jueves, 23 de febrero de 2017

LOS BENEFICIOS DE PONERSE DE RODILLAS



¿A que no sabíais que ponerse de rodillas es una práctica casi milagrosa?.
Esta científicamente probado que con esta postura bien realizada, se expande el diafragma, se libera la presión en los cartílagos de las rodillas, se estira el recto anterior y el músculo sartorio.
Incluso un reciente estudio elaborado por el departamento de científico del Léden University Medical Center (LEMC), ha demostrado que ponerse de rodillas al menos diez minutos diarios, no sólo es beneficioso para la salud, sino que también mejora la vida sexual, y en el caso de los hombre reduce el riesgo de sufrir infección de próstata.
Los expertos aconsejan acogerse a esta saludable practica al menos una vez al dia.
Y hasta aquí.
Ahora he de revelar, que lo escrito hasta aquí me lo he inventado.
Seguramente muchos habréis pensado que era una tontería, pero también es posible que  alguien mientras lo leía, se ha puesto inmediatamente de rodillas, por sí acaso.
A diario, y por todos los medios posibles, nos hostigan con consejos sobre hábitos o prácticas saludables o no, que parecen tratar de incautos a los que no las ponen o ponemos en práctica. 
Que si una aspirina y un vaso de vino tinto a diario para prevenir los infartos; otro vaso de blanco para favorecer el sistema nervioso.
Una cerveza al dia previene la osteoporosis y las cataratas.
Dormir del lado izquierdo, mejora la circulación y la digestión; Pero, curiosamente hacerlo del derecho reduce la presión sobre el corazón y lo beneficia... Habrá que ponerse  el despertador y dormir vuelta y vuelta.
Comer mucha fibra previene incontables trastornos y enfermedades, así que a comer fibra hasta que caguemos bufandas.
Además, hay que hacer entre cuatro y seis comidas diarias, ligeras e hipocalóricas, sin olvidarnos de masticar cada bocado mas de cien veces.
Y no nos olvidemos a diario de un yogurt, una manzana y un plátano, o la hemos cagao.
También dormir ocho horas, y caminar al menos media hora.
Orinar sentados, porque es una acción que no solo es beneficioso para la salud, si no que mejora la vida sexual.
La masturbación también es saludable, porque entre otras muchas cosas, fortalece el sistema inmunológico, cura el insomnio, y en el caso de las mujeres, ayuda a evitar que aparezcan hongos genitales. Incluso algunas investigaciones sugieren que esta saludable actividad previene la endometriosis, que no sé que es, pero suena chungo, y todo lo que suna chungo, no te hace mas fuerte...
Lo de que te quedas ciego, no lo he visto en ningún lado.
¡Así que ale! ¡Todos al lance!
En fin... Mucho sabio de parvulario.
Hay otras vidas y otros mundos sí,  pero también en este.
Cada ser humano tenemos potestad para escoger la manera en la cual vivimos nuestra vida, como la afrontamos, en que invertimos nuestro tiempo, con quien, las cosas por las que padecer (no inesperadas) y por las que reír.
Somos seres únicos.
Sin embargo, invertimos excesivo tiempo tratando de descifrar la vida, o de entenderla, en lugar de vivirla. Y esto nos hace perder gran parte de nuestro presente.
Sé que no está de más cuidarse y seguir unas pautas saludables (yo lo hago). Que no está de más que nos importe conocer u obtener algunas precauciones, pero a veces nos llenamos la cabeza de excesivas complejidades.
¿Os imagináis a vuestros abuelos cuando eran jóvenes, pensando en que no era saludable lo que buenamente les daban en casa para comer a diario?... 
Sufrimos, reímos, lloramos, nos derrumbamos y volvemos a alzarnos una y mil veces. Porque eso si es lo grandioso de la vida; el comprender que todos los días se presenta una nueva oportunidad.
Ten siempre presente lo que te hace feliz y ten claro lo que te aleja de ello. Seguro que no son tonterías.
Posteriormente, haz o intenta hacer más lo que té alegre la vida, y restringe al máximo lo que té roba esa satisfacción.
Cuidate, pero sin someterte ni mortificarte.
Cuando tomes conciencia de ello, te comerás menos la cabeza, y cambiaras lamento por reconocimiento.
La vida es un regalo, pero con fecha de caducidad.
Enamórate de ella, pero no la vivas de rodillas por mucho que te digan que es conveniente .

