martes, 10 de enero de 2017

1967-2017. 50 años. MEDIO SIGLO



Sincrónicamente vamos sumando años, o restando vida.
Uno mas de experiencia, uno menos de vida. El reloj no para. Y si tú paras, prosigue sin ti.
Y cada año, persistentemente hacemos balance de decepciones, satisfacciones, entusiasmos, perdidas, hallazgos, aciertos o errores.
Y en permanente prólogo de esperanza, ilusión y ánimo, nos evaluamos con la intención de decretarnos a favor o en contra de lo vivido, deseando que lo próximo, lo que venga, siempre sea mejor que lo anterior.
Es la vida y su cometido.
Capitular a golpe de errores, tropiezos y estacazos, o argumentarla con ilusiones, amores, goces, amig@s y caricias.
Pero para los nacidos en 1967, este año 2017 es excepcional porque nos caen cincuenta añazos.
Y aunque las palabras bonitas muchas veces no son sinceras, y las palabras sinceras muchas veces no son bonitas, si o si, nos convertiremos en cincuentones y cincuentonas, y le daremos la vuelta al jamón.
Desde que  arrancó, y comienzan a celebrar años los amigos de generación, empiezas a hacerte a la idea de ello.
Han pasado cincuenta años; el mundo ha cambiado y nosotros con él.
Años de todo tipo:
De crecimiento, de evolución, únicos e inolvidables, años desdichados y tristes, de mudanza, de posibilidades, de alternativa, e incluso de espera; años de promesas, de expectativas, de frustraciones, de crecimiento y años de letargo.
Y a pesar de que uno se sienta o se encuentre perfectamente, he de reconocer que llegar a estos 50 años tiene su parte de miramiento y misterio. 
Pero no quiero escribir aquí un canto a la aceptación, sino a la libertad.
La libertad, para llegados a este punto de nuestra vida, saber reconocer que es y que será.
Libertad para disfrutar de todo aquello que hemos logrado hasta aquí.
Libertad para no resignarse, y aceptar que hay cosas que todavía se pueden cambiar.
Por tanto, libertad para afiliarse a este nuevo período de poder personal, en el que debemos dejar a un lado esa suposición de que todo está ya hecho.
Libertad de SER, HACER, TENER y ESTAR...
Quiero pensar que cumplir 50 años, tiene mucho de apelación a esta libertad individual; la de realizar tu particular insubordinación para dirigirte a una quietud y una conciencia apoyada en el aquí y el ahora.
Un momento de examinarte abierta y sinceramente, para después vivir con placidez aceptando tus propias limitaciones, y consciente de tus convicciones, certidumbres y realidades.
A mí de momento, aunque cumplo en octubre, medio siglo de vida me ha servido para aprender que la vida es dura, pero que nosotros podemos serlo todavía más.
Así que, tenga la edad que tenga, quien continúe abriéndose paso entre los obstáculos y las contrariedades, las ilusiones y los sueños, se impulsa para continuar viviendo.
Creo que los 50, debe ser por fin esa edad en la que tienes que estar encantado de haberte conocido.
No serás el más rico, ni el más lumbreras, ni el más guapo. Pero ¿Y qué?
Las cosas son como son, lo sabes, lo aceptas, y por fin asumes tu sitio, tu situación, y tus reglas.
Y no nos confundamos; quienes miran los 50 años igual que los 20, posiblemente han malgastado 30 años de sus vidas.
Estamos en una  edad intermedia, en la que en el fondo está bien no saber si vas o vuelves. Y te empieza a dar igual.
Ya no es una edad para encantamientos, si no para realidades.
Porque esa supuesta madurez a la que hemos llegado, esa hipotética experiencia que hemos adquirido,  es la que nos faculta para alcanzar algo  mas  de inteligencia, pero sobre todo mucha más serenidad.
Durante años, esa prueba y error que es vivir, nos ha proporcionado la experiencia para ahora, ante cualquier dificultad afirmar: - “Tarde no es, y prisa no tengo”.
¿Y qué hemos perdido por el camino?. Cada cual hará recuento de sus provechos y sus desilusiones, de sus ganancias y pérdidas, pero en realidad no hemos perdido nada. Estamos aquí. Estamos vivos.
Y en este instante comienzas a ser consciente que la vida no empieza a los cincuenta, ni a los cuarenta, ni a los treinta. La vida comienza cada día. Cada mañana.
Comienzas a ser consciente que cincuentón o cincuentona, solamente es juventud más experiencia. Que es una edad donde quizás no realizarás mas cosas que antes, pero si mejores.
Una edad en la que ya no somos tan nuevos como para no saber dónde está la acción, ni tan viejos como para no poder dirigirnos a ella y actuar.
Incluso en muchos aspectos, podemos mirar atrás con satisfacción, si; pero sin dejar de mirar aún hacia delante, con la posibilidad de escoger.
¿Por qué hay que tener miedo a cumplir 50?. Por nada. Miedo habría que tener de quedarse en el camino y no hacerlo.
Ser cincuentón o cincuentona no es un atropello ni un accidente.
Es una edad en la que no se acaban los sueños, y felizmente la opinión ajena te importa cada vez menos. 
Una edad que se pisa mirando al frente y no al suelo, y se da mas valor a lo que reclama tu corazón.
Una edad que ya nos acredita para manifestar: - “Reconozco que he vivido”. Desde mi punto de vista, cumplir 50 años debe tomarse como una fecha más, pero con la certeza de que la vida, tú vida, más que nunca, tiene el sentido que tú mismo o misma has querido o quieras darle.
¿Igual la vida comienza a los cincuenta?.
Un momento ideal para reflexionar sobre lo que hemos sido, lo que hemos hecho, lo que nos falta por ser, por hacer, pero sobre todo lo que ya no queremos.
Como decía Víctor Hugo: “Los cuarenta son la edad madura de la juventud, y los cincuenta la juventud de la edad madura”. Y así hay que tomarlo.
¡Viva 1967!
¡Felicidades cincuentones y cincuentonas!.

2 comentarios:

  1. Hola:

    Enhorabuena por los 50, espero que te lo pases tan bien como hasta ahora. Gran blog acabamos de descubrir y seguro que volvemos, muchas aventuras como nos gustan a nosotros.

    Saludos y gracias.

    ResponderEliminar
  2. JOVENES DE 1967, LEEAN ESTO ESTA INTERESANTE

    ResponderEliminar