Si quieres ver el arco iris tendrás que resistir la lluvia. Que razón en esta frase. Por fin mi lesión ha sanado.
Casi seis semanas lesionado, para por fin, este pasado jueves rodar sin ningún tipo de molestia en la pierna.
Por eso mismo, el viernes decidí ser sensato, no entusiasmarme demasiado y descansar, para así el sábado poder ir a hacer un barranco en solitario (el Formiga) en el que gocé como no sé expresar con palabras (leer dos post atrás), y el domingo poder realizar una prueba de fuego ascendiendo al Turbón junto con el cursillo del club de atletismo organizado por José Mª Lacoma (que gran ambiente han logrado en el mismo).
Allí me puse a prueba con algún efusivo acelerón en la subida con la excusa de hacer alguna foto, y con una bajada técnica, intensa, enloquecida y muy rápida, donde disfrute como un niño..., como un "cochino jabalín".
Tanto en el barranco como en el Turbón, me sentí pletórico, con la disponibilidad de realizar cientos de movimientos, con mucha mas fuerza de la esperada, y con un gran margen de maniobra físico y psicológico; además en el Turbón todo esto se asoció a la fortuna de una gratísima compañía entre la cual también estaba mi hermano Jorge.
El lunes aún con la dulce resaca me dio por pensar: La especie humana, aunque muchos de nuestros contemporáneos lo olviden y piense que el hombre proviene del coche, se mueve con los pies (en general).
Desde el mismísimo neolítico, el hombre tiene "casi" el mismo cuerpo, las mismas capacidades físicas, y la misma solidez y resistencia frente al entorno, aunque hayamos dejado de creerlo y sobre todo de ejercitarlo. Es la soberbia de nuestra sociedad la que nos hace olvidarlo, pero lo cierto es que disponemos casi las mismas aptitudes que nuestros pilosos antepasados ante un determinado contexto si fuera necesario.
Durante milenios, los hombres han caminado o corrido para desplazarse, para llegar de un lugar a otro, e incluso todavía es así en parte del planeta; Aun recuerdo el pequeño poblado de Sama Gaon junto al Manaslu en la frontera entre Nepal y Tibet a una semana andando de la carretera mas próxima....
Casi seis semanas lesionado, para por fin, este pasado jueves rodar sin ningún tipo de molestia en la pierna.
Por eso mismo, el viernes decidí ser sensato, no entusiasmarme demasiado y descansar, para así el sábado poder ir a hacer un barranco en solitario (el Formiga) en el que gocé como no sé expresar con palabras (leer dos post atrás), y el domingo poder realizar una prueba de fuego ascendiendo al Turbón junto con el cursillo del club de atletismo organizado por José Mª Lacoma (que gran ambiente han logrado en el mismo).
Allí me puse a prueba con algún efusivo acelerón en la subida con la excusa de hacer alguna foto, y con una bajada técnica, intensa, enloquecida y muy rápida, donde disfrute como un niño..., como un "cochino jabalín".
Tanto en el barranco como en el Turbón, me sentí pletórico, con la disponibilidad de realizar cientos de movimientos, con mucha mas fuerza de la esperada, y con un gran margen de maniobra físico y psicológico; además en el Turbón todo esto se asoció a la fortuna de una gratísima compañía entre la cual también estaba mi hermano Jorge.
El lunes aún con la dulce resaca me dio por pensar: La especie humana, aunque muchos de nuestros contemporáneos lo olviden y piense que el hombre proviene del coche, se mueve con los pies (en general).
Desde el mismísimo neolítico, el hombre tiene "casi" el mismo cuerpo, las mismas capacidades físicas, y la misma solidez y resistencia frente al entorno, aunque hayamos dejado de creerlo y sobre todo de ejercitarlo. Es la soberbia de nuestra sociedad la que nos hace olvidarlo, pero lo cierto es que disponemos casi las mismas aptitudes que nuestros pilosos antepasados ante un determinado contexto si fuera necesario.
