informal por las aceras, los exteriores y los recónditos caminos de este gran parque.
No se trata de faltar al respeto a las víctimas de 'Sandy' ni a nadie. Hemos venido de vacaciones, pero también a correr, y simplemente corremos...
Todos entendemos, "ahora", que no consideraran apropiado que la prueba pasara junto a lugares con tanta destrucción y sufrimiento, o que se dedicaran los enormes recursos necesarios para este evento deportivo, que hoy están mejor empleados en las labores de recuperación y ayuda de las zonas dañadas, pero eso tendrían que haberlo previsto días antes, e incluso para los que hubiéramos venido de todas formas, haber organizado de una manera coordinada esta espontánea e imprevista "No-maraton" de NY, en la que la mayoría hubiéramos participado en favor de la ciudad corriendo simbólica, neutralizada y manifestadamente estos 42 Km por las victimas o por lo que nos hubieran requerido...
Grupos y más grupos, gente y más gente. Poco a poco los centenares, nos transformamos en miles de corredores (30.000 según la prensa) que vamos formando una enorme multitud multicolor, festiva y estridente con vítores y enaltecimientos, con el solo propósito común de correr y disfrutar de este día excepcional todos juntos.
Alguien dijo que la vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento; que razón tenía.
Y que decir del espectacular marco (que también ayuda), de Central Park (para mí lo mejor de NY): Fue diseñado por el paisajista y escritor Frederick Law Olmsted y el arquitecto Calvert Vaux Inglés en 1858, y fue declarado Monumento Histórico Nacional desde 1963. Tiene 4 kilómetros de largo y 800 m de ancho. Aquí se corrió la primera edición de la maratón de Nueva York.
En su interior varios lagos y lagunas, amplios senderos, veredas, amplias praderas, dos pistas de patinaje sobre hielo (una de las cuales es una piscina en julio y agosto), un Zoológico , una gran área de bosques naturales, y un anfiteatro al aire libre.
Me siento feliz. Todo de colores arcillosos, vinagres, pajizos, y cobrizos desiguales. Todo tapizado de heterogéneos e infinitos matices de luces que van desde el verde al amarillo pasando por el rojo que nos da el otoño. ¿Cómo no ser felices ante tanta belleza y en tan grata compañía?.
José Hernán se fue viniendo arriba a cada metro, porque según él,: "Nunca, ni en Barbastro, le habían animado tanto".... El numeroso público que se fue agolpando a los lados improvisando incluso puestos de avituallamiento con todo tipo de género, y nos animaba con fervor gritando nuestros nombres: ¡¡¡Pacou!!!¡¡¡Góse!!!¡¡¡Gávi!!!....
Rafa torciendo el gesto insinuaba: -"A mí no me anima nadie".... No se daba cuenta que llevaba la chaqueta de chándal puesta, y no leían su nombre...jajaja
Cuando llevábamos unos dieciséis Km. trotando felices entre bromas y risas, nos dirigimos a un extremo del parque para reencontrarnos con nuestros acompañantes(Merche e hija, Eugenia, Rosana, Nayra),, porque era la hora que habíamos acordado encontrarnos, y allí no dejaron de sucederse eventualidades, en el buen sentido de la palabra:
Primero nos topamos con el director y fundador de la Maratón de Sables Patrick Bauer, su mano derecha Olivier, y la fotógrafa española de dicha carrera, y desde entonces amiga Covadonga, que fue la que reparó en nosotros  gritando mi nombre. ¡¡Que feliz casualidad!!...Yo participé en Sables 2008, y Paco lo ha hecho este mismo año 2012.
Al poco de hacernos juntos una foto, despedirnos, localizarnos con nuestras familias, y mientras posábamos para otra foto, apareció en esta misma esquina la corresponsal de TVE Cristina Olea con su cámara acompañante, y le debimos caer en gracia porque requirió grabarnos unas manifestaciones, tras las cuales incluso nos hicieron correr posando para la cámara por una acera .
La anécdota no se queda en eso, si no que horas más tarde, empezamos recibir mensajes desde España de familiares y amigos que habían visto un fragmento de nuestra entrevista este mismo domingo por la noche en horario de "prime time" en el telediario de la uno, en el que corremos y posamos los cuatro abrazados, mientras habla y muy bien José Hernán)... Más de 1200 españoles, y nos sacan a los cuatro de Barbastro....¡Si mi abuelo levantara la cabeza!.... su nieto en América y saliendo en "El Parte"... Una anecdótica recompensa para nuestras familias en casa. La casualidad casi siempre nos da lo que nunca se nos hubiere ocurrido pedir.
Paco, José Hernán y yo, estábamos deseosos de seguir corriendo, así que Rafa, que ya había tenido suficiente, se dirigió con el resto paseando hacia donde estaba montada la línea de meta de la Maratón, mientras nosotros dábamos una vuelta más hasta llegar también allí, y disfrutábamos de nuevo confundidos entre los miles de corredores y el revoltijo de colores de otoño de robles, cipreses y hayas sobre el cielo azul de este estupendo y soleado día.
Me sentía alegre, y a cada metro sentía flotar y revivir mis piernas. Me sentía casi eufórico. Estos ocho kilómetros fueron ya apoteósicos. No cabía más gente y a ambos lados de la travesía estaban también repletos de animadores y suministradores de agua, bebidas isotónicas y alimentos. ¡¡¡Pacou!!!¡¡¡Góse!!!¡¡¡Gávi!!! ¡¡¡España!!!....nos gritaban sin parar.
Cencerros, trompetas, banderas de todos los colores y países, gritos y bubucelas marcaban nuestro achispado ritmo.
De vez en cuando, se me achicaba el alma al cruzarte o adelantar a algún corredor o corredora octogenario que corría complicadamente, o gente más joven que casi caminaba con dificultad ahogo y descompasadamente por efectos de alguna evidente enfermedad, o tullidos perceptiblemente esforzándose con su handbike (como nuestro amigo Diego), emocionados ante los ánimos de todos. En esos instantes te dabas cuenta del verdadero valor de esta "nocarrera", y que realmente había merecido la pena estar aquí y formar parte de todo esto.
El corazón está lleno de muchas cosas para decir, pero hay momentos en que me parece que las palabras, o el idioma no son nada. Fotos con Mexicanos, Argentinos, Peruanos, Ecuatorianos. Cuanto nos reímos tras la foto de José Hernán y yo con unos mexicanos, especulando con el si hubieran sabido que se llama José "Hernán Cortés"...
En cada esquina más y más público, y mas y mas heterogéneos corredores por medio de este bosque que contrasta de manera caprichosa cuando levantas la mirada con las sobrias y enormes atalayas de Manhattan.
No hay un solo instante que no te estén animando, no hay zona sin gritos, sin grupos de avituallamiento improvisados  regalando bebida, plátanos y dándolo todo. Esos instantes “piel de gallina....”
Hoy, sigo recordando todo aquello, y disfrutando su recuerdo.

