Cuando llevo gente a realizar por primera vez un descenso de barrancos, o cuando lo hacia para escalar o ascender una montaña, en sus caras perceptiblemente se manifiesta antes de comenzar (en la de muchos... no todos) una impresión de rigidez, inquietud y algo de miedo.
Un miedo que conforme va avanzando el barranco, o lo que sea, y aumentando su confianza en mi, pero sobre todo en si mismos, disminuye proporcionalmente hasta llegar a la emoción y el goce.
Esto me gusta mucho, pero también me ha hecho cavilar y “escribir” este post.
Todos tenemos miedos y este sentimiento en un principio nos agarrota. Lo verdaderamente gracioso es que la mayoría de esos miedos no son tangibles si no imaginarios e infundados, y una vez afrontados y vencidos eres consciente de ello. A diferencia de un peligro real, la amenaza irreal se diluye con el sencillo procedimiento de razonarla, de privarse de pensar en ella , considerando que es producto de nuestra artificiosa imaginación.
Pienso que solo hay que tenerle miedo al miedo en si mismo, porque nos impide ponernos en movimiento, y puede llegar a paralizarnos o a encaminarnos a un fracaso por eso mismo, por miedo.
El valor no está en la ausencia del miedo, sino en la facultad de persistir y avanzar a pesar de el. La dificultad real no es tener o no tener miedo, si no saber afrontarlo. Cuando el temor es continuo, uno pierde la seguridad de su propio potencial y la confianza en si mismo. Y los miedos infundados gastan muchísima energía.
El miedo previene, nos pone alerta, y nos alecciona para andar con precaución.
Cuando se habla de vencer el miedo, tus miedos, no se trata de anular toda intimidación, se trata de tomar conciencia de las causas, y aprender a vencerlas.
La cuestión, si reviso bien las veces que yo he vencido mis miedos (de cualquier tipo) es tranquilizarse, estudiar lo más fríamente posible las causas de esos temores, y eliminar razonadamente esos fantasmas.
Eso si, para hacerlo tenemos que empezar confiando en nosotros mismos por encima de todo. “Todos tenemos poder sobre nosotros mismos”.
Cada vez que actúas a pesar de, es un triunfo, y con este triunfo estas venciendo tus limitaciones . Cada vez que lo haces sientes ese subidón que se atesora, cuando sometiendo tus “miedos”; realizas tu primera media, barranco, maratón, ultra, escalada, pista negra, o lo que sea; y aparece esa soberbia sacudida combinación de adrenalina, optimismo, y confianza en ti mismo .
Si lo afrontas de esta forma, el miedo puede ser un gran aliado. Motivante.
“Que el miedo no te impida”.
"El miedo llamó a la puerta, la confianza abrió y fuera no había nadie."
ResponderEliminarREALMENTE TUS MIEDOS ..SON TU PRISIÓN ..TU TEMBLOR INTERNO y así ..no se puede ¡¡ VIVIR !!
ResponderEliminarDices bie. El truco para combatir tus miedos es sencillamente lanzarte a hacer las cosas. Buen post
ResponderEliminarbonito ese rincón secreto de la peonera.. casi puede ser un sitio para esconderte del miedo.. Ahora digo yo, ¿no es el miedo a veces bueno? cuanto nos reconforta la sensación de vencerlo, sino tuvieramos miedo a nada... no se que sería de nosotros. No tendríamos motivos para luchar. Es así, no se trata de no tener miedo, sino de "no tener miedo de superar ese miedo".
ResponderEliminarCuando me decidí a afrontar mis miedos me di cuenta que la mayoría de mis temores fueron provocados por mi propio miedo y lo que ocasionó ese miedo fue el temor a afrontarlo.
ResponderEliminarMuy buen post. Me gusta mucho como entrelazas siempre deporte y vida.
ResponderEliminarNo hay nada peor en la vida que perderla por miedo a vivirla.
ResponderEliminarlas pequeñas barreras que superamos en la vida diaria
ResponderEliminarmantienen nuestro horizonte limpio de fronteras...
buen post!