jueves, 10 de abril de 2014

MARATÓN DE MILÁN POR RELEVOS


Dudar de uno mismo es señal de lucidez, dudar de los demás,  de suspicacia.
Siendo mucho más lucido que suspicaz, a partir de ya, recomiendo ávidamente este tipo de carreras por relevos (que yo no conocía); por asequibles para cualquier corredor principiante, y por sugestivas divertidas y amigables, para cualquier corredor experimentado. Siempre que, como siempre, se tomen con una competitividad bien entendida.
Nosotros lo pasamos fenomenal, mucho antes, antes, durante y después. Y creo que mucho después, aún recordaremos anécdotas, lances y bromas, de este fenomenal fin de semana de deporte, turismo y camaradería.
Al finalizar, no la carrera, si no este fin de semana “largo”, fui consciente, de que suceda lo que suceda, para nuestros amigos nunca seremos simples individuos.
Porque individuo, es una acepción para gente que pasa, pero que no traspasa. Y si algo tienen los amigos, es eso, que traspasan.
Una vez nacemos, el reloj, nuestro reloj se pone en marcha, y los días y años pasan por delante como en una película.
Algunas personas se quedan en los recuerdos, y otros no dejamos de planificar y de soñar mientras ese reloj continúa su marcha imparable.
Por supuesto, siempre apreciando el momento y la oportunidad de vivir lo que tenemos, lo que nos importa, e incluso lo que heredamos, con sus bondades y sus lacras.
En este caso, el alegato era: Una maratón por relevos en Milán; El manifiesto: Cuatro amigos y sus parejas (ocho amigos); y el objeto: Un fin de semana de respiro, que si se mira bien y con tiempo, se halla muy asequible (189 € por pareja, vuelos, dos noches de hotel con desayuno, e inscripción).
Después, simplemente, ganas de disfrutar de todo: de la carrera compartida, del turismo, de la gastronomía, sobre todo de la compañía, y nada puede salir mal.
MILAN, como todos sabemos, es la marca líder en fabricación de gomas de borrar, pero también una gran y bonita ciudad de Italia, que he de indicar, que me ha sorprendido gratamente.
Pasear desde Porta Venecia por la calle de la moda milanesa (Corso Venecia), hasta el fantástico Duomo, (la Catedral) (la tercera más grande del mundo católico tras San Pedro del Vaticano y Sevilla)con una temperatura excepcional, y subir (algunos...) los preceptivos 250 escalones  para divisar desde su formidable techado las espectaculares vistas de la ciudad; o pasear por la Plaza, y la Galleria Vittorio Emmanuelle II rumbo a Vía Dante, y al Castello Sforzesco, junto al cuál termina la carrera, no tiene precio.

La carrera:
A las 8 salimos del hotel y tomamos el metro.
Todo el equipo me acompañó a la salida en la feria de Milán a unos 10 Km. de la ciudad ( corredores y animadoras).
Allí se evidenciaban los nervios de gesto, que en todo momento desde hace algún mes, nos encargábamos de estimular convenientemente. Sobre todo, como ya conté en la anterior entrada, al relevo numero dos (José Hernán), pues la previsión era que yo corriera a unos 3’50” km, y él en el suyo, rondaría un minuto mas por kilómetro, siendo rebasado por... (él profetizaba), cientos de corredores.
Desde la salida del metro hasta la zona de comienzo del Maratón, unos 15' caminando. Antes, a las 9,15, han dado la salida al maratón.
A las 9.30, ya me han dejado solo y comienzo a calentar.
Son las 9.45, y esto va a comenzar. Mi relevo trascurre por las afueras. Ya estaba preparado mentalmente para ello, y por ello no se me hace pesado, aunque si por un ritmo excesivo de comienzo. Es lo que tiene eso de: - “¡Va total, solo son poco más de 13 km!”. Como cambian las perspectivas...
Esto de que sea menos distancia, ha hecho que sin querer rodara los primeros tres kilómetros a poco mas de 3’35”, y mi fuelle en estos momentos no está para tanto, así que me cuesta casi otros tres recuperar aliento bajando el ritmo.
Mi relevo fue ligero, y cumplí mi cometido lo mas dignamente que el fuelle me permitió con el entreno que llevo, llegando a boxees (largo pasillo fragmentado  con letreros de números por centenas, donde esperaba en el correspondiente casillero tu relevo)  tras correr mis 13,5 Km. en 52 min. (a 3’51”).


Allí junto con nuestras animadoras de excepción (Rosana, Merche y Eugenia), y el capi Rafa, estaba José pegando saltitos y gritándome con una artificiosa sonrisa que evidenciaba sus nervios.
Colocarle la pulsera con el chip del relevo, aparentó colocar pólvora en un mosquete, porque salio como una galopante bala.
Posteriormente, diez kilómetros mas tarde Paco, y por último tras otros diez más y Rafa afrontaba los 8,7 finales
A él, lo esperamos para reagruparnos a 500 mts de la llegada,  y traspasamos la línea de meta  los cuatro alineados, cogidos de la mano con los brazos en alto y muy felices, en 3h10m. Sorprendidos con el puesto: 111 de los 2200 equipos; primeros españoles de 15; y terceros no italianos.
No me quiero extender en muchos detalles, porque vale mas una imagen que mil palabras, y gracias a mi nueva afición de “cineasta” de Pro… de GoPro, aquí tenéis “mi película” del fin de semana para haceros una idea. Espero que os guste.
Tan solo puntualizar que algún día moriremos, si. Así que vivamos la vida lo mejor posible.
Tiene poco sentido estar pendiente de ese cuando nos llegue la hora, si  no somos capaces de vivir el ahora, y contemplar lo maravilloso que es el mundo y la gente que nos rodea.
Ahora, en este momento de mi vida, pienso que lo más importante de la Vida y la Muerte, no es lo que suceda después de abandonar nuestro cuerpo, si no lo que hacemos con él mientras vivimos. Él disfrutarlo y aprovecharlo.



4 comentarios:

  1. Me traspasas...
    Un gran fin de semana largo, dificil de olvidar.
    Al año que viene mas.
    Saludos.

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  2. Chico, no dejas de sorprenderme. Buen deportista, escritor, dibujante y ahora cineasta. Enhorabuena por hacer todo lo que haces y gracias por compartirlo.

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    1. De nada Sandra. Bueno, como dije alguna vez, aprendiz de todo y maestro de nada, pero eso si, con mucha ilusión y que no se pierda.

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