jueves, 14 de marzo de 2019

PREMIO DEL AYUNTAMIENTO DE BARBASTRO EN LA GALA PROVINCIAL DEL DEPORTE


Hace unos días recibí una llamada de teléfono con la noticia:
“El Ayuntamiento de Barbastro ha decidido concederte su premio en la próxima gala del deporte provincial”.
Este año esta gala se celebra este proximo sábado en Graus.
Ayer en una rueda de prensa en la Diputación de Huesca, se hizo público este premio.
Y no sé muy bien qué decir.
Primero que es un halago claro; pero después, durante los días sucesivos desde que me lo comunicaron, el pensar en ello me ruborizaba un poco.
Paulatinamente me ha ido invadiendo una ambigua sensación de demérito, o de que se lo merecería mucha gente que conozco antes que yo.
Si es cierto que llevo practicando deporte propiamente dicho ininterrumpidamente desde hace más de treinta y cinco años, pero con ello jamás he buscado ningún reconocimiento más allá de la enorme satisfacción personal que me ha reportado y reporta en muchas facetas de mí vida.
El deporte siempre ha sido mi hobbie y no mí ocupación ni mi oficio.
Incluso aún más; para mí es ya una especie de credo; una forma de vida sin la que ya no me imagino.
Y por todo ello no me supone ningún mérito, ni me significa competición, ni acopio de galardones o medallas.
Quizás tenga que ver en ello la suerte de haberme iniciado en el deporte como montañero.
Porque en este deporte, descubres que la recompensa la hallas durante el camino y no en la meta.
El montañismo fue mi primer deporte por así decir, oficial.
Y desde él germinaron y se expandieron todas mis otras vocaciones deportivas y extradeportivas: Correr, escalar, hacer barrancos, esquiar, las aventuras, viajar, compartir, e incluso comunicar.
Puesto que hacer deporte es mucho más que sudar una camiseta.
Hacer deporte significa búsqueda, superación, equilibrio, y desarrollo como persona; Y esto último, yo algunas veces lo logré y otras no tanto.
El deporte promueve cosas tan importantes como el intercambio cultural, los valores humanos, la auto disciplina, el sentido de grupo, la solidaridad, la comprensión y la tolerancia.
Practicar deporte es evidentemente perfeccionar el cuerpo, pero también mente y espíritu.
¿Qué más puedes pedir?
¿Qué mayor recompensa que todo esto?
Cuando te dan un premio por haber realizado una gesta deportiva, como los que recibí hace algunos años, tan solo significa que las cosas te han salido bien en una actividad o hecho determinado que se sale de lo habitual. Pero nada más.
Sin embargo, cuando te lo dan por una trayectoria de muchos años es otra cosa.
Desde mi punto de vista, eso se nutre de diversas fuentes:
Tus logros anteriores, tu vivencia, tu aptitud actual, pero lo más importante, las experiencias referidas a tus orígenes.
Aquellos orígenes con los que siempre te comparas, en los que te reflejas y de los que emergiste. Tus raíces.
Y por ello, este premio lo acepto y agradezco encantado.
Como herencia de todo ello.
Herencia o legado de todos y cada uno de mis amigos, familiares, mentores y maestros, que, a lo largo de años de aprendizaje y práctica deportiva, me han aportado y siguen haciéndolo, mucho más de lo que ellos pudieran imaginar. Práctica y aprendizaje que espero no finalice hasta el fin de mis días.
Desde mis primeros monitores de campamentos que cuando niño sembraron esa semilla, a mis compañeros de aventuras imposibles y escaladas de sueños que la hicieron florecer.
Desde los cómplices de férreas carreras de voluntades, a amigos y compañeros de trotadas y viajes de aventura que confían en mí y la amplifican.
Mención especial a el club en el que crecí y me formé, montañeros de Aragón Barbastro.
En todo este tiempo, he tenido la fortuna de compartir momentos de mi recorrido que jamás olvidaré, con Pepe Chaverri, Fernando Garrido, Iñaki Ochoa, Carlos Soria, Jorge Egocheaga, Juanjo Garra, Jordi Aubeso, o Julen Urdaibai.
Pero muchos más y más significativos, con amigos menos populares y cercanos. Y esa lista sería larga. Vosotros sabéis perfectamente quienes sois.
Inexcusablemente es momento de acordarme de mi madre. ¡Cuánto la encuentro a faltar!
De ella aprendí o estoy en ello, aún más desde que soy padre, la persistencia y la decisión, pero sobre todo la capacidad de entrega.
Atributos asociados al deporte, y que nos inculcó desde pequeños sin darnos ni cuenta a mis hermanos y a mí.
Ella, allá donde esté, si se sentirá orgullosa y pensará que nadie merece este premio más que yo…. Ja jajá. Si acaso otro hijo suyo.
Tampoco puedo dejar a mi hija claro.
Porque ella se ha convertido ahora en mi principal motivación deportiva y extra deportiva, y ese eje fundamental para seguir deseando operar en esos cauces de ilusión que mantienen intacta mi pasión. Para de esta manera poder compartir tantas y tantas cosas juntos durante muchos años.
Pues bien, todos ellos contribuyeron y contribuís cada día a enriquecer a este humilde deportista amateur. Y por ello a todos debo este premio, y es todos ellos.

Motivación la clave.
Y se puede motivar con miedo o con recompensa, pero esto es transitorio e incluso fugaz.
Tras tantos años, he aprendido que lo que hace duradera una actividad deportiva es la “auto” motivación y la pasión, pero sobre todo la humildad y las buenas compañías.

Como dijo Nelson Mandela: -"El deporte tiene poder para cambiar el mundo, y tiene poder para unir a las personas en una sola dirección".
Gracias por este premio.