
Aún con esta especie de resaca de la 2ª Ultra Trail Guara Somontano y la 1ª Trail, y aunque siempre desearías que todo fuera mejor o perfecto sabiendo que es imposible, me siento muy satisfecho.
Este año, por una muy sugestiva y alegre circunstancia personal, no he podido estar al 100% como me hubiera gustado, pero allí estaban Arcadi, Kike y Santi al 101% para asegurarse que todo salía adelante.
Esta carrera nació con una clara raíz medular de aventura y autosuficiencia.
La creamos con la ayuda del Ayuntamiento de Alquézar, y con el propósito de recrear algo que por lo menos a mi y sé que a mis dos compañeros también, que aún tienen mas experiencia que yo en este tipo de carreras, me había hipnotizado cuando participe en la Maratón de Sables.
Era ese espíritu, esa especie de alma o de trance que se alcanzaba durante esas largas horas de lucha, similar al que había vivido en alguna gran montaña, y después, si lo conseguías, ese delirio cercano al éxtasis” que se apoderaba de ti.
Para ello, para conseguirlo, nos fijamos concretamente en el día de la verdad, el día que existe en toda gran prueba en autosuficiencia alrededor del mundo, de la gran etapa de aproximadamente 90 Km, en la que la gente llega a la meta sufriendo de rabia y llorando de felicidad.
Teníamos un terreno al lado de casa para ello. Los paisajes naturales para mi mas bonitos del mundo. El Parque natural de la Sierra y los cañones de Guara.
A este marco privilegiado, tan solo habría que añadirle los ingredientes apropiados para rehacer ese cúmulo de vivencias y de emociones: Dureza, tenacidad, humanidad, distancia y autosuficiencia.
Recrear en cierta medida aquello que vivimos, haciendo participes a corredores cercanos, amigos y también al publico (el nuestro); hasta nuestras familias podrían venir y estar en la meta aplaudiéndonos al entrar, e incluso colocarnos la camiseta de Finisher o la medalla. Yo si al entrar a la meta en Sables me encuentro a mi madre o a Rosana con la medalla esperándome, aún estaría llorando dos años después. Eso buscábamos o buscamos.
Construir una “modesta” plataforma de calidad humana en la que poder vivir en casa esas experiencias que relatamos tan épicamente cuando participamos en alguna admirada e idolatrada carrera por el mundo. En definitiva, llevar a tu cuerpo al límite, pero sobre todo tu mente para simplemente, vivir .
El año pasado lloramos, reímos y nos emocionamos. Reviví encuentros (Jordi Aubeso, Fidel, Salva, Joaquín) y situaciones.
Durante este fin de semana en Alquézar yo creo que se repitió, y como muestra de que en cierta medida, aunque nos queda mucho camino por recorrer y mejorar, se esta encontrando ese espíritu, os quiero referir dos situaciones personales que entre otras muchas me hicieron vivir o revivir...
“Al poco, llega mi amigo Juanma. Juanma ya desde lejos, coge en su mano las piedras asidas a su cuello que su hijo le prestó, mientras las besa y extendiendo los brazos mira emocionado al cielo como si alguien lo estuviera mirando. Sus hijos Pablito y Juan se ven reflejados en su rostro.
Se lanza sobre mi.... o yo sobre el, nos abrazamos y comienza a llorar, contagiándome y haciendo que llore con él sintiendo como de repente nuestros dos corazones se funden en uno solo y Juanma me dice: -Lo hemos conseguido tío.... lo hemos conseguido."
Este trozo de relato, pertenece a mi narración de la maratón de Sables, y este momento para mi perpetuo e irrepetible, se repitió tal cual en la plaza de Alquézar el sábado a las diez de la noche. Con la leve diferencia de que esta vez yo no había corrido junto a Juanma, y al oído me dijo: -¡Cabrones!, ¡qué duro ha sido!... Pero por dentro, lo que sentimos por dentro que humedeció nuestros ojos, fue lo mismo que aquella mañana en el desierto.
Después, una hora y media después, llegó mi hermano, al que tantas veces le había hablado de las sensaciones, el compañerismo y las emociones que encontré en este mundillo similar al que sentíamos entre montañeros. De nuevo, nos abrazamos y lloramos. No podía sentir mas orgullo, y él sufrió, lucho, sintió y se emocionó. Entendió.
Y así toda la noche.
Tantas y tantas cosas: El apoyo de Toño que se desplazó (unas horas), tan solo para casi saludarnos, mis amigos Gerardo y sus amigos andaluces, gente de casa, de Barbastro, amigos que pude esperar y abrazar en la línea de meta. Podría escribir y escribir y no parar.
Muchas fueron las vivencias de todos. Buenas, malas y regulares, Las malas terminan desdeñándose, las regulares se empequeñecen, y las buenas, las buenas son las que hacen que tras prometer no volver a participar en algo así, pierdas la memoria.
¡Gracias a todos por estos momentos!
PD: Muchisimas gracias a tantos amigos que como voluntarios forman parte de este sueño. en especial por mi parte quiero nombrar a Pilar, Miguel, José Mª, Raúl, Jesus, Joaquín, Edu, Guti, Juan Mari, José Hernán, Rafa, Toño, Cesar, Ramón, Ricardo, José, las Carmenes... perdonar si me dejo a alguien.
Yo y Juanma Sables 2008
Juanma y yo UTGS 2010
Con mi hermano