Porque
no voy a hablar de correr, si no de felicidad y amistad.
Felicidad:
¿Un estado
emocional que se genera generalmente cuando alcanzas una meta anhelada?...
Algunas veces.
¿Un estado
de ánimo positivo, vinculado a los
aspectos anímicos de cada persona, y por tanto, manifestamos cada cual
de manera diferente?... Casi siempre.
La felicidad
es algo tan subjetivo, que puede ser originada por un sinfín de causas. Aunque
en líneas generales se relaciona con la motivación y el bienestar.
Motivación:
Estado que activa y dirige la conducta necesaria para cumplir un objetivo, como
por ejemplo, correr una media maratón.
Bienestar:
Estado de satisfacción o desahogo personal; como por ejemplo, tu estado tras finalizar
una media maratón y abrazarte con tus compañeros.
Así que;
Motivación + Bienestar = día de felicidad = Media maratón de Barbastro. La
fórmula no falla.
¿Cuántas
ediciones he participado? Muchas.
Entonces,
¿si las acciones que repetimos se convierten en hábitos, y los hábitos
determinan nuestro carácter, y nuestro carácter es el que define el sentido de
nuestra vida y el significado que le damos, la media maratón de Barbastro
define mi carácter y el sentido de mi vida?, ¡Pues no!
Pero
si, y desde luego estos últimos años, esta carrera es para mí un ejercicio muy
determinado, arbitrado por muchos elementos que me aportan felicidad, como
correr, participar, animar, y sobre todo compañerismo.
Correr
y compartir una jornada deportiva con tantos y tantos amigos y conocidos con el
único objetivo de compartir, sentir, animar y disfrutar.
En la
química del cerebro humano existen una serie de neurotransmisores vinculados a la sensación de bienestar, alegría
y euforia.
Pues bien;
un día como este, vivido de esta forma, para mí es un chute de eso que
algunos llaman “hormonas de la felicidad” y se conocen como endorfinas.
Porque la
verdadera hormona de la felicidad, se halla en los instantes felices que
compartes.
Y si estamos
de acuerdo con muchas filosofías, que dicen que el amor y la amistad son ingredientes claves para la felicidad, un
día colmado de estos ingredientes, es capaz de hacer mucho más llevadero todo;
incluso las derrotas o malogros.
Nada es
importante al lado de esto. Ni una mala carrera, ni una inoportuna lesión que
trunque tus expectativas.
Si
expectativa es aquello que se considera más probable que suceda, las mías ya no
se basan en ritmos, marcas o puestos, si no en compañerismo, entusiasmo y
optimismo.

Al
finalizar, si miras dentro, más allá de la experiencia, buena, mala o regular,
o tu cansancio, siempre hayas una fuerza positiva que te impulsa y te servirá
de sostén en las ocasiones difíciles.
Porque más
allá de una u otra carrera, si es un día feliz, hace una persona feliz; Y una
persona feliz siempre se presenta con optimismo ante los demás, lo que le
motiva a ir en busca de nuevos objetivos.
Al final
siempre queda la emoción o la satisfacción, por encima de cualquier
clasificación. Y sin haberlo deseado, me ha salido un pareado.
Gracias al
Club Atletismo Barbastro y a todos los voluntarios, por este día tan feliz.
PD: Enhorabuena
Peque. Verte soñarlo, prepararlo y conseguirlo, tambien me hizo muy feliz.