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Foto de ALBERTO CASAS |
Carrera del Ebro (Zaragoza) (30 Km):
Hacia
varios años que quería acercarme a esta carrera, porque aparte de hablarme
bien de ella y su organización, transcurre por unos campos confinados (Campo de Maniobras de San Gregorio ) que, siendo civil, tan solo puedes recorrer de esta manera.
Y me encanta ver paisajes inéditos para mí.
Tres
días antes, el jueves cuando terminaba mi habitual rodaje de 15 km, y como
siempre sin avisar, me dio un penetrante pinchazo en el gemelo izquierdo.
Apenas hacia dos semanas que rodaba sin molestias tras la rotura de fibras del
contra muslo, y....
Están
empezando a mosquearme mucho estas reiteradas lesiones musculares que se me
reproducen en cuanto empiezo a coger ritmos vivos...
¿Mis
músculos no tienen la elasticidad o eficacia suficiente para este tipo de
esfuerzo?... No sé; si alguien conoce algún remedio, que no sean los
estiramientos, que los hago escrupulosamente, o el apuntar:- “Corre mas
despacio”, que me lo cuente.
Pues
eso, que tras esta reiterada eventualidad, reposé viernes y sábado, y el
domingo viaje con mis amigos Paco, Luis y David a Zaragoza. No podía faltar,
porque además, gracias al favor de la organización, admitieron mi inscripción
el pasado lunes.
Allí,
en el polideportivo del Actur donde se da la salida, también nos reunimos con
un montón más de amigos del Club Atletismo Barbastro con Fernando su presidente
a la cabeza, y además saludé a otros tantos amigos como el bueno de Mariano
Navascués o Chema Belio. ¡¡Que gustazo ver tantas caras conocidas en un
contexto tan vital!!.
A las
nueve sin mucho preámbulo, se dio el pistoletazo de salida a los creo que "1000 participantes" (se agotaron las inscripciones), y ya en el primer
kilómetro, debido a la molestia en el gemelo, estuve a un suspiro de parar,
pero pensé: “concédele un poquito mas de tiempo a ver si...”.
El día
pestoso, desapacible por frío y ventoso, tampoco ayudaba a calentarse,
vivificarse, ni hallar un ritmo cadente y confortable, en el que sentirse medio
bien.
Pasaron
los primeros cinco kilómetros, y baje ritmo buscando buenas sensaciones,
mientras ya en mi mente merodeaba la idea de parar y esperar a alguno de mis
compañeros.
Al
disminuir ritmo, me alcanza por detrás una grupo de soldados, que marchaban
casi en formación, con algún estratégico propósito de ganar algún lugar de
privilegio en la clasificación de equipos militares.
Este
grupo, por corpulentos y ensamblados, me parece un buen resguardo para
protegerme del viento, así que me acoplo a ellos; y disimuladamente, como el
que no quiere, entre ellos...
En el
kilómetro, 11, cuando marcho en medio de este pelotón a ritmo cómodo, casi de
golpe, me descubro con trote fácil y confortable, y la penalidad del gemelo
acallada.
Sin
forzar demasiado, estiro la zancada, y al poco coincidiendo con una pronunciada
bajada, donde un aire encauzado y frontal, de tan fuerte casi te detiene, los
dejo atrás.
Me
encuentro bien, y mi rodaje ahora es cómodo, así que voy cogiendo ritmo y
trazando la estrategia de reservarme en cierta forma hasta el Km. 21, donde en
el perfil había visto que terminaban prácticamente las cuestas y era zona de
llaneo y bajada hasta la línea de meta. Hacia días que no trotaba 30 Km.,
y prefería guardar para el final.
Ya en
el fondo de esa especie de hondonada, la carrera cambia de dirección, y el aire
deja de atormentar, así que de manera cómoda y ya disfrutando del trote y el
yermo y leonado paisaje, que ahora es como una agradable y desvestida
acuarela castaña y glauca, me planto en pronunciado ascenso en el
km 20, y por un falso llano hasta el 21, donde vislumbro el llaneo y descenso
de nuevo hacia Zaragoza.
Mis
fuerzas están bien; a ciencia cierta, por haber reservado al principio sin
querer... o a la fuerza, muy bien.
Así que
voy incrementando mi rimo, marcándome pequeños y arbitrarios objetivos de
captura. Ahora a por este, ahora a por aquel, y voy evidentemente bien, porque
alcanzó todo el rato al corredor precedente, hasta cruzar la línea de meta en
1h 17m, satisfecho y contento.
Conclusión:
Carrera muy recomendable para los adictos y ponderados, que a menor escala me
recordó a los 101 de Ronda.
Buena
organización e infraestructura, como no puede ser menos cuando detrás están los
medios humanos y logísticos del ejercito.
Una
carrera con voluntariado civil, puede rivalizar con los medios humanos, e
incluso mejorarlos al puntualizarlos con un perfil más familiar y afín al
corredor, pero desde luego no con los medios logísticos.
Por
poner un pequeño pero, en un día caluroso, me gustaría saber si no sería
necesario algún avituallamiento liquido intermedio más.
Yo
pondría uno cada cinco kilómetros, pues como reseño, en el ámbito logístico no
creo que les suponga ningún problema hacerlo. Por lo demás perfecto. Una buena
mañana de deporte y convivencia en un lugar que por despoblado y yermo
sorprende.
Si ahora preparara Ronda, tendría clara esta carrera como un excelente
preámbulo, para después entrenando gradualmente combinarla con la “Jorgeada”
(22-Abril) (75km) Zaragoza-Huesca.