jueves, 17 de noviembre de 2016

RUMBO



Si quieres ver rayar el alba, debes madrugar.
Regresé de India, y asuntos “intestinos”,  me han mantenido digamos... distraído.
Aun así, me comprometí a realizar el audiovisual sobre el viaje y la experiencia para las jornadas montañeras de mi club Montañeros de Aragón, con tan solo tres semanas de tiempo.
Escritura del guión en cuatro días, mandarlo a Patricia, y desde la semana pasada, que me lo mandó, ir inventando y armando ese detallado puzzle de imágenes y sonidos, sacando horas de donde puedo.
Y conseguiré tenerlo listo para su estreno el dia dos de Diciembre. Deseoso de que guste claro.
¿Tras esto que? : Pues reflexión, entusiasmarme redundadamente con cualquier otro proyecto, y acrecentar mis rodajes por el monte sin ningún objetivo concreto; Simplemente porque me apetece mucho, tengo ganas y disfruto mucho de ello.
Es precisamente en los instantes en los que la vida te oprime un poco, cuando correr, salir de excursión, o mirar una luna como la que estamos disfrutando estos días, te da aire y te reanima.
En mi caso, con mas de treinta años de experiencia corriendo por correr, no es una teoría, es un hecho ya probado.
Buscas la respuesta de tu organismo, de tu mente, ante un estímulo que te produce liberación, evasión; buscas impulso positivo.
Porque por desgracia, frente a una amenaza de opresión, o estrés, tenemos los recursos muy limitados para proceder, así que el deporte refuerza ese factor.
En breve termina el año. Y a un año de cumplir los cincuenta, mi primer propósito es sencillamente seguir igual.
Superar otro año mas con esa percepción de que, el tiempo no pasa. (físicamente hablando)
Igual me engatuso a mí mismo, pero francamente, mantengo las mismas sensaciones físicas desde los treinta años. Bueno... un poquito menos flexible en muchos aspectos. Afortunadamente, creo que en otros he evolucionado. 
Tras regresar hace solo dos meses del Himalaya Indio, como cada año desde hace muchos, me preguntan que planes tengo: –“Tu siempre estás maquinando algo”, me dicen.
Y no; no tengo ningún plan secreto.
Mi plan desde hace ya algunos años, para bien y para mal, es amparar mi instinto, y mis corazonadas. Y dentro de mis posibilidades y responsabilidades, tratar de realizar lo que me pide el cuerpo y el corazón, y no lo que esperan de mí.
Lo más inmediato, y en cuanto pueda, organizar de nuevo, o más bien ser portavoz (a petición popular) de la ya “Sexta Trotada Cervecera en Barbastro”.
Usease, convenir y quedar con todos/as los que quieran apuntarse, de cualquier nivel (muy importante), un domingo cualquiera por la mañana, para realizar un rodaje de unos 14/15 Km. a ritmo que permita hablar, y sobre todo compartir, reír, pasarlo bien, mantenerse en forma, hacer amigos, y terminar brindando con una cerveza en un bar.
También es verdad, que si estoy maquinando, determinando y proyectando junto con Modoviaje de Barbastro, la próxima aventura compartida 2017, que casi con toda seguridad nos llevará por las montañas de Tibet.
Pero entre medias, como siempre manifiesto, hacer improvisadamente lo que me colme: Escalar, esquiar, correr alguna carrera sobre la marcha que me haga tilín, hacer, acompañar, y/o grabar barrancos u otras actividades relacionadas con la montaña y la naturaleza, etc, etc. Por suerte, mi hija ya tiene seis años, y comenzamos a compartir ya actividades en la naturaleza. Ese si es un buen plan para muchos años.
De hecho, planeo volver a dar cursos de escalada, pero con niños de su edad; Después de barranquismo, etc.
Todas las personas nacemos como algo único, pero la mayoría mueren o moriremos como una réplica, por imitar a los demás, y no tener cosas, realidades, objetivos, que marquen tú diferencia del resto.
Por eso, hay que hacer lo posible para que nunca falten planes. Tus planes. No el de los demás.
Ese es el oficio de vivir.

1 comentario:

  1. Eres un crack Javier. Siempre es un gustazo leerte, de veras. Deseando estoy de ver tu última aventura un saludo enorme :)

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