Es bueno vivir, todavía mejor es soñar, y lo mejor de todo, despertar a ese sueño.
sábado, 30 de noviembre de 2013
martes, 26 de noviembre de 2013
EL SAFARI
De eso tratan los proyectos/viajes de aventura que estamos promoviendo junto con viajes Barceló de Barbastro.
Del viaje al
Kilimanjaro, dejé sin relatar, porque creo que merecía un capítulo aparte, el
safari posterior que la mayoría pudimos
disfrutar tras ascender la montaña (Tres regresaron a casa por motivos
laborales.)
Fueron tres
días de safari en los parques nacionales de Tarangire, Ngorongoro y lago Manyara
allí en Tanzania.
El parque
nacional más conocido quizás sea el Serengueti, pero no eran las mejores fechas
para visitarlo debido a la migración a Kenia de los animales.
Tras haber
pasado ya una noche en la civilización en Moshi (la ciudad más cercana a la
montaña), regresamos a Arusha. Esa misma madrugada, habían partido rumbo a
España Miguel, Juanan y Javier, y el grupo se había quedado en nueve.
Tras la
expedición, que era el principal objetivo del viaje, y por añadidura el
correspondiente logro, me hallaba muy relajado, y hasta casi laxo y sobrecogido
por el contento de todo el grupo.
El día
anterior estimulamos muy bien ese contento generalizado con cervezas
Kilimanjaro y muchas risas. Me sentía tan tan aliviado, que incluso había
aflorado un dolor nervudo en la boca del estómago, debido seguramente a alguna
inconsciente o refleja tensión que sin darme cuenta debió acumularse a lo largo
de la semana en la montaña. Pero, con tres enfermeras en el grupo, no me duro
mas allá de un solo omeprazol.
Ahora,
teníamos por delante tres días de safari, en los que si soy sincero, no tenía
depositada ninguna expectativa. ¿Por qué?. Pues porque no me las había creado.
Me sentí tan abstraído y engullido con la preparación y proyección de la
expedición a la montaña, que dejé a un lado calcular o analizar nada sobre un
safari que para mí “entonces”, era un complemento secundario.
Al llegar a
Arusha, tan solo me impliqué demandando a través de la agencia de España, que
Gregorio, que nos había acompañado en el Kilimanjaro, fuera uno de los dos
guías del safari. Primero porque me había gustado mucho (decorosamente
hablando) su temperamento y disposición, y porque además supuse, que si venía
un guía ya conocido, esa confianza mutua le reafirmaría más a la hora de
subrayárnoslo todo.
Y así fue. Aunque Gregorio era novato, y por tanto aún algo inexperto en safaris, la confianza con él, y su buena disposición con el grupo, fue crucial a la hora de contener y moderar en cierto modo a Daniel, el segundo guía que nos acompañaba en el safari. Daniel era de la tribu masai (Gregorio era Chagga, tribu del Kilimanjaro.) Era muy jactancioso y algo déspota, y desde el primer momento, he de reconocer que no me entró por buen ojo. Desconfío de las personas que solo conocerte sé autocalifican puntualizando sus bondades con los menoscabos ajenos; por otra parte, desde un principio trató de manipularnos como a incautos turistas a los que vender acuerdos, que nunca le quisimos comprar, como la característica recepción en un pueblo masai para hacernos la foto mientras “nos bailan”, previa “donación” de veinte dólares por cabeza (¡180 dólares!), o las visitas previamente concertadas a “pabellones” de subvenirs, en los que cobraría su pactada comisión.... El bueno del masai, que el primer día figuraba un tío campechano, poco a poco se fue definiendo como un egocéntrico y un categórico machista. Terminó casi abrumando a las chicas del grupo describiéndoles los hábitos y costumbres de los hombres y las mujeres masais, que distaban muy mucho de ser equivalentes... Pero esto merece un post aparte.