jueves, 16 de febrero de 2017

CICATRICES



Equivocarse, herrar o frustrarse en el intento. No tengas miedo, ni te avergüences de ello.
Dicen que el éxito es consecuencia de tomar decisiones acertadas.
Y si las decisiones acertadas son resultado de la experiencia, y la experiencia en la mayoría de los casos se adquiere como consecuencia de los errores, me atrevo a decir que: “El éxito es el concluyente resultado de la suma de tus fracasos, errores y decepciones”. Cuando tras ellos perseveras y no abandonas claro.
Si desistes de un objetivo “personal”, será indicación de flaqueza no de cobardía; si se trata de una responsabilidad o compromiso común, estaríamos hablando de irresponsabilidad o incluso incapacidad. Y ese sería otro tema...
Los historiales deportivos que nos abanderan a los digamos “deportistas”, o incluso a los clubes deportivos, con los cuales engalanamos nuestro dossier o adornan las vitrinas, y son nuestra credencial o certificado de excelencia, siempre están llenos de éxitos:
- “He corrido esto o lo otro; tengo esta o aquella marca; he escalado esta o esta otra montaña”. Obviamos los fracasos o intentos frustrados.
No detallamos en cuantas montañas o carreras nos hemos retirado, las lesiones, los malogros, ni con cuantas decisiones hemos metido la pata.
Tanto individual, como colectivamente, ¿somos cada vez más engreídos en algo tan inocente como el deporte amateur?.
Si no nos va bien, si nos equivocamos, antes de reconocerlo sin mas, nos excusamos o simplemente lo excluimos.
Si te pararas a pensar de verdad y a recordar momentos: Esos largos periodos de tiempo caminando durante horas por un gélido glaciar que conduce a esa añorada cima, o corriendo por un solitario y arisco horizonte camino de tu objetivo en una carrera de larga distancia; o algo más cercanos como esos días de diario cuando durante tu entreno habitual te asaltan instantes de flaqueza o duda.
Días o momentos, que si te paras a pensar son los que dan sentido a esas conquistas. Son tus cicatrices.
Y yo al menos, confío mas en alguien que me revela las cicatrices que le llevaron a esa victoria.
Si fuéramos ecuánimes, nuestro auténtico historial se afirmaría en todas esas veces que nos hemos doblegado, hemos fracasado o errado, y tras ello no hemos desistido, ni dimitido, si no que hemos asimilado y perseverado.
¿Cuantas veces nuestra mente duda y batalla con nuestra firmeza?. Muchas.
Unas veces pierde tu mente y tu voluntad persiste, y otras gana y desistes.
Y no pasa nada por cansarse, pararse o fracasar.
Sufrir frustraciones no te convierten en ningún frustrado, ni triunfar en ocasiones tampoco en un triunfador.
La derrota bien negociada, significa mas empeño, mas ambición, mas experiencia y numerosas exhortaciones. En definitiva experimentación y aprendizaje.
Ese es tu verdadero historial deportivo. Todas tus cicatrices. Ese día a dia y que tan solo conoces tú.
Cuando comprendes y aceptas que la condición humana es la imperfección, el desacierto o el deterioro, no resulta deshonroso equivocarte, doloroso hacerse mayor, ni amargo no ser ni llegar el primero, llegar el último, o incluso no llegar. Ni embarazoso pedir disculpas.
Gracias a los errores de ayer, puedes progresar hoy.
Gracias a los errores de hoy, mañana serás todavía mejor.
Los triunfos que ya pasaron, déjalos marchar.
Al final es nuestros pensamiento el que determina nuestro estado de ánimo; Si este es positivo, nos sentimos bien y si es negativo, mal.
Observa tus cicatrices. Así de fácil. O difícil...

