ESCALAR

‘Como no sabían que era imposible lo hicieron’ Gran frase. Motivos hay muchos, pero a veces son difíciles de explicar. Llevo un tiempo sin escalar, pero eso no significa que no me sienta escalador o no lo eche de menos, porque he escalado muchos muchos años y seguiré haciéndolo en el futuro. ¿Por qué escalar? El primer motivo es el puramente lúdico. Es una actividad al aire libre, en la naturaleza, es social y verdaderamente es muy divertida.

¿ Porque si no cuando somos niños nos gusta tanto subir a los árboles, o a los columpios o a cualquier lado que nos aleje del suelo?. Curiosamente en mi caso recuerdo que además de trepar por todos los sitios posibles, incluso poniendo a prueba los muebles de mis padres, me encantaba brincar de piedra en piedra en los ríos de montaña evitando el agua en saltos imposibles… Despues vino la escalada, el barranquismo, el alpinismo, y por ultimo la ultra distancia o las travesias. La escalada me enseñó mucho que me valió en el futuro y todavía me vale. Cuando escalas estas muy concentrado, eres muy cuidadoso y estás constantemente calculando los riesgos que se presentan. Que lección de vida ¿no?.

Terminas adorando la dificultad, pero no os equivoquéis, detestando el peligro. Nunca arriesgas inútilmente, y no te dejas o no debes dejarte arrastrar por el morbo, el ego o la simple adrenalina. Tomar decisiones es igual a buscar soluciones.

Después viene esa descarga de adrenalina (no por el riesgo, sino por la actividad en sí) . La escalada te ofrece aventura, y un poquito de incertidumbre. Un tomar decisiones sobre la marcha. Un sinfín de sensaciones placenteras: superar tus miedos, en cierto modo perfeccionar tu carácter, retos, logros… sensaciones y situaciones que te ayudan a realizarte como persona. “La acción da carácter”, que gran verdad.

Tenemos músculos, tenemos alma, poseemos el ímpetu, y una energía tal que incluso desconocemos, y que solo utilizamos en contadas situaciones. Escalando, haciendo alpinismo o corriendo una enorme distancia, hay veces que se llega cerca de esa oculta fuerza ; sucede cuando, por las características específicas en la que nos encontramos, tenemos que darlo todo, sacar lo mejor de nosotros mismos y salir de una situación comprometida donde no nos valen excusas o lamentos, y aún así, al final, siempre te queda la sensación de que podrías haber llegado mas lejos, subido mas alto, o superado algo mas difícil. No hay nada más poderoso que ese ejercicio de fuerza. Esa tenacidad satisfecha. Nuestros límites los ponemos nosotros mismos: Hace falta mucha voluntad para levantarse a las doce de la madrugada a temperaturas de muchos grados bajo cero, en mitad del sueño o sin haberlo conciliado aún para dirigirse hacia la cumbre de una gran montaña, o continuar una travesia, y sin embargo qué esfuerzo más firme y decidido.

¿Porque una persona decidida es capaz de aceptar muchas privaciones?, porque tu entusiasmo y satisfacción te ayudan a fijarte solo en lo hermoso, ya sea de la escalada, o de la travesía. Escalar nos permite conectar con nuestra esencia, con nuestros coordinados movimientos, sin pensar en nada mas. Esa sensación de relajación, de abstracción e incluso de ponderación, es realmente una auténtica escuela de caracter que es aplicable a cualquier otra actividad de tu vida. Escalar es una gran metáfora de la vida.

“Goza del trayecto y olvídate del destino”.