Y así fue. Aunque Gregorio era novato, y por tanto aún algo inexperto en safaris, la confianza con él, y su buena disposición con el grupo, fue crucial a la hora de contener y moderar en cierto modo a Daniel, el segundo guía que nos acompañaba en el safari. Daniel era de la tribu masai (Gregorio era Chagga, tribu del Kilimanjaro.) Era muy jactancioso y algo déspota, y desde el primer momento, he de reconocer que no me entró por buen ojo. Desconfío de las personas que solo conocerte sé autocalifican puntualizando sus bondades con los menoscabos ajenos; por otra parte, desde un principio trató de manipularnos como a incautos turistas a los que vender acuerdos, que nunca le quisimos comprar, como la característica recepción en un pueblo masai para hacernos la foto mientras “nos bailan”, previa “donación” de veinte dólares por cabeza (¡180 dólares!), o las visitas previamente concertadas a “pabellones” de subvenirs, en los que cobraría su pactada comisión.... El bueno del masai, que el primer día figuraba un tío campechano, poco a poco se fue definiendo como un egocéntrico y un categórico machista. Terminó casi abrumando a las chicas del grupo describiéndoles los hábitos y costumbres de los hombres y las mujeres masais, que distaban muy mucho de ser equivalentes... Pero esto merece un post aparte.
Como anécdota,
relatar que “según él”, hablaba tan bien en castellano gracias a las películas
de Torrente, y nos remitió recuerdos para Santiago Segura... Desde aquí se los
hago llegar: -Santiago, amiguete, recuerdos de Daniel desde Tanzania”
Nuestro
alojamiento durante estos días se realizó en el Afgani Tented Lodge. Un Lodge, situado estratégicamente en la
falla de Rift Valley, inaugurado en Julio de este mismo año, y próximo a los
tres parques que íbamos a visitar... Su reciente y sospecho que precipitada
inauguración, se apreciaba claramente en que no estaba terminado del todo, y
los servicios que brindaban en su folleto (piscina, wifi, etc.), distaban mucho
de ser aún ciertos. Por suerte para ellos, veníamos de estar una semana en el
monte, y todo nos parecía lujo y postín. En su defensa diré, que nos ganaron
por su excelente servicio “humano” y por el estómago, con unos desayunos,
picnics y cenas que casi nos hacían saltar las lágrimas, hasta el punto de
requerir que el cocinero saliera de su cocina para aplaudirle enérgicamente.
El gran Valle
de Rift, donde estaba ubicado este Lodge, es una gran fractura geológica en
dirección norte-sur de África, que comenzó a formarse hace “30 millones de
años”, y que en la actualidad se sigue ensanchando; Dilatación que con el
tiempo se convertirá en una cuenca oceánica (ya lo es en la zona del mar Rojo).
Pero... no estábamos preocupados, porque según los pronósticos, faltan otros
diez millones de años para que se divida definitivamente y África se convierta
en dos continentes distintos...
En los safaris, como éramos nueve personas, nos desplazábamos en dos jepps descapotables; La capota se desdoblaba hacia arriba formando una especie de consistente palio, con lo que poniéndote de pie, podías asomarte por todos los flancos del vehículo. En uno íbamos cuatro, Gregorio como guía, y un chofer, y en el otro los cinco restantes con Daniel el masai, que operaba de las dos cosas, chofer y guía.
En los safaris, como éramos nueve personas, nos desplazábamos en dos jepps descapotables; La capota se desdoblaba hacia arriba formando una especie de consistente palio, con lo que poniéndote de pie, podías asomarte por todos los flancos del vehículo. En uno íbamos cuatro, Gregorio como guía, y un chofer, y en el otro los cinco restantes con Daniel el masai, que operaba de las dos cosas, chofer y guía.
Bueno... dicho
todo esto, voy al meollo; “Los safaris”:
Camino de
Lotge, visitamos primero el parque nacional del Tarangire:
El nombre del
parque proviene del río que lo atraviesa, siendo este río la única fuente de
agua para los animales, en la estación seca.
Solo atravesar
la puerta del parque y recorrer los primeros metros por una polvorienta pista,
me revelé contra mí mismo y mi templanza. ¡Aluciné!. Un paisaje salpicado de enormes árboles Baobab, densos arbustos y prominentes
hierbas, y a cada pocos metros junto al camino, asomaban, gacelas, ñus, búfalos
o cebras, como si nos estuvieran congratulando por la visita. Nos observaban de
reojo totalmente despreocupados,. ¡Boquiabierto!...Y qué decir cuando avistamos
en todo su esplendor, una manada de enormes elefantes africanos. El chofer
detuvo el jeep, paro el motor, y a cuatro metros de nosotros, que siguiendo las
advertencias de Gregorio, nos hallábamos asomados en nuestro exclusivo balcón
sobre ruedas inmóviles, casi paralizados, y muy silenciosos, pasaron
majestuosos casi intimidándonos. Solo
esto, ya justificó y rubricó un recuerdo que jamás olvidaré.
