
No somos perfectos ¿ por qué habrían de serlo nuestras vidas?.... Por eso, a
veces las cosas no salen como uno espera, y eso es natural.
Hay cosas que planeamos con meses de antelación, que quisiéramos, que soñamos
con que sucedan lo mejor posible, y durante meses las anhelamos, preparamos e
incuso visualizamos. Pero desde el momento que tomas la decisión de
realizarlas, también los dados de la fortuna han sido lanzados, y nunca hay que
olvidar la otra cara de la moneda, cuando las cosas no salen como uno espera
que salgan:
Aterrizamos en Nueva York el viernes 9 a las 21,20 hora local, y cuando estaba
desembarcando del avión, encendí mi móvil. Al poco, repicó por la llegada de un
mensaje. Era de Paco que ya estaba en Nueva York junto con José Hernán Y Rafa
desde el jueves, y decía escuetamente: - "Maratón Cancelado". Me lo
tomé a broma, e incluso me los figuraba a los tres riéndose mientras me
enviaban este aviso....
Al poco, frente a la cinta de recoger los equipajes, Rosana llamo mi atención
indicando:- "Es verdad, mira la televisión". Había unas grandes
pantallas afirmadas en algunas columnas, y estaban debatiendo el tema, y Rosana
(que habla ingles), lo escuchaba. En realidad no eran necesarias sus traducciones,
ya que en la parte inferior de la pantalla, había adjunta una tira de color con
un epígrafe que indicaba: "NEW YORK MARATHON CANCELLED".
¡No lo podía creer!. Lo primero que me vino a la mente fue el alcalde de NY
Michael Bloomberg, asegurando al mundo en rueda de prensa un día antes que la
maratón se realizaría; Que significaba muchos ingresos para los comercios de la
ciudad, y en unos momentos de adversidad como los que acaecían, no podían
desaprovecharlos...
En mi caso habría volado igual, porque la maratón era una mera excusa
"como guinda", para realizar allí unas vacaciones con mi familia,
pero en muchos "miles" de casos, que se deslazaban única y
exclusivamente con el sueño de participar en esta famosa maratón, la decisión a
priori despedía un enorme tufillo a premeditada artimaña o conspiración con
tintes de campaña política. Los miles de corredores (consumidores) ya estábamos
en la ciudad conformando así a los comercios y negocios, y aunque enfadados, el
próximo año se

habría olvidado y habría seguro otros cincuenta mil corredores
dispuestos a inscribirse....
Cambiando el chip:
Una vez asimilada la nueva trama durante la noche y el día siguiente sábado,
existía o la predisposición a ver el lado negativo de las cosas, o bien la
disposición a ver preferentemente el lado positivo. Si las cosas tienen
remedio, ¿porque irritarse? ; y si no lo tienen, ¿por qué acalorarse
gratuitamente sí con eso té quedas?.
Es un tópico describir a los optimistas como pesimistas mal informados, o como
ingenuos que antes o después se rendirán a la evidencia. Pero ser optimista no
equivale ni a ser ni frívolo ni inconsciente, si no a percibir lo bueno de cada
circunstancia, y a partir de esa percepción ser capaces de optimizar las
posibilidades que cada situación nos plantea. "yo al menos lo percibo
así". Las dificultades podemos verlas como oportunidades para hacernos más
fuertes y mejorar nosotros y nuestra autoestima.
Además, no era nada grave; tan solo una maratón (correr y "disfrutar"
corriendo 42 km) que se había suspendido. Quizás mi cultura montañera me
puntualizaba de manera distinta a los demás evocándome la tópica pero afectiva
frase: "La montaña siempre está ahí"; como cuando docenas de veces
por circunstancias ajenas a ti mismo has tenido que claudicar en tu empeño (en
mi caso incluso a los pies de algún ocho mil...).
Estaba de vacaciones con mi familia, y además unos días compartidos con
excelentes y joviales amigos en Nueva York. ¿Qué mas podía pedir?
Los optimistas tienden a vivir más felices y a superar con más facilidad las
complicaciones, así que prefiero ser optimista.
Relato de la no-maratón:
Si no encuentras el camino, háztelo.
El sábado junto con Paco recogimos el dorsal en la feria del corredor, con el
temple algo agriado por saber que tan solo era una formalidad simbólica; una
ilusoria ceremonia para atesorar un "elemento" de recuerdo de nuestro
paso por esta carrera.
Por cierto una feria esplendorosa, pero con este aroma a malogro y frustración
que se respiraba en el ambiente (por parte de corredores, voluntarios y
expositores), hacia que estuviera semivacía y con un matiz similar al de un
velatorio. Al menos así me lo pareció a mí.