jueves, 9 de febrero de 2017

AFICIÓN Y/O VOCACIÓN



Cuando era pequeño, mi tía Esther (hermana de mi padre y maestra) me decía: - “Tú de mayor tienes que ser maestro”.
No lo entendía. Es más, me parecía que se equivocaba.
Pero años después, cuando me convertí en monitor de escalada, alpinismo, barranquismo, y me encantaba enseñar todo aquello que a mí me apasionaba, y me entusiasmaba guiar y motivar, (aún me gusta), recordaba aquello que insinuaba mi tía.
Quizás se equivocaba en la temática de esa enseñanza, pero no en la vocación ni en la pasión por hacerlo.
Y no sé si es algo bueno o malo, pero sentía, aún siento, una plenitud a través de esa satisfacción de los demás, que muchas veces me es difícil de hallar por mí mismo.
¿Seria eso a lo que se refería?. ¿Eso se llama afición o vocación?
He vuelto a pensar en esto, porque este pasado sábado regresé al rocódromo con mi hija y otros niños.
Un rocódromo, que aunque se ha quedado obsoleto respecto a las espectaculares instalaciones que han ido obrando años después en otros lugares, le tengo mucho cariño, y cada vez que lo piso me trae muchísimos recuerdos. Puesto que incluso junto con Pepe Chaverri y Alfredo ayudé a su construcción. Posteriormente, fueron unos diez años como mantenimiento y monitor dando cursillos allí.
Y el pasado sábado, de nuevo sentí ese placer que me produce ayudar (esta vez a esos niñ@s) a vencer sus miedos y  a disfrutar.
Y recordé que quizás esa semilla (afición o vocación), se conforma de nacimiento, y mi tía de alguna forma la intuía o podía verla.
Pero quien la vivificó, y la hizo desarrollarse en esa temática determinada, fue Pepe Chaverri. Pepe me lo dilucidó sin él darse ni cuenta.
Él me hizo comprender, que un verdadero soñador no es un tonto que mira el cielo dejando pasar las horas. Que un verdadero soñador o soñadora, nunca esta inmóvil; Y por eso es valorado, respetado o incluso temido.
Y han pasado ya casi diecisiete años desde aquel fatídico 21 de Junio del año 2000, cuando Pepe Chaverri perdió la vida en los Alpes franceses.
Un día triste que jamás olvidaré. Pero sigo teniéndolo muy presente.
Recuerdo muy bien ese dia; como tantas veces hicimos juntos, yo me encontraba guiando un grupo por el barranco del Mascún, cuando al finalizar, una llamada de José Masgrau me zapateó el alma.
Había conocido a Pepe el año 1984, y nuestra mutua afición por la montaña en general y por la Sierra de Guara en particular nos unió.
Esta amistad se estrechó conduciendo los primeros grupos guiados (casi a fuerza de obstinación y persuasión) por los cañones de la Sierra de Guara junto con Alfredo Vives en aquellos años pioneros.
Él me sedujo como amigo e instructor, enseñándome sus meditadas técnicas e improvisadas tácticas, pero sobre todo su singular, preventiva y eficaz personalidad a la hora de conducir y cuidar de un grupo.
Y me aporto conocimientos que por aquel entonces ni siquiera sabia que existían. Pero más importante, me contagió su serenidad, su paciencia, su alegría de vivir y sus ganas de perseguir sus sueños.
Sin quererlo obró para que mi imaginación volara hacia lugares desconocidos. Desde mi punto de vista, su mayor virtud era que no temía la osadía de sus sueños, y parecía creer, que cuanto más audaz era una idea, memos remordimientos había que abrigar durante su conquista.
A lo largo de la vida, tu familia o tus mejores amigos, influyen inevitablemente en tu carácter o educación; Pero otras, aparecen en momentos muy determinados, como si se sometieran a tu providencia, y sin tu ni ellos saberlo lo hacen en otros aspectos quizás más importantes como tu espíritu. Volviendo a esa emoción o disposición de compartir con los demás “tus conocimientos”, esa pasión nace, la abrigas durante años, crece,  mansamente se transforma en doctrina, y te convierte en un idealista que presupone que con algo tan sencillo como eso, compartir, enseñar o comunicar, te es posible ayudar a transformar vidas u orientarlas. Es como un relevo que recogiste, y tienes la deber y la necesidad de transmitirlo.
Aunque en el fondo no  sean mas que un conjunto de intereses, necesidades, aptitudes, ideales y circunstancias personales, que al fusionarse hacen que te sientas atraído hacia esa especie de “forma de vida”, porque te compensa, y te hace sentir bien.
Un buen maestro o instructor, no se define por la actividad o su demostrado nivel, sino por el sentido que le da a esa habilidad que alguien antes también le enseñó, y su forma de disponer esas acciones al servicio de otros, para que disfruten a su lado.
Enseñar es ayudar  a la gente haciéndola pensar por sí misma. Pareciendo temer con ellos de la mano, pero sin que se den cuenta.
Guiar, acompañar, contagiar, hacer que disfruten junto a ti, “contigo”.
Y no te define la actividad que realices, sino el sentido que le das a la misma.
Consciente que no sabe más la persona que tiene más mensajes, sino la que tiene uno y sabe trasmitirlo.
Enseñar y educar; saber leer entre líneas gestos, actitudes, rasgos físicos y emocionales para descubrir lo que necesitan en cada instante.
Afición o vocación. Que mas da.