A partir de
este instante, me encandilé. Entendí como África posee la nobleza de lo
sencillo, de lo básico, pero además, sin ningún tipo de reparo hacia el
visitante.
En un santiamén,
y sin previo aviso, el paisaje y los animales me cortejaron, y sin preámbulos
me empujaron a la palpitación, abrazándome en una especie de trance de extremos
y constantes sacudidas.
Los aromas,
los olores, los colores, todo se mecía entre lo amable y lo preciso.
Por fin pude
sentir por que África es un continente conmovedor, y que como otros lugares
señalados, tiene la capacidad de convertirse a simple vista en una pasión.
Pues bueno,
esto se quedó corto, respecto a lo que iba a ser al día siguiente el cráter de
Ngorongoro, que después de haberlo visto, refrendo las palabras que escribió
Reinhard Künkel acerca de él: -"Si los ángeles hubieran fotografiado el
Edén, las imágenes tomadas se semejarían al cráter del Ngorongoro.”
El cráter de origen volcánico, está a 2.236 metros, y constituye la mayor caldera de derrumbe del mundo sin brechas en las paredes. Mide 19,2 kilómetros de ancho y ocupa una superficie de 304 kilómetros cuadrados. Hace miles de años, antes de que este volcán erupcionase, el Ngorongoro era aún más alto que el Kilimanjaro que acabábamos de andar.
El cráter de origen volcánico, está a 2.236 metros, y constituye la mayor caldera de derrumbe del mundo sin brechas en las paredes. Mide 19,2 kilómetros de ancho y ocupa una superficie de 304 kilómetros cuadrados. Hace miles de años, antes de que este volcán erupcionase, el Ngorongoro era aún más alto que el Kilimanjaro que acabábamos de andar.
Sólo el hecho
de que la mayor caldera volcánica del mundo encierre un ecosistema con la
densidad de fauna más alta del continente africano, lo hace un lugar único en
el mundo.
Por la mañana, cuando llegamos y lo vi por primera vez desde un mirador junto a la pista, me impresioné como pocas veces en mi vida. Y eso que aún no era consciente de lo que vería en esta maravillosa Arca de Noé.
Por la mañana, cuando llegamos y lo vi por primera vez desde un mirador junto a la pista, me impresioné como pocas veces en mi vida. Y eso que aún no era consciente de lo que vería en esta maravillosa Arca de Noé.
Desde aquí, ya
se podían divisar el Lago Magadi teñido de rosa por el reflejo de los
Flamencos, y a su alrededor manadas de Búfalos y Ñus pastando a sus anchas.
Aún en la
pista de acceso que transitaba próxima a numerosos poblados masais, se podían
ver las laderas del cráter cubiertas de un tapiz verde suave, y nativos masai
pastoreando ovejas y vacas, tapados con sus típicas túnicas rojas, y ataviados
con sus llamativos collares de marfil. Incluso en el mismísimo borde antes de
descender, presenciamos como una manada de jirafas (animal que es símbolo nacional
en Tanzania), adornaban el horizonte con sus majestuosos y acompasados andares.
Hay lugares en
el mundo que se distinguen por su enorme belleza natural, o por su fascinante
cultura; otros como este conjugan las dos condiciones al mismo tiempo.
Que decir. Que
ha sido una de las maravillas naturales más extraordinarias que he tenido la
oportunidad de ver en toda mi vida hasta ahora.
Resumiendo,
por vez primera en mi vida, durante estos tres días, contemplé en su hábitat
natural, en directo, y no en los documentales de la 2, ni en un zoo, Elefantes,
leones, hienas, chacales, cebras, ñus, búfalos, hipopótamos, diversidad de
antílopes, gacelas, aves ,monos, flamencos rosados, y un largo etc. de animales
salvajes.