El domingo día 4, día de la hipotética maratón, hemos quedado en la puerta del
hotel donde se alojan Rafa y José Hernán con el resto de Españoles de su grupo
(unos treinta), para subir todos juntos a correr por Central Park. Se prevé que
miles de corredores harán lo mismo. No en vano, cuando nos dirigíamos trotando
con Paco hacia allí desde nuestro apartamento a unas seis manzanas, pudimos ver
numerosos grupos con decenas de personas que se encaminaban corriendo en
dirección al célebre parque. Se palpaba ya un ambiente especial.
Tras reunirnos todos, equipados como si fuéramos a correr la maratón: (En
nuestro caso, camiseta preparada al efecto con los colores de España y nuestros
nombres, y el dorsal), comenzamos a trotar en grupo hacia Central Park.
Una vez allí, emancipándonos del resto los cuatro a la par, llevados por el
fantástico ambiente que se respiraba, decidimos trotar en principio por donde
la masa de gente lo hacia; según nos explicó Paco (que había estudiado),
estábamos dando una vuelta al perímetro principal o carretera que envuelve todo
el parque, que tiene una longitud de unos ocho kilómetros.
¡Qué ambiente! Aire limpio y un paisaje fascinante e insólito, y esto asociado
a miles de corredores de todo el mundo, complaciendo en cierta forma su
exclusivo maratón particular de una manera informal por las aceras, los
exteriores y los recónditos caminos de este gran parque.
No se trata de faltar al respeto a las víctimas de 'Sandy' ni a nadie. Hemos
venido de vacaciones, pero también a correr, y simplemente corremos...
Todos entendemos, "ahora", que no consideraran apropiado que la
prueba pasara junto a lugares con tanta destrucción y sufrimiento, o que se
dedicaran los enormes recursos necesarios para este evento deportivo, que hoy
están mejor empleados en las labores de recuperación y ayuda de las zonas
dañadas, pero eso tendrían que haberlo previsto días antes, e incluso para los
que hubiéramos venido de todas formas, haber organizado de una manera
coordinada esta espontánea e imprevista "No-maraton" de NY, en la que
la mayoría hubiéramos participado en favor de la ciudad corriendo simbólica,
neutralizada y manifestadamente estos 42 Km por las victimas o por lo que nos
hubieran requerido...
Grupos y más grupos, gente y más gente. Poco a poco los centenares, nos
transformamos en miles de corredores (30.000 según la prensa) que vamos
formando una enorme

multitud multicolor, festiva y estridente con vítores y
enaltecimientos, con el solo propósito común de correr y disfrutar de este día
excepcional todos juntos.
Alguien dijo que la vida no se mide por las veces que respiras, sino por
aquellos momentos que te dejan sin aliento; que razón tenía.
Y que decir del espectacular marco (que también ayuda), de Central Park (para
mí lo mejor de NY): Fue diseñado por el paisajista y escritor Frederick Law
Olmsted y el arquitecto Calvert Vaux Inglés en 1858, y fue declarado Monumento
Histórico Nacional desde 1963. Tiene 4 kilómetros de largo y 800 m de ancho.
Aquí se corrió la primera edición de la maratón de Nueva York.
En su interior varios lagos y lagunas, amplios senderos, veredas, amplias
praderas, dos pistas de patinaje sobre hielo (una de las cuales es una piscina
en julio y agosto), un Zoológico , una gran área de bosques naturales, y un
anfiteatro al aire libre.
Me siento feliz. Todo de colores arcillosos, vinagres, pajizos, y cobrizos
desiguales. Todo tapizado de heterogéneos e infinitos matices de luces que van
desde el verde al amarillo pasando por el rojo que nos da el otoño. ¿Cómo no
ser felices ante tanta belleza y en tan grata compañía?.
José Hernán se fue viniendo arriba a cada metro, porque según él,: "Nunca,
ni en Barbastro, le habían animado tanto".... El numeroso público que se
fue agolpando a los lados improvisando incluso puestos de avituallamiento con
todo tipo de género, y nos animaba con fervor gritando nuestros nombres:
¡¡¡Pacou!!!¡¡¡Góse!!!¡¡¡Gávi!!!....
Rafa torciendo el gesto insinuaba: -"A mí no me anima nadie".... No
se daba cuenta que llevaba la chaqueta de chándal puesta, y no leían su
nombre...jajaja
Cuando llevábamos unos dieciséis Km. trotando felices entre bromas y risas, nos
dirigimos a un extremo del parque para reencontrarnos con nuestros
acompañantes(Merche e hija, Eugenia, Rosana, Nayra),, porque era la hora que
habíamos acordado encontrarnos, y allí no dejaron de sucederse eventualidades,
en el
buen sentido de la palabra:

