martes, 31 de diciembre de 2019

SOY,... O QUIERO SER FRIKI (¡feliz 2020!)


Hace unos días, incitado por la que considero mi frikada del año: “contar las veces que he subido corriendo al Pueyo durante este periodo”, busqué el significado de la palabra Friki, y me llevé una sorpresa.
Friki: adjetivo que se utiliza para señalar a personas consideradas excéntricas o raras, o personajes que se entregan de manera obsesiva y desmesurada a ciertas aficiones.
Pero Friki también lo aplica a una persona apasionada, que disfruta de y con su afición como un puto crio; alguien curioso y valiente que no se deja estandarizar.
Una persona que ha consagrado muchas horas de dedicación a su estímulo o pasión.
Y un friki nos recuerda que las cosas que valen la pena (al menos para él) requieren sudor, esfuerzo, dedicación y paciencia.
Y sabe, como cualquier corredor de largas distancias, o montañero de casta, que el premio está indistintamente en el camino y el esfuerzo, y no únicamente en la meta.
Y hoy en día, en un mundo trillado, establecido y algunas veces monótono, esta capacidad de entusiasmarse y recrearse, es una delicia.
No sé si yo soy un Friki, pero todo esto me suena familiar.
Tengo pasiones enraizadas, algunas desde hace más de treinta años, como la montaña, los barrancos, el correr, dibujar, escribir, el cine, o “compartirlas” …
Porque solo me faltó leer, que una vez descubierta su pasión, el friki insiste a amigos y conocidos para que la compartan con él. Y no escatima esfuerzos para enseñar con paciencia y de modo desinteresado los entresijos de su afición.
Así que friki es una persona con enorme ilusión por o hacia algo; lo que sea. Bien sea disfrazarse de protagonista de Juego de Tronos, coleccionar pelusa de ombligo, o correr a horas intempestivas para ver amanecer.
Así que señoras y señores, por todo lo anteriormente expuesto, imagino que: ¡Soy un Friki!
Y si no lo soy, reivindico igualmente esta figura como uno de los prototipos humanos más atractivos e incluso necesarios.
En una sociedad cansada, individualista, a veces incomprensible y algo aburrida, un friki: ilusionado, original, sociable, con ganas de vivir y de compartir, es un enorme soplo de aire fresco.
¡Larga vida a los frikis!

Volviendo a mi frikada de este año:
El día uno de enero de hace un año, subí corriendo al Pueyo como otros tantos años por esa misma fecha.
Y días después, cuando participé de la primera subida social organizada por el club de atletismo de Barbastro, ya llevaba tres o cuatro (no recuerdo).
Así que comencé a pensar: “¿Cuántos Pueyos debo hacer en un año?; y… ¿Por qué no los cuento?”.
Así que dicho y hecho. Al llegar a casa, con un sistema hipermegasupertecnológico, comencé a anotarlos en una pizarra que tengo en la pared de mi cocina, y ya que estaba, algo que tampoco jamás había computado nunca: La suma de los kilómetros que corría durante este mismo año (independientemente que estos se sucedieran camino del Pueyo o no).
Para muchos, esto es tan fácil como conectar su reloj gps inteligente al ordenador, y listo; pero para mí, que jamás he descargado los datos de mi reloj, y muchas veces no lo utilizo, porque conozco perfectamente las distancias de los recorridos por donde corro, no era viable ese método para computar el total.
Así que pizarra y tiza.
Resultado un año después:
Hoy 31 de diciembre de 2019, he subido de nuevo al Pueyo, haciendo una suma total desde el 1 de enero de este mismo año, de 128 Pueyos corridos en un año.
Y esto no es ninguna hazaña, simplemente una curiosidad.
Es más, sospecho que hay gente que ha subido más veces que yo caminando o incluso corriendo.
He subido con frio, con calor, con sol, con luna, sereno, nublado, con niebla, e incluso en alguno me he mojado.
La hora más temprana, cinco de la mañana, la más tardía nueve de la noche; La mayoría en solitario, pero también algunos acompañados de buenos y queridos amigos.
He visto gatos, perros, perdices, conejos e incluso “corzos”; Chicos, chicas, andando, corriendo, en bicis, motos, quads o caballos.
Y estos han sido los friki números:
128 Pueyos en total, que, divididos para 52 semanas, hace la bonita cifra media de “2,46” Pueyos a la semana en un año; o el equivalente a haber subido sucesivamente, absolutamente todos los sábados y domingos, más los catorce festivos del año, y diez días más.
¿Y kilómetros?:
Los Kilómetros totales corridos han sido 2163 en este año.
Divididos para esas mismas 52 semanas, hacen una media de 41’59 kilómetros semanales, o 5’94 km diarios durante 365 días; O el equivalente salir a correr ininterrumpidamente, media hora todos los días del año.
Para pueblo no está mal.
En resumen, esto no es nada, ni significa nada, pero simplemente es importante ver las cosas desde otro punto de vista. Ilusionarse.
Respira profundo, embriagarte con lo que sea, ubicarte en tu entorno y sobre todo termina lo que empiezas.
No es nada Friki, o si, buscar tu paz interior, aprender del pasado, prepararte para el futuro, pero sobre todo vivir el presente.
La paz mental debe ser algo Friki, porque te permite dejar ir lo que está de más y aprender a gozar lo que tienes. 

Nuevo Año:
No me obsesiono con el futuro, ni tampoco ya con el pasado. Nuevo año, nuevas oportunidades de crecer.
Desde hace muchos meses trabajo en mi presente, me concentro en el aquí y ahora, lo disfruto, y soy mucho más feliz.
“Porque si no eres feliz aquí y ahora, nunca lo serás”

¡Feliz 2020!