lunes, 13 de diciembre de 2010

Media maratón de SALOU

Cuando redacto una experiencia casi siempre es con la sana intención de transmitir mi satisfacción, compartirla o destacar algo que me haya complacido: Este domingo, por segundo año consecutivo, corrí la media maratón de Salou.
Decidimos, con la excusa, acercarnos a pasar un buen fin de semana en familia; la mía (Rosana y Nayra, en su primera salida con algo menos de dos mesecitos), junto a la familia del Ornithorhynchus anatinus Paco Jordán; su mujer Eugenia y su prole de pequeños mamíferos semi acuaticos, Paco y Laura. Una vez allí, ya el día de la carrera, nos juntamos para una foto de colonizadores Barbastrenses con Pedro Cabrero, Miguel Moreno y Miki; también andaba por allí Roberto Cabrero, pero yo por lo menos no coincidí con él, y la alegria de saludar a Monrrasín y Cipri. Después, como el pasado año, reencuentro con mi buen amigo Marcel, Marcel Batlle, que se acerco a correr… bueno, a ejercerme de nuevo de experimentada y nada silenciosa liebre, y custodiarme durante la carrera, con el pretexto de vernos e iniciar a su hermano Adriá con la carrera de cinco kilómetros. Qué alegría como siempre, reencontrarme con él y esta vez conocer a su encantadora familia; su padre y sus dos hermanos. Marcel, me presenta en la salida a su amigo Xavier Llobet (Triatleta olímpico y una muy agradable compañía), que porta el globo de 1h 25m y es con quien pretendemos ir. También, y para mi satisfacción se nos une en el paquete Miguel Moreno.A las diez, pistoletazo y un vistoso pelotón de más de novecientas personas, de los cuales algo más de seiscientos corríamos la media, y el resto una carrera de cinco kilómetros, comienza a moverse, y empezamos a compartir la satisfacción de correr y a la vez disfrutar. En los primeros kilómetros, y pese a un eventual virus medio latente que he notado esta última semana, me siento bien, excepto por una aparatosa caída sobre el kilómetros dos, en la que alguien por detrás involuntariamente me golpea el pie, haciendo que me trastabille y termine aterrizando estrepitosamente en el asfalto. Para mi satisfacción, casi sorpresa, aunque dolorido (sobre todo en la cadera), los daños han sido mínimos y parece que puedo continuar. Encuentro ritmo y marcho muy cómodo, aunque no tanto como Marcel y Xavier que diestros y muy confortables van como quien sale a rodar una mañana cualquiera ¡Qué sobrados van! Comentamos con Miguel una y otra vez… Para mí no es tanta sorpresa, pero Miguel se fascina con su tranquila conversación a ritmo menos de 4 minutos. Me encuentro de momento desahogado a este ritmo, pero está claro que no tan cómodo como ellos. No había puesto demasiada adrenalina en esta carrera, y tan solo era otro improvisado desafío que no tenía nada que ver con marcar tiempos o competir. No termino de fiarme, aunque si me sigo encontrando tan cómodo, le comento a Marcel que sobre el kilómetro once, quiero intentar tirar un poco hacia adelante. Así lo hacemos con Marcel y animamos a acompañarnos a Miguel que no se lo piensa y se viene hacia adelante. Poca gente a los costados del recorrido de los tramos menos urbanos , pero cuando vas a gusto con la compañía, y tus fuerzas van bien, te da igual.En los puestos de hidratación, Marcel, como un escudero fiel, coge las botellas llevándolas en la mano y ofreciéndonos cada poco. Que lujo. Como rechazarla. A partir del kilómetro quince, que tarda muy poco en llegar distraído por la sociedad con mi fiel escudero de lujo, y Miguel que cada vez marcha mas eufórico por encontrar buenas sensaciones, noto que Marcel incrementa el ritmo, y cada vez que lo hace yo me descuelgo. Este es mi ritmo, y por mi habitual forma de entreno (con muchos kilómetros, pero sin series), sé que no puedo subirlo mucho mas, y tampoco me importa. Sé que a ese ritmo puedo aguantar horas, pero no subirlo, así que aunque apuro un puntillo, voy reservando como hago siempre. -“Técnica come cocos”, me va indicando Marcel, - Vamos a por aquel de rojo.. Yo le respondo, -“Pero si no me ha hecho nada”… Kilómetro dieciséis, una suerte de ligerísimas subidas y bajadas de doble vía.Al bordear una rotonda diviso de nuevo el mar. Lo recuerdo perfectamente del pasado año. Un largo y precioso paseo marítimo, y tras él, el repecho para el que ya iba mentalmente preparado, del kilómetro dieciocho, que casi sin darme cuenta, pasamos y estamos en el kilómetro diecinueve. Hemos animado a Miguel para que tire adelante. Se encuentra eufórico, se nota bien, va a hacer su mejor marca y lo más importante, disfrutando. Lo llevamos a la vista, pero está dispuesto a intentarlo. Ultimo kilómetro por el paseo marítimo donde ya están animándonos la familia y eso es siempre un plus de fuerza final, y Marcel no para de subirme el ritmo y gritar, -Vamos, vamos… será pesao…jajaja. Cruzamos la línea de meta levantando nuestros brazos hilvanados por las manos como el pasado año. ¡Qué final de nuevo más feliz! Ha merecido la pena.
Después de algunas horas, mientras escribo estas líneas, aún escucho la voz de Marcel animándome durante toda la carrera.
Gracias Marcel y su padre que nos iba custodiando con su bicicleta Brompton con la que participaron y ganaron el campeonato del mundo por equipos Marcel y sus compañeros; a Xavier triatleta globero, Miguel por disfrutar junto a nosotros, y sobre todo, gracias a mi familia y a Paco y la suya por haber compartido…malas pizzas, pero un gran fin de semana. "El hombre que no se contenta con poco, no se contenta con nada, y para lograr todo el valor de una alegría, has de tener con quien compartirla".
Repetiremos.

5 comentarios:

  1. Hombre, hubo malas pizzas y buenas tambien, hay que ser positivo. Coincido contigo, un gran fin de semana.

    ResponderEliminar
  2. Joder, ya me gustaria a mi disfrutar hablar y encima hacer esos tiempos. Vaya makinas

    ResponderEliminar
  3. GRAN RELATO, NO SE SI A UDS. LES PASA LO MISMO, PERO YO CADA VEZ QUE LEO ESTE TIPO DE RELATOS,ME EMOCIONO , SERA QUE RECUERDO LAS MARATONES QUE HE PARTICIPADO. SE PERFECTAMENTE LO QUE SE SIENTE, SOBRE TODO CUANDO TU FAMILIA LA QUE TE APOYA. ENHORABUENA

    ResponderEliminar
  4. Desde luego, como ayuda que la familia te apoye, correr con amigos, ver buen ambiente...
    Lo he leido todo de corrido y ¡¡¡no me he cansado nada!!!
    A la próxima repito

    Abrazos

    ResponderEliminar