miércoles, 1 de febrero de 2017

AMOR A PRIMERA RISA



Este pasado sábado percibí que es cierto:
“La risa es la distancia mas corta entre las personas”.
Percibí que la risa es un cántico que sale desde el fondo de nuestra alma, nos provoca contento, nos remedia la tristeza, y acarrea unos efectos extraordinarios.
Ya en el libro 'El nombre de la rosa', Umberto Eco, hiló todo un relato sobre lo acaecido en una abadía Italiana en el siglo XIV, donde se sucedían unos crímenes, que trataban de ocultar un libro donde Aristóteles hacía apología de las virtudes de la risa.
Y aunque esto era ficción, no estaba exento de realidad, ya que en otros tiempos y lugares “no muy lejanos” (incluso aún hoy dia en algunos), lo sensato, lo maduro, era permanecer serio, seco e incluso insociable.
La risa y el buen humor, se asociaban a frivolidad, trivialidad e inmadurez.
Por suerte, algo que la sabiduría popular ya adivinaba, hoy en dia la ciencia lo ha demostrado: Que “Reír es muy saludable”.
Este pasado sábado, invitados por Lucia, participamos en un taller de “Yoga de la risa” en Monzón. (Asociación Tierra Padmáyati).
Durante el pasado viaje a la India, una tarde en el trekking, Lucia ya nos realizó unos ejercicios de risoterápia, y la verdad es que, aún con falta de oxigeno recién llegados a 4.500 m de altura, lo pasamos fenomenal.
He de señalar, que cuando te inscribes por primera vez a un taller de este tipo, evidentemente acudes dispuesto a reír, si,  pero asistes algo temeroso, por si se trata de prácticas o circunstancias embarazosas que te hagan sentir incómodo, o avergonzado.
Porque unos mas u otros menos, todos abrigamos nuestra particular timidez. Por normal los hombres aún más que las mujeres.
E independientemente de que acudas acompañado o conozcas a alguien, allí te topas con personas desconocidas, y eso cohíbe.
Pero, saltándome el meollo y yendo directamente al desenlace, desvelaré que al finalizar, sentía tal buen rollo con todos y cada uno de los asistentes, que parecían formar parte de mi grupo de amigos de toda la vida.
Estoy seguro que ahora, si me cruzo con cualquiera de ellos por la calle, al vernos, nuestro primer cumplido será una enorme sonrisa.
Y además ahora ya lo sé: Si estás abierto a ello, e incluso si no lo estas tanto, nada se extiende tan rápido de unos a otros corazones, como la risa.
Lo sentí en la mandíbula, el abdomen, y claro, en el corazón.
Doy fe. Este Yoga de la Risa es un concepto único, con el que cualquier persona puede reír.
Cuando llegamos, Lucia nos presentó a Alicia.
Alicia era la simpática monitora, que con una deliciosa facilidad para carcajear, y una risa contagiosa, dirigió magníficamente un taller asentado en divertidos ejercicios, directrices, respiraciones y música. ¿Normal no?. No imagino dando cursos de risoterápia o Yoga de la risa a una monitora antipática y hostil. No pega. Sería como poner a pilotar un parapente a una persona con vértigo.
Pues bien, antes de comenzar, Alicia nos explicó, que en el año 1995, el doctor Madan Kataria, como no, Indio, creó y desarrolló el Yoga de la risa o Hasya Yoga, con el objetivo de sanar el cuerpo, y a la vez aportar alegría y optimismo a nuestro carácter.
Desde entonces, miles de personas que lo practican en todo el mundo. 
Y tras esta introducción, arrancamos con un ejercicio grupal de presentación, en el que tratamos de declarar nuestro nombre al resto, pero como no, con la lengua alojada entre el labio inferior y los dientes. Intentarlo.
A continuación, “como no se había entendido demasiado bien”, volvimos a repetir la presentación, pero esta vez sustituyendo las consonantes por jotas:
-          “Me llamo Javi Subías”
-          “Je jajo, Jaji Jujías....”
Muy pronto, casi sin querer, todo se convirtió en risa espontánea y muy contagiosa. 
Imagino que la risoterápia a secas es en el fondo parecido, pero en este caso, la razón de denominarse Yoga de la Risa,  se debe a que entre medias incorpora ejercicios de respiración, e incluso al finalizar de relajación. 