Ver como una
pareja de impecables, regios y jóvenes leones pasean majestuosos; Ver una
manada de hienas emboscando a una gacela, o como otras dos pugnan a
dentelladas, con sus hocicos aún teñidos en sangre por un pedazo de carne de
algún desafortunado animal; Como una leona agazapada en un reguero, acecha a
sus confiadas presas mientras pastan; Un lago alumbrado en rosa por el reflejo
de cientos de flamencos; La mirada calada e indolente de los enormes
hipopótamos asomando a la superficie del agua para tomar aire; e incluso el
mariposeo de un enorme avestruz que sin ningún miramiento, en vez de
conquistar, violó frente a nosotros a una avestruza. Cuando este se marchó como
si nada, ella se incorporó con la mirada extraviada, oscilando, y arrastrando
las alas por el suelo... No sacaba ninguna pinta de ir a denunciar la
agresión...
Tarangire, el
lago Manyara, pero sobre todo el Ngorongoro,
fueron una experiencia, que ahora en la distancia, me parece un sueño, y
no se me ocurre una guinda mejor para el pastel de Kilimanjaro. Un sueño
totalmente recomendable.
Es importante
prepararse, aun lo es más tener paciencia,
pero aprovechar tus momentos, esa es la clave de la vida. Porque como
dice el tópico, “la vida no se ha creado para comprenderla, si no para
vivirla”.
PD: En breve
espero poder anunciar, el que será el viaje del 2014, y el jueves en el palacio
de congresos de Barbastro a las 20:00h, proyección sobre la experiencia en el
kilimanjaro.
domingo, 24 de noviembre de 2013
martes, 19 de noviembre de 2013
El origen de las montañas:
Me encantan estas viejas historias:

Estas tierras estaban habitadas por
dos tipos de moradores: Unos pequeños duendes sin nombre que les cabían en la
palma de la mano, que siempre se mostraban alegres y canturreando, y con los
que era un placer convivir; y los Tuniqs, unos temibles gigantes que medían
casi diez veces su tamaño. Estos eran violentos, conflictivos y guerreros, y
entre otras cosas, les gustaba capturar Inuits para zampárselos.
Por suerte, se desenvolvían tan
torpemente, y su inteligencia era tan escasa, que los Inuits siempre se las
ingeniaban para sortear sus ataques.
Pero un día, un cazador Inuit fue
avistado por un Tuniq, y comenzó a perseguirlo para devorarlo. Durante el
acecho, otro hambriento Tuniq al verlos cruzar, se sumó a la cacería, y aunque
el Inuit era muy veloz y mucho más ágil que los dos gigantes, finalmente se vio
acorralado por ellos. Al no tener escapatoria, les preguntó: -
"Pero...¿Por qué queréis atraparme?".
A lo que ambos al unísono respondieron
orgullosos y convencidos: - "Porque queremos comerte".
Entonces el Inuit, haciendo uso de su
astucia, les dijo: -“Pero... si sólo soy un pequeño Inuit, ¡mi limitada carne
no sería suficiente para alimentar a dos grandiosos Tuniqs como
vosotros!... ¿Cuál de los dos me
comerá?".
Ante tal argumentación, ambos gigantes
quedaron sorprendidos y comenzaron a discutir sobre su derecho sobre el pequeño
Inuit. "¡Yo lo vi primero!" Decía uno; "¡Gracias a mí lo
atrapaste!" Le replicaba el otro.
Tras unos momentos de discusión, el
Inuit les propuso algo; que ambos lucharan entre sí, y se brindó
voluntariamente a saltar dentro de la cazuela del vencedor de la contienda.
En aquel momento comenzó la lucha más
terrible de la historia de la tierra. Días y días con sus noches los Tuniqs se
golpearon, apalearon, aplastaron, y se precipitaron contra el suelo sin parar,
con tanta violencia, que con cada golpe y batacazo la tierra se sacudía, crujía
y se grababa, formando sinuosos valles, abruptos collados y grandes hondonadas,
La pelea no cesó en muchos días, durante
los cuales, incluso la tierra se agrietó
y se desmembró en trozos que inundó el mar. Al final, ambos Tuniqs se
desplomaron exhaustos con un último gran topetazo de sus cuerpos contra el
suelo. El Inuit, que aguardaba pacientemente el final de la lucha, cuando vio a
ambos gigantes abatidos y postrados, atravesó sus corazones con flechas y
regresó tranquilamente a su poblado.
Miles de años después, cuando ambos
gigantes y este astuto Inuit ya habían desaparecido de la faz de la tierra, las
montañas fruto de aquel terrible envite, siguen aquí como testimonio de la
estupidez de los dos grandes gigantes, y la eficaz inteligencia del pequeño
Inuit.