Lo que clasifica al hombre es el equilibrio de la contradicción que existe  entre el destino y la libre voluntad.

No somos profesionales; somos populares, amateurs. En esto de correr o incluso de ascender montañas, tan solo competimos, si competimos, contra nosotros mismos y nuestras propias sensaciones. Por eso, las carreras son un mero pretexto para ir a uno u otro lugar, donde aún participando con otros cientos, cada cual hace su carrera, vive su aventura o su ascensión, y esta no es comparable a ninguna otra.
Esta ha sido la nuestra, la mía; Nuestra maratón de Nueva York 2012. Y me ha encantado. La vida está llena de pequeños bellos e inesperados momentos, hay que disfrutarlos  por que en ellos siempre se encuentra la auténtica felicidad.

PD: Al final, entre ese y los días sucesivos corrí fantásticos 60km  por Central Park.

lunes, 12 de noviembre de 2012

New York y "El lado bueno de la vida"




Al marcharme a Nueva York, escribí: "El Objetivo principal, como siempre, disfrutar de la experiencia y seguir progresando; ¿como deportista?... no, creo que como persona. No en vano, compartiré felizmente la experiencia y unos días de turismo y vacación con mi familia, y también con mis buenos amigos Paco, José Hernán y Rafa, y algunos miembros de sus familias.
Todo lo demás vendrá por añadidura y dependerá de cosas tan huidizas como el destino o la suerte. Y suceda lo que suceda después: mal o buen día, buena o mala marca, eso será anecdótico y servirá igualmente para crecer y seguir adelante con ilusión.
Estoy convencido que corriendo, andando o de rodillas cruzaré la línea de meta de Central Park."

Si releéis mis últimos post antes de irme  a cualquiera de las aventuras o proyectos que pretendo realizar, siempre hablo de preparación, disposición, y finalmente "suerte".
Desde mi particular punto de vista, aún teniendo mala suerte, por la suspensión de la maratón he cumplido casi todos mis objetivos: He disfrutado, creo que he progresado (íntegra y moralmente hablando), he corrido en NY y he compartido carrera (38 km en buena compañía (algunos de ellos con 30000 corredores de todo el mundo), y 22 en solitario) y turismo por Nueva York, e incluso he cruzado la meta de Central Park no una sino varias veces (estaba instalada...). 
Antes de extenderme contando más detalles, quería simplemente escribir este breve post de recién aterrizado y reiterarme en lo que ya escribí desde allí:
No eres responsable de la cara que tienes, pero sí de la que pones. Y a mal tiempo....
Si, a sido muy mala suerte la suspensión de la NY maratón, pero , "porque llorar cuando voy andando sí otros sonríen y no tienen piernas". Había que ver ayer por Central Park ciegos, tullidos o personas centenarias con su dorsal ilusionados dando vueltas arropados por los ánimos y aplausos de la gente, en un simulacro de lo que pudo ser y habían soñado y no fue. Yo he estado en NY con las personas que quiero disfrutando y riendo....Ha sido la suerte que me ha tocado...y creo que no ha sido nada mala".

Me encantan los Monty Phyton y al final de la película La Vida de Brian, que también me encanta, cantan esta canción que (siiii…..me encaaaannnta), y siempre me alegra cuando la escucho... Esta es la letra: