martes, 31 de julio de 2012

La suerte de la Amistad

Es muy fácil decirlo. -"No por mucho madrugar amanece más temprano"-. Veis!!!,Ya está dicho. Pero no. Después hay que confirmarlo. Bueno... mejor no andar verificando cosas, no vaya a ser que resulte que sí, que si madrugas muchísimo, amaneces unos días atrás y resulta que por no madrugar te estás perdiendo todo. Pero no, no os preocupéis, no ocurre nada de esto. No amanece más temprano.
Lo que sí ocurre, es que un día fantástico lo puedes amplificar y estirar para que sea aun más extraordinario; o como decía mi abuelo: - "Ande se esta bien..., buen rato"
El domingo fui copartícipe de algo fantástico:
Hace muchos años ya, formé parte de un grupo Scout que había en Barbastro. Allí compartíamos excursiones, campamentos, mucha familiaridad y sobre todo amistad. Éramos niños ingenuos y sobre todo amigos.
Han pasado los años, y esos niñ@s han/hemos crecido (aparentemente), e incluso nos hemos multiplicado con parejas e hijos. Y pese a las circunstancias, el tiempo y las distintas órbitas de cada uno, continuamos siendo, "sintiéndonos" amigos.
El domingo tuve el inmenso honor y el placer de acompañar a un barranco a algunos de estos mis amigos de infancia, y a la vez de iniciar a sus hijos junto a algunos de ellos. Emocionante, emotivo e intenso.
Algo tienen los amigos de la infancia que no tienen el resto de amigos.
Refiriéndome a amigos de la infancia, también a esos amigos que todavía conservas, aunque casi nunca te llames, o rara vez te veas. Esos que sabes que si te encontraras ahora mismo, recíprocamente os alegraríais enormemente y os sentiríais con la misma confianza y familiaridad que si os hubierais visto ayer mismo.
Quizás sea porque esos amigos te han visto llorar al hacerte una llaga en la rodilla por caerte de la bici, porque te ayudaban a embaucar a tus padres para que te dejaran un ratito mas, porque eran ellos los que te soportaban cuando eras "fehacientemente" un completo estúpido pretencioso, mequetrefe e inmaduro, porque sufrieron tus primeros amores y desamores, o las primeras tajadas, o porque vieron como poco a poco emergía lo que eres ahora, e incluso formaron parte de ello y en cierta forma lo reforzaron, o incluso porque te has enfadado y desenfadado tantas veces con ellos que te transmiten soporte y franqueza.
A veces creo que es porque ellos piensan en ti todavía como cuando niño, tú también, y ambos en cierta manera echáis de menos esa etapa de vuestra vida.
Hemos venido a este planeta a compartir, a estar rodeados de personas, a convivir; incluso dicen que como seres sociales que somos, tener un buen saldo de amigos alarga la vida.
En estos tiempos inquietos, de información desalentadora, negativa, de pánico ante los cambios. Manifiesto una mirada pública hacia "la amistad", como un buen modo de atenuar la congoja.
Amigo es aquel que crece contigo y no en tu contra.
Es importante compartir tiempo de nuestras vidas con almas afines donde la complicidad, el guiño, y la risa nos lleva a sentirnos bien, y donde esas relaciones de amistad tienen más valor y peso en nuestro sentir que muchas veces las relaciones familiares.
Cuando eres niño no eliges los amigos, es puro azar, bien porque son hijos de los amigos de tus padres, porque tu apellido empieza por la misma letra y eres compañero de pupitre, porque es un vecino con tu misma edad, o porque formas parte del mismo grupo Scout al que te apuntaron tus padres para mandarte de campamento.... Y conforme te vas dando cuenta de que la vida no es el camino de rosas, aprendes a apreciar esos golpes de suerte en forma de amistad que la vida te presta. En este aspecto, yo he tenido mucha suerte.
Seamos felices viviendo la amistad.

lunes, 23 de julio de 2012

Oxímoron infantil.


Un ordenado caos. El caos de los infantes.
Si la sonrisa de los niños es tan fascinante de ver, quizás es porque es un categórico argumento de vida.
Hace unos días durante la celebración del cumpleaños de mis sobrinos, monté una tirolina, para que los niñ@s se deslizaran por ella. La niña que más bajó, y al aterrizar una y otra vez con una gran sonrisa decía: -"Ota ve"... fue mi hija Nayra con veintiún meses....
Podéis imaginar la satisfacción que sentí al verla disfrutar tanto de algo que a mi tanto me gusta. Creo que se llama "orgullo de padre"; una sensación nueva para mí.
Igualmente, este pasado domingo, y por segunda vez, proyecte hacer un mini descenso de barranco de iniciación para niños de menos de seis años, por el caos de la central de Alquezar, bajo la ruta de las pasarelas del río Vero, al que la primera vez bauticé como "El caos de los infantes".
Tras la primera fructífera experiencia, me apetecía de nuevo repetir e iniciar de alguna forma otra vez a niños de menos de seis años.
La experiencia nuevamente magnífica, e incluso ayudado por los adultos, ideé nuevas formas de diversión y salvaguarda durante el pequeño descenso, improvisando para regodeo de los niños, una tirolina que terminaban con un suave chapuzón.
Efectuamos un Oxímoron: "Fue el Ordenado Caos de la Central de Alquezar".
Los niños tan pequeños, el mayor problema que tienen en un barranco es el agotamiento por una larga caminata, o lo gélido de sus aguas, por lo que un pequeño caos como este de fácil aproximación, es perfecto para iniciarse jugando y divertirse haciéndolo, pues al ser reducido tampoco al frío le da tiempo a hacer mella en ellos (con neopreno claro).
Todos hemos sido niños, e incluso algunos lo seguimos siendo en algunos instantes. Que hipnótica sonrisa. En algún momento, algún adulto también se hipnotizó y contentó contemplando la nuestra, o nuestro juego... y él, como no, también fue niño antes.
Los niños, su proceso físico, mental y afectivo; sus registros saturados de energía y su risa, se convierte en una explosión de fuerza. Que gusto verlo y ser partícipe. Cuanto se aprende mediando con ellos.
Observando, compartiendo, aprendes, y todo te retrotrae a tu propia infancia. Está claro que nuestro talento es limitado, pero nuestro corazón, nuestro sentir, no tiene fin. Viendo disfrutar a mi hija en la tirolina o a los niños en el río.... disfrutando junto a ellos, te das cuenta que es en la sencillez, y no en la complejidad, donde reside la razón, el juicio y la lógica de todo.
Que sencillo es todo y que fácil divertirse y reír.
Voy a repetir un eslogan que escuché una vez a unos niños y que nunca olvidaré: - ¡Ganamos!, ¡perdimos!, ¡igual nos divertimos!.... Ese es el espíritu que se revela desde un principio en un deporte en naturaleza, compañerismo y complicidad. Compañeros, no rivales. No competitividad, si camaradería. Ganar, perder, ¿qué más da?
Aun así, tan solo se trata de realizar, de compartir, de delegar a los niños unas actividades sanas y divertidas en la naturaleza; de darles a conocer, de disfrutar en unión, y nunca jamás de imponer..Se trata de educar, guiar, no de disciplinar ni someter.
Desde la infancia nos endosan destinos ajenos, y, aún como padre, tengo muy claro que nadie está en el mundo para realizar los sueños de sus padres, sino los suyos propios. Porque no hay desahogo más grande en la vida que comenzar a ser lo que se es.
Y pese a lo que muchos quieran especular, mi hija será lo que ella sea.



