Para este Post y esta historia, voy a transcribir uno de mi buen amigo Julio Becerra de Cádiz, sobre mi también amigo Gerardo, con los que coincidí en la 23 maratón de Sables, y que explica muy bien ese espíritu Ultra que me cautivó en aquella carrera y que mueve a estas grandes personas:
"Para ser fuerte en lo grande hay que hacerse fuerte en lo pequeño"
Esta es la historia de un ganador, pero la singularidad de estas pruebas es que no hay uno sólo, cada uno de los que se enfrentan a sus límites lo es. He sido testigo emocionado, esta vez desde fuera, de sus historias.
Va la primera de ellas...
Recordar: del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón.
Traigo a mi mente, desde el corazón, la historia de unos grandes deportistas, anónimos, discretos...grandes.
Mi hermano Gerardo (para los que aún no lo sepan es hermano del desierto, allí donde se fraguan fuertes vínculos), tenía ganas de competir; sólo habían pasado varios días desde que llegó del desierto en donde había hecho una enorme carrera. Aún sin recuperar se enfrentó a la Breña, a la dura Breña, arena, cortafuegos, subidas y bajadas...iba cuarto a las pocas vueltas; aprovechó una oportunidad y, cuando los que iban por delante estaban bebiendo agua y comiendo, salió con su tuperware de pasta y se la comió por el camino...pero tuvo un problema físico y el que iba detrás, el segundo, Rafa (Fali el coleta, el hombre de la eterna sonrisa en la boca) se paró, pasó de la clasificación y le ayudó a estirar, pues los calambres de Gerardo eran serios, se quedó con él hasta que estuvo bien. La carrera siguió, eterna, vuelta tras vuelta y Gerardo consolidó su primera posición sacando a Fali cerca de 50 minutos o más de diferencia.
Eran las 6 de la madrugada, la humedad, el frío eran intensos, agotado, después de tres días de casi no dormir, Hugo, el segundo director de carrera me obligó a echar una cabezada, no había dormido ni una hora cuando Hugo llamó a la puerta de la autocaravana.
- Julio, tienes que ver esto.
Mi hermano "El tito" Gerardo se había sentado a 100 metros de la meta, llevaba allí un buen ratos, tenía calambres muy dolorosos, su mujer Carmina le animaba a que entrara en meta, él negaba una y otra vez: "Tengo que esperar a Fali, él me ha ayudado y es el ganador", cuando vi a mi Hermano, después de haber recorrido 153 kilómetros sin parar la emoción me embargó, me abracé a mi buen hermano.-Me vas hacer llorar, me dijo.
Se pudo tomar un café muy dulce que le llevé, antes todo lo había vomitado.
Pasaron muchos minutos, eternos, hasta que Fali asomó por la vaguada, fueron momentos de una intensidad emocional enorme, no sólo se estaba materializando el sueño, la carrera estaba llegando a su fin sin graves incidencias médicas...y ahora este final...del todo imprescindible, si tal cosa pretendiéramos, que cumplamos con nuestra parte del mejor trato posible, el que se resuelve en reciprocidad. Estamos hablando, por tanto, de capicúas, caminos de ida y vuelta, o de la equivalencia entre los dos lados de la moneda. La que, caiga como caiga, hace ganar a las dos partes.
Esta es la Historia de dos atletas de talla sin igual; Gerardo el hombre discreto, competitivo y a la vez capaz de ceder su puesto, tan duramente conseguido, a quien le ayudó. De Fali el hombre que siempre sonríe, siempre dispuesto a ayudarte. Esta es la historia de una leyenda, la leyenda que queda en nuestros corazones, la leyenda que hace que este noble y duro deporte sea fuente de inspiración para que otros sigan la senda del buen deportista y del ser humano que da lo mejor de sí mismo...en busca de el límite que nos hace mejores...
¡Quien resiste vence! "
Con esta pequeña historia que relata Julio, se evidencia ese sentimiento de grupo, que anima el espíritu de cooperación con fines comunes.
Ese no pretender sobresalir, sino disfrutar de la actividad que compartes y ser parte de un
conjunto (no ser vanidoso, ni soberbio).Ese olvidar el yo para pasar al nosotros.
Ese pensar en los demás. Ese abrir página a la amistad. Ese en definitiva, “ejemplo”.
Cuentas muchas historias y anecdotas y fabulas... pero esta que recuerde ahora mismo es la mas bonita que te he leido. Un verdadero EJEMPLO. En estas carreras todos son ganadores. Que siga así siempre.
ResponderEliminarEso si es verdadero espiritu deportivo
ResponderEliminarEstas historias es curioso se dan con mucha frecuencia en las carreras por etapas o ultras... poque sera?jeje, carreras especiales para gente especial, es más infrecuente de encontrar en el asfalto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jaume
Gracias Hermano por divulgar la historia de nuestro hermano el tito gerardo, humilde como no hay otro...
ResponderEliminarImpresionante historia. sois especiales
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