Durante milenios, los hombres han caminado o corrido para desplazarse, para llegar de un lugar a otro, e incluso todavía es así en parte del planeta; Aun recuerdo el pequeño poblado de Sama Gaon junto al Manaslu en la frontera entre Nepal y Tibet a una semana andando de la carretera mas próxima....
Esta energía propiamente humana, surgida de la voluntad y de los más elementales recursos de nuestro cuerpo, de nuestros músculos (caminar, correr, nadar...), hoy raramente la utilizamos en el curso de nuestra vida cotidiana, en nuestro trabajo, o en nuestros desplazamientos habituales. Y sin embargo cuando hacemos estos esfuerzos aunque sea de manera lúdica, y asimismo, si estos son en contacto con la naturaleza, la respuesta de nuestro organismo, de nuestra mente, ante este gran estímulo, nos desencadena una libertad tal, que provoca cambios mentales e incluso fisiológicos; se produce una reacción en nuestro cuerpo y nuestra mente sobre todo si estamos acordes con el entorno y nosotros mismos. Nos enmienda de tal manera, que nos proporciona una sensación de euforia que nunca debimos perder.
Que feliz y eufórico me sentí en el barranco y en el Turbón, tras ellos. Vale más una imagen que mil palabras. Un gran fin de semana. Ha sido como un cuerpo a cuerpo con el mundo en el que he salido mejorado, feliz y vigorizado; con ganas de hacer muchas cosas este verano.
Por de pronto muchos más barrancos (hoy oscuros del Balces), y este próximo fin de semana a Burgos con mi buen amigo Jordi Aubeso y familia; seguro que me ha preparado alguna buena trotada...
Que feliz y eufórico me sentí en el barranco y en el Turbón, tras ellos. Vale más una imagen que mil palabras. Un gran fin de semana. Ha sido como un cuerpo a cuerpo con el mundo en el que he salido mejorado, feliz y vigorizado; con ganas de hacer muchas cosas este verano.
Por de pronto muchos más barrancos (hoy oscuros del Balces), y este próximo fin de semana a Burgos con mi buen amigo Jordi Aubeso y familia; seguro que me ha preparado alguna buena trotada...
Jamás dejo de recordar que el simple hecho de existir es divertido, pero si haces lo que te gusta lo es aún más. Gracias Ana, Gonzalo y José Masgrau por vuestra ayuda en mi lesión.
Me alegro muchísimo de tu recuperación, ya lo sabes. A veces solo necesitamos un poquito de paciencia y dejar al cuerpo que trabaje. Un abrazo muy grande.
ResponderEliminarGracias Julen!!!
EliminarFue una suerte y un privilegio compartir el Turbón contigo, con jorge, Paco, Josemari y todos los que acudimos. Lo pasamos bien de verdad.
ResponderEliminarY en cuanto a tu entrada estoy tan de acuerdo con lo que has escrito que no puedo añadir nada que no sea que se repita pronto alguna actividad de esta índole.
Un abrazo y gracias por enlazarme.
Pues a pasarlo bien tambien este finde que para eso estan. Saludos.
EliminarNo estaria mal organizar de vez en cuando una salida de estas características. Habrá que ponerse de acuerdo. Para mi tambien fue un privilegio compartir con todos vossotros, gracias Fernando.
EliminarGracias Paco. Seguro que lo pasamos genial.
Enhorabuena por tu recuperación. Hala, ya puedes volver a hacer el cabra por ahí.
ResponderEliminarEso de hacer el cabra, he de reconocer que me bebebebebebegusta mucho. Un abrazo Ramón
EliminarMe siento identificada en la euforia que describes en el Turbón y aprovecho para agradecerte tu compañia en mis pequeños pasos en la ascensión y a todos los demás por el buen rato que pasamos.
ResponderEliminarMe alegro que ya veas tu ARCOIRIS!
Para mi fue un placer vuestra compañía. Subimos muy tranquilos y con una agradable conversación. Habrá que repetir ¿no?
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