miércoles, 18 de julio de 2012

RÉPLICAS

La única manera de poseer un verdadero amigo, es serlo.
Casi todas las formas de amistad, satisfacción o, si se quiere de emoción, necesitan una concesión, y casi siempre estamos dispuestos a ceder o conceder algo por alcanzar eso que nos parece tan sugestivo y nos hace crecer como personas. 
En la mayoría de los casos, nuestras familias nos proporcionan el cariño, la fidelidad, y el apoyo incondicional que necesitamos; pero son los amigos los que nos aportan dispersión, pluralidad, o la posibilidad de compartir algunas aficiones comunes.
La amistad es y debe ser una relación recíproca. Necesitamos amigos para correr, ir de excursión, o para salir de copas, si, pero también, y con los años más, amigos para reflexionar, para hablar, o para enfrentarnos a las penas y las frustraciones; amigos que te ayuden y tú a ellos a tomar decisiones, porque necesitas de su experiencia, su sabiduría o el conocimiento que proviene de su entorno.
Tener, tenemos muchísimos amigos para correr, tomar cañas o salir en bici, pero muy pocos para esto último.
Al igual que gracias a una buena familia, gracias a unos buenos amigos, vas por la vida con confianza, porque posees un buen bálsamo para cualquier padecimiento que pueda abordarte, y la compañía necesaria para disfrutar de las cosas efectivas.
Las rigurosas situaciones por las que todos pasamos durante algún periodo de nuestra vida, se encargan de separar, tamizar y evaluar la calidad de nuestras amistades. En esos momentos, resulta habitual descubrir una relación superficial y trivial en amigos de toda la vida, en la que compartir el ocio es la única práctica, y por otro lado otros mas distantes o recientes surgen para conllevar contigo y tu con ellos una complicidad tan reciproca y única, como valiosa.
Muchas veces los mejores no son los esperados si no los inesperados...
La vida y la amistad son lo mismo; cuando miramos al frente siempre tenemos una encrucijada: Entonces podemos elegir exponernos, o podemos no salir de nosotros mismos y dedicarnos al estúpido egocentrismo que artificiosamente nos alimenta.
Todas las personas nacemos como algo único, pero la mayoría mueren o moriremos como una réplica, por no tener ese buen y verdadero amigo al lado que te remarque la diferencia entre tú y el resto.
Por lo demás, y tras esta reflexión a la que me ha llevado algo tan superficial como un barranco que compartí el pasado sábado con unos de los amigos que considero como un hermano, y además es padrino de mi hija, continuo entrenando pese al calor con el objetivo de recuperar para mediados de septiembre ese punto en el que me encontraba antes de la lesión, para ir preparando la maratón de Nueva York, no por conseguir ninguna marca espectacular, si no por llegar en un punto tal que me permita gozar de cada kilómetro.... en definitiva, lo que he hecho siempre, independientemente del objetivo que persiguiera.


lunes, 9 de julio de 2012

¿Dónde está aquello que no veo?

Muchas veces me guarezco, necesito hacerlo, en uno de esos paisajes efectivos para la vista, pero clandestinamente eficaces para mi espíritu porque significan tantas y tantas cosas; tantos y tantos recuerdos.
Mágicos y secretos óleos que quedan en el corazón de cada uno a lo largo de su vida y que despiertan anheladas nostalgias.
Donde unos ven un simple paisaje, tú sientes embrujo, fascinación y hechizo.
¿Qué atesoras allí?. No sé. Una señal, algo que no logras conciliar casi nunca en un mismo compás ni en el mismo universo.
La vida a veces nos desajusta, nos distrae, nos emplaza, nos enajena. Es en esos instantes cuando uno de esos exclusivos y misteriosos rincones de cada cual, nos “recarga las pilas”.
Es una suerte tenerlos cerca, y cuando consigues juntar allí tiempo y espacio, ambos se te ofrecen en complicidad seduciéndote, fascinándote de nuevo como cada vez.
La cotidianidad de lo humano formando parte de una acuarela que te penetra el corazón. Tu paisaje. Por un instante todo magníficamente, mágicamente conectando.
¿Dónde está aquello que no veo? ¿Dónde está aquello que siento?.  
EL GORGONCHÓN; uno de mis lugares mágicos, y junto al cañón del rio Vero, la razón; allí un día averigüé, sentí que quería ser guía; quería compartir con otras personas estos rincones de fantasía que tanto significaban para mí.


