miércoles, 2 de octubre de 2019

Media de Barbastro; Un día feliz.





Voy a hacer una extraña y breve crónica de mi media maratón de Barbastro 2019.
Porque no voy a hablar de correr, si no de felicidad y amistad.

Felicidad: 
¿Un estado emocional que se genera generalmente cuando alcanzas una meta anhelada?... Algunas veces.
¿Un estado de ánimo positivo, vinculado a los aspectos anímicos de cada persona, y por tanto, manifestamos cada cual de manera diferente?... Casi siempre.
La felicidad es algo tan subjetivo, que puede ser originada por un sinfín de causas. Aunque en líneas generales se relaciona con la motivación y el bienestar.
Motivación: Estado que activa y dirige la conducta necesaria para cumplir un objetivo, como por ejemplo, correr una media maratón.
Bienestar: Estado de satisfacción o desahogo personal; como por ejemplo, tu estado tras finalizar una media maratón y abrazarte con tus compañeros.
Así que; Motivación + Bienestar = día de felicidad = Media maratón de Barbastro. La fórmula no falla.
¿Cuántas ediciones he participado? Muchas.
Entonces, ¿si las acciones que repetimos se convierten en hábitos, y los hábitos determinan nuestro carácter, y nuestro carácter es el que define el sentido de nuestra vida y el significado que le damos, la media maratón de Barbastro define mi carácter y el sentido de mi vida?, ¡Pues no!
Pero si, y desde luego estos últimos años, esta carrera es para mí un ejercicio muy determinado, arbitrado por muchos elementos que me aportan felicidad, como correr, participar, animar, y sobre todo compañerismo.
Correr y compartir una jornada deportiva con tantos y tantos amigos y conocidos con el único objetivo de compartir, sentir, animar y disfrutar.
En la química del cerebro humano existen una serie de neurotransmisores vinculados a la sensación de bienestar, alegría y euforia.
Pues bien; un día como este, vivido de esta forma, para mí es un chute de eso que algunos llaman “hormonas de la felicidad” y se conocen como endorfinas.
Porque la verdadera hormona de la felicidad, se halla en los instantes felices que compartes.
Y si estamos de acuerdo con muchas filosofías, que dicen que el amor y la amistad son ingredientes claves para la felicidad, un día colmado de estos ingredientes, es capaz de hacer mucho más llevadero todo; incluso las derrotas o malogros.
Nada es importante al lado de esto. Ni una mala carrera, ni una inoportuna lesión que trunque tus expectativas.
Si expectativa es aquello que se considera más probable que suceda, las mías ya no se basan en ritmos, marcas o puestos, si no en compañerismo, entusiasmo y optimismo. 
Y que puedo decir. Que un día junto con Juan, Santi, Ricardo, Carmen, Cote, Ana, Javier o Carro (y los que no pudieron asistir); compartido igualmente con tanta y tanta gente que me alegra ver, animar o saludar, es un gran día.
Al finalizar, si miras dentro, más allá de la experiencia, buena, mala o regular, o tu cansancio, siempre hayas una fuerza positiva que te impulsa y te servirá de sostén en las ocasiones difíciles.
Porque más allá de una u otra carrera, si es un día feliz, hace una persona feliz; Y una persona feliz siempre se presenta con optimismo ante los demás, lo que le motiva a ir en busca de nuevos objetivos.
Al final siempre queda la emoción o la satisfacción, por encima de cualquier clasificación. Y sin haberlo deseado, me ha salido un pareado.

Gracias al Club Atletismo Barbastro y a todos los voluntarios, por este día tan feliz.
PD: Enhorabuena Peque. Verte soñarlo, prepararlo y conseguirlo, tambien me hizo muy feliz.