jueves, 22 de marzo de 2012

LUCHA

Hace algún tiempo, creo que ya transcribí esta leyenda, pero me va muy bien para rematar en cierta forma el post anterior, ya que creo que lo complementa perfectamente. Independientemente de si te rige el corazón, la cabeza, o ambos dos, a continuación se trata de una cuestión de emociones, buenas o malas.
La leyenda de la batalla de los dos tigres: Cuenta una antigua leyenda hindú, como un anciano educaba en algunos preceptos a su nieto, y en su reflexión el anciano le explicaba: - "Desde que recuerdo, dentro de mí se libra una tremenda batalla entre dos enormes y feroces tigres. Uno de ellos es la maldad personificada: egoísta, envidioso, arrogante, prepotente, egocéntrico y solo busca ocasionar la mayor acometida destructora posible.
El otro es lo contrario; una fuerza del bien: generosidad, bondad, entusiasmo, amistad, amor, serenidad, humildad, entrega y seguridad; y busca causar el mayor impacto positivo. Y esa misma batalla que se da en mi, se da en ti exactamente igual, y en todas las personas que habitan este planeta."
El nieto entendiendo lo que trataba de revelarle su abuelo, se quedó pensativo durante unos instantes, y finalmente le preguntó: -"Abuelo, ¿Y cuál de esos tigres ganará?".
Tras unos minutos, el anciano, mirándole a los ojos le respondió: - "Aquel al que tú mas alimentes; ese será él más fuerte, y por lo tanto ganará la batalla ".
Durante nuestra vida todos nos enfrentamos constantemente a esa clase de dilemas en los que debemos optar por una u otra clase de respuesta, una iniciativa, una decisión, tomar una acción u otra.
Entonces hemos de ser plenamente conscientes de que finalmente triunfará aquel "tigre" al que nosotros más alimentemos durante todas estas alternativas y desacuerdos mentales.
En el deporte, como en la vida (que frase siempre tan recurrente), en tu mente se da una constante lucha en la que finalmente vencerá, "aquel perfil, aquel aspecto a quien tu mas alimentes o hayas alimentado"
Mientras estamos corriendo, escalando, enfrentándonos a un reto, la mente siempre nos traiciona, o por lo menos lo intenta, y solemos pensar: -"Ya no puedo seguir; ya no doy mas, ¿que hago yo aquí? ". Ese célebre instante de negación del yo. ("¡¡que coño hago yo aquí!!")
Entonces, lo más importante (y es fácil de decir...) es no dejar que la mente nos venza, y para eso es primordial tener pensamientos positivos y eficaces que previamente hayamos creado y que alimenten ese lado enérgico de satisfacción y euforia. Esos pensamientos son como tus defensas, tus fortificaciones. Contra mas los alimentes, más compactos e inalterables serán.
Tu mayor enemigo siempre eres tú mismo; tu propia percepción interna, tu propia ignorancia, tu propio ego...
Todas las carreras, escaladas o retos son distintos, y siempre hay que percibirlos como una nueva oportunidad para aprender y mejorar como deportista si, pero también como persona. Lo mas importante es acometer o intentar culminar ese reto por y para ti mismo, no para alimentar ningún ego, ni demostrar nada a nadie. 
Porque no hay nada noble en superar a otra persona; la verdadera nobleza radica en superarse a sí mismo. Tampoco hay que cometer el error de confundir sencillo con fácil. Esto no es fácil. Porque los obstáculos más difíciles son aquellos que tú mismo té sujetas mientras intentas atravesarlos.
¡¡¡Suerte a todos los participantes de la maratón de Barcelona!!!

5 comentarios:

  1. Tigre en sanscrito se dice viagra... entonces hay dos viagras el del amor y el prepotente....jajaja
    Esperemos pasarlo bien por Barcelona...y correr como tigres con viagra.

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  2. Seremos tigres de bengala deborando kilometros!!!! jeje
    allí estaremos.

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  3. Buenísima la historia de los tigres. Creo que lo que dice es una verdad como un puño. Saludos

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  4. Creo que al final siempre gana la bondad, el bien... quizá porque nos produce más paz interna y estabilidad emocional.
    El agua del mal siempre está embalsada, presionando, causando tensión... pero la podemos contener. El agua del bien, en cambio, fluye siempre buscando el desnivel y su cauce natural... tarde o temprano acaba inundándote el corazón y, después, los ojos.
    Un abrazo.

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  5. Como siempre gran reflexión Javier

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