miércoles, 4 de julio de 2012

Media maratón de montaña del Sobrarbe

Tu eres suficiente tal como eres, y también el entorno es suficiente tal como es.
Antes de la salida desde Ceresa, entre bromas, pullas y sarcasmos, nos deseamos buena suerte con todos mis amigos de Barbastro, con algún conocido de los aledaños, y algún otro amigo del Hinaco Monzón. Incluso nos deseamos buena suerte con un corredor Israelí que había venido en el autobús sentado junto a mí, que por lo que pude entender mientras chapurreábamos ingles como yo buenamente podía, estaba de vacaciones por Ainsa con su familia....
Las diez de la mañana. Por delante y como aperitivo el ascenso al collado de Ceresa (1550 m.); 4,3 kilómetros de ininterrumpida subida, y diecinueve kilómetros más hasta Ainsa por pistas, veredas, atajos y senderos de montaña del esplendido Sobrarbe, a pies de la peña Montañesa, con avituallamientos en los pueblos de Oncins, Torrelisa y El Pueyo de Araguas.
Tras un parón de cinco semanas por la lesión en el gemelo, tenía buenas sensaciones y a última hora había decidido participar. Al consultar con la organización, pues ya estaba agotado el plazo de inscripción, estos muy amablemente me invitaron a participar (gracias José Luis).
Para el ensayo de mi gemelo, la ultra me parecía excesiva, así que me animé con esta nueva media de montaña de 23 km.
Sin codiciarlo ni previamente imaginarlo, desde la primera estribación de la pista, me puse en cabeza de carrera en solitario.
Siempre corro a mi ritmo, a mi rollo y sin fijarme en nada ni en nadie y pese a esta anecdótica posición, hoy no iba a ser una excepción. Yo y mis percepciones. En este caso, está claro que estas eran muy buenas.
Jadeante pero acompasado, a ritmo intenso y rítmico, pero en todo momento honesto con mis sensaciones, apoyando mis manos sobre las rodillas para impulsarme, en unos treinta y pocos minutos coronaba en solitario el collado de Ceresa. Uno de los voluntarios del collado me dijo gritando: -"¡Ostia! Te ha costao a ti menos, que a mí con el Land Rover..."...jajaja ¡¡exagerao!!
Tras rellenar mi botellín de agua, me lanzaba por las pistas de descenso con una buena sensación de piernas y una fuerza tal que comencé a disfrutar como un crío.
Intentando ir muy concentrado en la pisada para no tropezar y terminar estampado contra algún pino.
No me importaba ir el primero, de hecho siempre pensé que en cualquier momento me rebasaría alguien y me daba igual. Pero no fue así. Tras algún fortuito extravío en algún cruce que me obligó a volver atrás, y alguna parada en los últimos avituallamientos donde fruto de la euforia y las buenas sensaciones , me avituallé con el porrón de vino de los voluntarios, llegué incrédulo y muy contento al campo de fútbol de Ainsa.
El puesto, una anécdota. Qué más da. Mi carrera hubiera sido la misma y en ningún instante pensé ni especulé con el mismo. En estas carreras lo bonito es llegar y cada cual hace la suya y cumple sus objetivos. Muy contento por haber cumplido los míos, y también porque mis amigos que se iniciaban en este tipo de pruebas también ganaron; cumplieron los suyos.
Todo lo que valoras de verdad está siempre contigo, y la fuerza que buscas será tuya en el preciso instante en que decidas actuar sobre ella y la necesites.
Tras la lesión y sin querer, había preparado perfectamente la media maratón de montaña del Sobrarbe. Dos semanas antes, un Turbón practicando con los alumnos del club de Atletismo de Barbastro, y una semana antes dos recorridos de montaña por Burgos con Jordi Aubeso (¿que mejor preceptor?).
Esas cosas que parecen limitarte y desafiarte también pueden llevarte hacia una mayor fortaleza.
Nunca son tus logros ni tus éxitos los que dan forma a quien tú eres, si no las maneras en las que expresas quién tú eres.
Las ganas de correr, sumadas a un fantástico entorno y orografía se notaron.
Simplemente me propuse correr sin ninguna presión y salí a disfrutar, con muchas ganas de correr en mis piernas, pero más en mi cabeza.
¿Qué va primero la emoción el sentimiento o yo?
La emoción es un sentimiento primitivo y completamente natural, los animales también la tienen, en cambio el sentimiento es una mezcla de la emoción y la razón. La emoción desata el sentimiento. Si quitas la emoción al sentimiento ¿qué queda? nada.
La emoción la tenia, pero el sentimiento y la motivación tras más de un mes lesionado era muy grande.
Se dice que el momento presente, se cuenta con lo mejor que uno pueda darse, asumiendo una actitud positiva, uno se comienza a llenar de optimismo, y se siente valiente al 100%. Asi fue.
Enhorabuena a todos los que ganaron su carrera tanto en la media como en la Ultra, llegaran o no a cruzar la línea de meta. Enhorabuena a los organizadores.