lunes, 10 de diciembre de 2012

LAS TORTUGAS Y LAS LIEBRES (Castillazuelo al Monasterio del Pueyo)

La constancia de pequeños detalles construye las grandes cosas.
Eso es cada año la carrera Campo a través desde Castillazuelo al Monasterio del Pueyo. Doce ediciones dan para mucho y cada año he hablado/escrito sobre las bondades de esta carrera familiar, aunque cada vez mas multitudinaria, y de ambiente y paisaje sobresalientes.
Este año, ha sido mi duodécima participación (todas), y aún con la tendinitis en la rodilla que me tiene casi imposibilitado desde la maratón de San Sebastián, no quería perdérmela. Era día para : ¡ No hay dolor!, o como bromeamos muchas veces con Paco o José Hernán, es el objetivo de la temporada y Fuimos a Nueva York a prepararla...jajaja
Bromas aparte, la he visto nacer, y crecer desde los apenas treinta corredores de las primeras ediciones, hasta los ciento cincuenta de este año, pero sin cambiar ni un ápice ese ambiente jovial, natural y familiar que la caracteriza.
Carrera pionera de montaña, que cada cual fragua y endurece a voluntad al ascender por el magnífico horizonte que une el pueblo y el monasterio, y en la que la verdadera recompensa es compartir con compañeros, amigos, familia y vecinos "jornada, ruta y "longaniza"".
Tan solo la voy subrayar narrando una fábula bien conocida, pero no del todo, que le viene como anillo al dedo a las heterogéneas disposiciones en carrera:

La Tortuga y la Liebre:
Una tortuga y una liebre, siempre estaban discutiendo sobre quién era más rápida de las dos. Y para zanjar la discusión, decidieron hacer una carrera. 
Eligieron una ruta y a la voz de ¡¡¡preparados, listos, ya!!! comenzaron a correr. La liebre salió a toda velocidad y corrió intensamente durante un buen rato. Posteriormente, al ver que le había sacado muchísima ventaja, decidió sentarse bajo un árbol y descansar unos momentos, recuperar fuerzas y luego continuar, pero se quedó dormida. La tortuga, que caminaba con paso lento pero inquebrantable, la alcanzó, la rebasó y terminó siendo la indiscutible ganadora de la carrera. 
Moraleja: "Los lentos, pero tenaces y perseverantes, también ganan " 
Pero....la historia no termina aquí... 
La liebre, contrariada por haber perdido, hizo un examen de conciencia y reconoció su grave error al subestimar a la tortuga. Se dio cuenta de que por presuntuosa y descuidada había perdido. Si no hubiese subestimado a su contrincante, nunca la hubiera podido vencer. Entonces, desafió de nuevo a la tortuga a una nueva carrera. Esta vez, la liebre corrió desde el principio hasta el fin sin descanso y su triunfo fue rotundo. 
Moraleja: "Los rápidos y obstinados vencen a los tenaces y perseverantes " 
Pero....la historia tampoco termina aquí... 
Después de ser derrotada, la tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de vencer a la liebre en velocidad. De la manera como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería. Por eso, nuevamente desafió a la liebre, pero le propuso correr por una ruta distinta a la anterior. La liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que se topó en su camino con un ancho río. La liebre no sabía nadar y mientras se preguntaba qué podría hacer, la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó con su paso lento pero constante y terminó la carrera en primer lugar. 
Moraleja: "Quienes identifican su cualidad competitiva y cambian el entorno para aprovecharla, ganan" Pero... la historia sigue.... 
Pasó el tiempo y tanto compartieron la liebre y la tortuga, que terminaron haciéndose muy amigas. Ambas, reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir una última carrera, pero esta vez corriendo juntas, en equipo. En la primera parte, la liebre cargó a la tortuga hasta llegar al río. Allí, la tortuga atravesó el río a nado con la liebre sobre su caparazón, y ya en la otra orilla, la liebre cargó de nuevo a la tortuga hasta llegar a la meta. 
Alcanzaron la línea de llegada en un tiempo récord, y sintieron una mayor satisfacción que la que habían experimentado con sus logros individuales. 
Moraleja: "Es bueno ser brillante individualmente y tener fuertes capacidades personales. Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar recíprocamente las capacidades de cada uno, no seremos completamente efectivos" 
Reflexión:
Es importante señalar que ni la liebre ni la tortuga abandonaron la carrera. 
Cuando dejamos de competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situación, o contra nosotros mismos, no solo complementamos capacidades, compensamos debilidades y potenciamos nuestros recursos, sino que también obtenemos mejores resultados. 
Hay muchas liebres, muchas tortugas... y muchas metas que alcanzar.

Doce años de psrticipación

8 comentarios:

  1. Esta genial. Enhorabuena. Santi

    ResponderEliminar
  2. Me parece un planteamineto y una reflexión muy constructiva para todos los que nos dedicamos correr durante mucho tiempo y a través de muchos km... Saludos..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mi tambien me la pareció cuando la leí, y por eso queria compartirla aquí. Un abrazo

      Eliminar
  3. Qué entrada tan bonita Javi...me ha encantado porque además es muy original! Saludos desde Euskadi!

    ResponderEliminar
  4. Javi cariño, en la proxima carrereta me llevas "a colicas" y en la recta de meta ya te cojo en brazos como aquella sansilvestre jajaja... yo evidentemente mejoraria bastante mi habitual clasificacion.

    ResponderEliminar
  5. ¿Cariño? No descubras tus cartas....jajaja

    ResponderEliminar