miércoles, 6 de noviembre de 2013
REENCUENTRO y JORNADAS MONTAÑERAS
.jpg)
Hace
dos semanas nos visitó por segunda vez Julen Urdaibai (mi compañero y gran
amigo de la Jungle Marathón) con su encantadora familia. Pasamos todos juntos un agradable fin de
semana aquí en Barbastro, visitando Ainsa, Sieste y Alquezar.
No
entraré en muchos más detalles que los meramente deportivos:
Para
mostrarle a Julen un cacho de nuestra querida Ultra Trail de Guara, el domingo marchamos corriendo tranquilamente
desde Aquezar para realizar el primer sector de la misma
(Alquezar-Asque-Alquezar de16km), acompañados por José Hernán, Miguel, Raúl y
Luis.
¡Cuánto
disfruto siempre de estas jornadas!. Hacer deporte si, pero además conversar
con amigos, disfrutar, y sobre todo reír...
“al ritmo del mas lento”.
Son
ya viejas rutinas, que siempre, cada domingo, resultan nuevas; A priori siempre
parecen iguales, pero continuamente son diferentes. Es percibir un alma común que en realidad no
existe, pero que por momentos llegas a verla tan clara como la tuya propia. Son
instantes aparentemente triviales, pero (por lo menos para mí), totalmente
necesarios.
Sentir
como si el mundo se hubiera parado para ti un segundo, y se hubiera
cristalizado en él una enorme sonrisa.
Ese
fin de semana hubo varios instantes mágicos, pero sin lugar a dudas uno fue
esta excursión matinal por Alquezar.
¡Gracias
Julen por vuestra visita!.
JORNADAS
MONTAÑERAS 2013
Por
otra parte, se acaba de presentar el programa de las Jornadas Montañeras de
este año 2013, organizadas por mi club Montañeros de Aragón Barbastro, con la colaboración
del Ayuntamiento, DPH y FAM, que comenzarán el proximo 15 de noviembre, en el
Centro de Congresos y Exposiciones de Barbastro, a las 20 horas.
Allí
estaré presente una vez más (es mi octava participación), mostrando un
audiovisual sobre la experiencia en el Kilimanjaro junto con el grupo de viajes
Barceló.
Teniendo en cuenta que regresamos del Kilimanjaro a mediados de septiembre y me invitaron a participar en estas jornadas hace tan solo tres semanas, “hemos” hecho un formidable esfuerzo para poder presentar allí un audiovisual.
Teniendo en cuenta que regresamos del Kilimanjaro a mediados de septiembre y me invitaron a participar en estas jornadas hace tan solo tres semanas, “hemos” hecho un formidable esfuerzo para poder presentar allí un audiovisual.
En
un tiempo récord, primero recopilar entre los componentes del viaje todo el
material gráfico, después escribir (para mí), apresuradamente el guión, para
que posteriormente y con presteza mis amigos de Sound Garden en Madrid (Patri),
grabaran la locución del guión con la gran voz esta vez de Juan Luís Ferrer; escoger la música, ordenarlo todo, y pasar todo este material a Hugo
Loriente, al que le estaré eternamente agradecido, que es quien está realizando
el montaje para que esté listo el día “D”...
Aunque el guión y la proyección
están narrados desde mi vivencia, en primera persona, contaré allí con la gran
mayoría de los protagonistas de la aventura para puntualizarla junto a mi,
humanizándola, y tras la proyección quien quiera, podrá preguntarles
por sus experiencias.
El
calendario de las jornadas será el siguiente:
·Viernes 15 de noviembre: Barranquismo en el Himalaya, LAS ENTRAÑAS DEL GIGANTE, Rubén Acérete (FAM).
·Viernes 15 de noviembre: Barranquismo en el Himalaya, LAS ENTRAÑAS DEL GIGANTE, Rubén Acérete (FAM).
· Martes 19 de noviembre: “ PASO A PASO, DE 3000 A 8000 METROS” Marta Alejandre Martinez.
· Viernes 22 de noviembre: “ DOS PRIMAVERAS PARA EL KANGCHENJUNGA” Patxi Goñi.
· Martes 26 de noviembre: "SENDAS Y MONTAÑAS", Montañeros de Aragón Barbastro.
· Jueves 28 de noviembre: KILIMANJARO BARCELÓ 2013, Javier Subías (Montañeros de Aragón Barbastro).
Os esperamos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)