miércoles, 3 de junio de 2015

CORRER SENTIR


Cuando se comienzan a dar los primeros pasos, ya sea andando, corriendo o incluso en bici.
Cuando con perseverancia se va notando poco a poco esa necesidad día a día de volver a repetir ese instante, de recorrer la misma o mas distancia, y de encontrarse consigo mismo en esa especie de rincón único, donde sentirte en cierta manera excepcional; En ese momento, uno es corredor, montañero o ciclista; no importan la marcas. Se es y ya está ..... Son o somos muchas las personas que notan un cambio personal e inconsciente en su forma de ver y afrontar la vida cuando emprenden una perseverante práctica deportiva encontrando un rincón de abstracción que optimiza nuestra perspectiva de las cosas, consiguiendo esa especie de redención manifiesta, que como consecuencia de una práctica continua, prevalece mas allá de ese concreto instante y te dibuja una sonrisa el resto del día. Correr tiene su propia filosofía y cada uno la adapta a sus costumbre y forma de vivir, tanto ideológica como socialmente.
Me asombra ver como en concreto esta actividad deportiva ha sumado adeptos estos últimos años, pues no hace mucho era extraño ver alguna que otra persona trotando por las calles o caminos y hasta te daba vergüenza hacerlo.
El deporte se ha convertido en una nueva forma de vivir y entender las facetas cotidianas, e incluso de pronto, entran en juego muchos aspectos que son transformados de alguna manera por tu actividad: Desde la alimentación, el sueño, los hábitos de salud, e incluso la actitud de pelea ante los problemas cotidianos.
Es entonces cuando correr, escalar, andar, ir en bici..., pasa a convertirse en algo imprescindible en tu vida, de tal forma que la ausencia de estas rutinas, dejan un vacío tal que puede llegar a afectarte el carácter de forma puntual.
La obsesión es el único riesgo y la amenaza real.
Hay que tener muy claros los beneficios, pero también las prioridades; cada cual las suyas. No te obsesiones.
Los deportistas aficionados, los que desarrollamos la actividad deportiva como medio para encontrar ese punto de equilibrio mental y corporal, debemos intentar aprovechar esta situación para descubrir y ahondar en nuestras limitaciones y en nuestras facultades, pero siempre disfrutando el momento.
Señalar la carrera de fondo o estos deportes como el origen de una filosofía, seria, quizá demasiado presuntuoso.
Pero si entendemos esta idea aplicada a una forma de vida, si toma sentido.
Se habla de la soledad del corredor de fondo como algo mítico, sin embargo dicha soledad existe, y es un estado donde uno se encuentra a solas con sus pensamientos, una especie de paraíso que nos hace ser uno con el entorno. Ese estado solo puede alcanzarse cuando se llega al goce por correr, y los kilómetros dejan de ser los enemigos.
Correr sin propósito, descubriendo caminos nuevos naturales, o íntimos y personales, persiguiendo en ocasiones, una acogedora soledad.
Personalmente en muchas ocasiones me he sentido acogedoramente solo, corriendo.


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