Hoy entrenando, corría por el campo como una tarde más. Corría sin miedos. Cerré los ojos como un eco del no conocer. Sin camino... Cuanto me gusta correr y pensar, reflexionar y correr. Abstraerme en una maniobra casi de meditación. Cuando finalizo, intento recordar y escribir mis reflexiones que muchas veces parecen mas aturdimientos:
"La belleza, el futuro, las metas. todo, está al otro lado de un muro. Un muro imaginario que nace junto a nosotros y nos acompaña para toda la vida. Miramos arriba; miramos a un lado, al otro, y... terminamos mirándonos el ombligo.
Cuidado, creo que muchas veces y en concreto en alguna etapa de la vida, si es necesario mirarse el ombligo, y así poder comprender nuestra naturaleza. Mirar dentro de uno mismo, pero para entenderse, para luego salir, y lograr lo que hay detrás de ese muro que queremos atravesar, sabiendo que al otro lado siempre habrá un nuevo muro que traspasar. Ya sea en lo deportivo o en lo personal.
Los que no levantan la vista, los que no dejan de mirarse el ombligo terminan o terminamos confundiendo sabiduría con egoísmo, e independencia con exclusivismo. Gran error.
Aprender a pararnos. Utilizar esa pared como un desafío y no como el problema. Dejar de pensar en que si alcanzo mis metas soy superior al que no lo hace todavía. Si consigo esto, si lo conseguimos, entenderemos que nadie puede dar lo que no tiene, y que sólo la búsqueda, el futuro, nos llevará a dejar de mirar nuestro propio ombligo y fraguarnos como personas, como pareja, como amigos, o como deportistas.
"No siempre lo que tenemos en frente es todo lo que nos queda por andar"
He aprendido tantas cosas buenas y malas de mi mismo y de los demás. La mayoría de los que he aprendido no son personas "iluminadas", ni reencarnaciones de antiguos pensadores. Son como yo, personas normales. Una de las mejores doctrinas posibles, es desarrollar la capacidad de aprender de esas personas normales que “aparentemente” no tiene nada que enseñar. Esas que sin decirte nada, te hablan de humildad". Me queda tanto por aprender en el futuro...
Como dice mi buen amigo Julio: “Sed felices o por lo menos intentarlo”
Queda muy poco para el Baltico. ¡Que ganas tengo!
Te animo a que sigas corriendo, a que sigas reflexionando y a que nos lo sigas escribiendo. Me gustan mucho tus reflexiones.
ResponderEliminarEi Javier, me ha encantado tu escrito, eso es lo bonito del depprte en solitiario y en especial el ultra, te das cuenta de lo pequeño que eres, de la fuerza del tiempo, de la naturaleza y ta da tiempo a refloxionar sobre todo. Yo muchas veces pienso que un ultra es como una reproducción de toda una vida en unas horas. Resumiendo, te hace más humilde.
ResponderEliminarXesc
Que razón tienes. Cuanto nos gusta mirarnos el ombligo y en el mundo del deporte mas
ResponderEliminarBuena reflexion Javi,yo tambien tengo ganas de que empeceis la aventura del Baltico
ResponderEliminarNos gusta sentirnos el centro, y si el ser humano tiene un centro, éste ha de estar en el ombligo jajaja. Buen post. Como siempre.
ResponderEliminarCada vez me tienes más enganchado a tu blog!!
ResponderEliminarLeer tus meditaciones, De momento tienes el listón muy alto. Suerte crack!!
Después de varios días sin visitar "la red", ya necesitaba yo un "CHUTE" de los tuyos y hoy ya estoy "empazado". Hala que con las "pelis", los kilómetros (hoy dices: voy a hacer unos 40, como si nada); y las reflexiones: así claro que crecerás, pero ojo con los techos bajos, tanto crecer, mocé. A ver si nos comes mucho y bien, que el Báltico ¡¡¡ya vieneeeee!!!
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