Y según este tal Madan Kataria,  esto aporta más oxígeno al cuerpo y al cerebro, y por ello nos hace sentir más energía y mucho más saludables. 
Técnica y demostradamente, con este procedimiento se liberan endorfinas; concretamente encefalinas,  serotonina y dopamina, que no son términos grandilocuentes acabados en INA, si no sustancias naturales que poseen propiedades similares a las de la morfina, y producen felicidad, apaciguan el estado de ánimo, provocan placer, y eliminan o reducen el dolor. 
Que manera mas desabrigada de estimularse con algo tan natural como la risa, sin tener ni que plantar ni regar una  sospechosa maceta.
Todo esto lo llevas tú dentro, y lo puedes estimular y desencadenar a voluntad. Simplemente riendo.
Incluso un tipo de glóbulos blancos que obstaculizan el desarrollo del cáncer en el cuerpo.
Y más aún:
El Yoga de la risa, es antiestrés; Ejercita los músculos del diafragma  y los abdominales; Potencia el sistema inmunológico; Incrementa la circulación sanguínea.
Evidentemente desembaraza nuestras inhibiciones y desarrolla la inteligencia emocional, incrementando sentimientos de alegría. 
Y yo sentí, que además te conecta con la gente al nivel de corazón.
Los abrazos que nos dimos carcajeándonos para finalizar, emanaban mucha mas conexión y dulzura que un simple abrazo.
Hicimos muchos más juegos y ejercicios que inducían la risa cada vez con mas facilidad.
Como ejemplo, uno de los más llamativos era “la espiga” (video): Todos en el suelo en fila, tumbados entre las piernas y sobre la barriga del que nos precedía.
Eso ya no había quien lo parara.
La risa, la conexión y el buen rollo, a esa altura eran ya irreprimibles.
Oír las carcajadas y además sentirlas al percibir como tu cabeza repercutía posada en el estomago del anterior, era algo incontrolable.
Finalizas la sesión con una quietud mental y una relajación, difícil de alcanzar de otro modo que yo conozca. 
Lo mejor de todo, es no es necesario tener sentido del humor para reír.
Por lo visto, la risa está localizada en la zona prefrontal de la corteza cerebral, que es la parte más evolucionada del cerebro.
En esta zona reside la creatividad, la capacidad para pensar en el futuro y la moral.
Es un rollo. Conforme cumplimos años, se nos supone más sabios, pero dejamos atrás al niño o niña que fuimos, y perdemos la espontaneidad de dejarnos llevar por la risa. Olvidamos buscar la carcajada o encontrar esa parte cómica de las situaciones. Y por eso es conveniente de nuevo aprender a reír, o al menos aprender a rememorar cómo reías.
El prestigioso Sigmund Freud, ya determinó que las carcajadas tenían el poder de liberar al organismo de la negatividad.
Y esto fue científicamente demostrado, cuando se descubrió que el córtex cerebral libera impulsos eléctricos negativos tan solo un segundo después de comenzar a reír.
Es más, reírse es una función biológica necesaria para mantener el bienestar físico y mental
Por eso reír, o  aprender a reír, es algo más importante de lo que parece a simple vista. Y se trata de conseguir hacerlo de una manera natural y sana, y que las carcajadas salgan de lo visceral e irracional.
Alicia poco a poco, nos ayudó a acomodar esa percepción en las situaciones que nos iba proponiendo, para que al vernos en ellas nos riéramos, con nosotros mismos y con los demás. Nos provocó esa risa que fluye del corazón y no de la cabeza.
Después, sales con la sensación de ser más receptivo,  y como con mas facilidad de ver el lado positivo de las cosas.
Me pareció una excelente forma de lograr la relajación, y de abrir nuestra capacidad de sentir y amar.
La risa no es un mal comienzo para nada, y dista mucho de ser un mal final.
Gracias Alicia y Lucia. Ya creo en el amor a primera risa. REPETIRÉ.
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