UN AÑO MAS

Bueno, mis mejores pronósticos cumplidos, después de casi seis meses de secano. Buenas sensaciones, muscularmente mejores de las que imaginaba. Salí con una cátedra de motivación y relaciones humanas debido al enorme ambiente y la contagiosa felicidad que te da compartir una carrera con tus amigos y el efusivo gran ambiente. En una carrera donde al ser de casa, la gente te anima a rabiar y grita tu nombre. Feliz tras el encuentro con viejos amigos como Juanjo Garra de Lérida, con el que compartimos expedición al Manaslu el año 99. Diez años sin vernos y va y me dice, -“estas igual”. (Gracias Juanjo, que majo eres) Estaba tan animado y optimista que no dejé de ocuparme de abrazar y desear suerte a todos los que conocía en la línea de salida. Mi intención, correr a un paso constante, pero sin apurar ni sufrir, seguro de mí mismo, pero a sabiendas de que mi ritmo, tras tantos meses de parón no sería el habitual, y tras mentalizarme de todo ello, escucho el pistoletazo de salida. Tan solo me había preparado a conciencia durante este último mes, basando mi entrenamiento mas en poder cubrir bien la distancia sin sacrificarme demasiado, que en el ritmo con que lo haría. Además, como siempre, sin reloj, sin entrar en competencia con nadie. Esta vez ni siquiera contra mí mismo. Tomármela como un entreno mas, como una carrera con la que festejar el hecho de haberme recuperado de la lesión. Un paseo motivante. Subida a Pozán por encima de mis expectativas iníciales, pero sin apurar las posibilidades, pues hacía mucho calor y quedaba el regreso. El regreso, voluntariamente contenido, pero dándome cuenta de la falta de rodaje, así que decidido a seguir la fiesta, mantengo un ritmo cómodo en el que me encuentre a gusto sin preocuparme por nada más que por sonreír, guiñar y agradecer los ánimos a quienes me animaban, y chocar las palmas de las manos con todos los niños que ansiosos deseaban hacerlo con todos los corredores con mayor o menor fortuna. Por el km 17 me sentí feliz, a gusto. Y cómo olvidar el momento mágico de cada año de cruzar Barbastro; el Coso, los últimos 500 metros, un túnel de exaltación, gritos, pitos, música, y de repente alguien grita: “Vamos Javi, ya estás”. Miro el reloj de la meta que marca 1:29. Menos de lo que mentalmente me había parecido durante la carrera, y menos de lo que inicialmente me trace mentalmente; unos minutillos más de lo habitual otros años ¡qué más da!. Cruzo la alfombra aplaudiendo a quienes nos aplauden. La vida me ha enseñado, me enseña, muchas lecciones, y cada día resuelvo que los momentos de felicidad son pocos, y que cuando ocurren hay que vivirlos y exprimirlos hasta el último segundo. Así he corrido este año la media, sin sufrir y disfrutando de cada segundo. Tras la llegada, los mejores momentos estaban aún por llegar: Las llegadas, los abrazos con mis amigos, con especial relevancia las de Jesús Nasarre y Guti que recorrieron su primera media maratón tras contagiarse del ambiente y retarse el pasado año, como a buen seguro hará más de uno el próximo tras ver este contagioso ambiente (Venga Rosana), el uno agarrado a la liebre de las dos horas con una entereza exultante, y el otro escoltado por José Mª y Miguel como si de sus guarda espaldas se trataran; la cara de felicidad de Javier (compañero de trabajo), tras haber culminado el sueño de terminarla. Cuanto me gustan estos momentos. Tras todo ello, la cena con más amigos, las risas, los improvisados y geniales trofeos Jamaicanos (gracias Pilar). En definitiva, un gran día que cuando pasa, tan solo puedes esperar repetirlo el año próximo… y van…..

El Medio Maratón de ayer fue el más espectacular de las diecisiete ediciones, y antes de darse la salida ya se había batido el récord con 950 corredores, setecientos cincuenta populares, procedentes de casi todas España. El ambiente en consonancia con el invitado especial, Martín Fiz, dorsal número 1. Solo lo vi en carrera, pero tan solo escuchabas adulaciones de quienes se encontraban con él, por su simpatía, gentileza y disposición (gracias por venir). Por último, gracias al club de atletismo, por hacer todo esto posible año tras año. Próximos objetivos: La UT Guara Somontano desde la organización, y la maratón de San Sebastián, esta vez con más tiempo para prepararla por delante.