Primero nos topamos con el director y fundador de la Maratón de Sables Patrick
Bauer, su mano derecha Olivier, y la fotógrafa española de dicha carrera, y
desde entonces amiga Covadonga, que fue la que reparó en nosotros gritando mi
nombre. ¡¡Que feliz casualidad!!...Yo participé en Sables 2008, y Paco lo ha
hecho este mismo año 2012.
Al poco de hacernos juntos una foto, despedirnos, localizarnos con nuestras
familias, y mientras posábamos para otra foto, apareció en esta misma esquina
la corresponsal de TVE Cristina Olea con su cámara acompañante, y le debimos
caer en gracia porque requirió grabarnos unas manifestaciones, tras las cuales
incluso nos hicieron correr posando para la cámara por una acera .
La anécdota no se queda en eso, si no que horas más tarde, empezamos recibir
mensajes desde España de familiares y amigos que habían visto un fragmento de
nuestra entrevista este mismo domingo por la noche en horario de "prime
time" en el telediario de la uno, en el que corremos y posamos los cuatro
abrazados, mientras habla y muy bien José Hernán)... Más de 1200 españoles, y
nos sacan a los cuatro de Barbastro....¡Si mi abuelo levantara la cabeza!....
su nieto en América y saliendo en "El Parte"... Una anecdótica
recompensa para nuestras familias en casa. La casualidad casi siempre nos da lo
que nunca se nos hubiere ocurrido pedir.
Paco, José Hernán y yo, estábamos deseosos de seguir corriendo, así que Rafa,
que ya había tenido suficiente, se dirigió con el resto paseando hacia donde
estaba montada la línea de meta de la Maratón, mientras nosotros dábamos una
vuelta más hasta llegar también allí, y disfrutábamos de nuevo confundidos
entre los miles de corredores y el revoltijo de colores de otoño de robles,
cipreses y hayas sobre el cielo azul de este estupendo y soleado día.
Me sentía alegre, y a cada metro sentía flotar y revivir mis piernas. Me sentía
casi eufórico. Estos ocho kilómetros fueron ya apoteósicos. No cabía más gente
y a ambos lados de la travesía estaban también repletos de animadores y
suministradores de agua, bebidas isotónicas y alimentos.
¡¡¡Pacou!!!¡¡¡Góse!!!¡¡¡Gávi!!! ¡¡¡España!!!....nos gritaban sin parar.
Cencerros, trompetas, banderas de todos los colores y países, gritos y
bubucelas marcaban nuestro achispado ritmo.
De vez en cuando, se me achicaba el alma al cruzarte o adelantar a algún
corredor o corredora octogenario que corría complicadamente, o gente más joven
que casi caminaba con dificultad ahogo y descompasadamente por efectos de
alguna evidente enfermedad, o tullidos perceptiblemente esforzándose con su
handbike (como nuestro amigo Diego), emocionados ante los ánimos de todos. En
esos instantes te dabas cuenta del verdadero valor de esta
"nocarrera", y que realmente había merecido la pena estar aquí y
formar parte de todo esto.

El corazón está lleno de muchas cosas para decir, pero hay momentos en que me
parece que las palabras, o el idioma no son nada. Fotos con Mexicanos,
Argentinos, Peruanos, Ecuatorianos. Cuanto nos reímos tras la foto de José Hernán
y yo con unos mexicanos, especulando con el si hubieran sabido que se llama
José "Hernán Cortés"...
En cada esquina más y más público, y mas y mas heterogéneos corredores por
medio de este bosque que contrasta de manera caprichosa cuando levantas la
mirada con las sobrias y enormes atalayas de Manhattan.
No hay un solo instante que no te estén animando, no hay zona sin gritos, sin
grupos de avituallamiento improvisados regalando bebida, plátanos y dándolo
todo. Esos instantes “piel de gallina....”
Hoy, sigo recordando todo aquello, y disfrutando su recuerdo.
Lo que clasifica al hombre es el equilibrio de la
contradicción que existe entre el destino
y la libre voluntad.
No somos profesionales; somos populares, amateurs. En esto de correr o incluso
de ascender montañas, tan solo competimos, si competimos, contra nosotros
mismos y nuestras propias sensaciones. Por eso, las carreras son un mero pretexto
para ir a uno u otro lugar, donde aún participando con otros cientos, cada cual
hace su carrera, vive su aventura o su ascensión, y esta no es comparable a ninguna
otra.
Esta ha sido la nuestra, la mía; Nuestra maratón de Nueva York 2012. Y me ha
encantado. La vida está llena de pequeños bellos e inesperados momentos, hay
que disfrutarlos por que en ellos siempre se encuentra la auténtica felicidad.
PD: Al final, entre ese y los días sucesivos corrí fantásticos 60km
por Central Park.