
Desde hace algo mas de un año, con la popularización de esto del correr con un propósito primero , pero después el correr por correr , muchos días corro acompañado por algún que otro amigo que me llama y salimos juntos.
Pues bien, alguno de estos días, los temas de conversación amable y dulce, se transforman casi sin querer al fragor de los kilómetros, y de un autocomplaciente empiece “corrilosofando” a dos o mas bandas y en voz alta, no se sabe como, te emplazas en otro deporte parecido pero diferente: “corretillear”, y sin saber como, corretilleas y corretilleas sin parar.
La delgada línea que separa el corrilosofar y el corretillear, hace que puedas pasar de uno a otro sin darte ni cuenta.
No hay datos consistentes de cuando nació este deporte del corretilleo, pero en su versión andarina, germinó o se inventó hace ya muchos años y se hizo muy popular entre las mujeretas que marchaban a andar a diario en corrillo por los caminos o los parques, principalmente cuando comienza el tiempo primaveral, fusionando el ejercicio físico (caminata) con el animado parloteodebate de cuestiones frívolas en general: la princesa del pueblo, tal se ha separado, cuala se va a casar, o Pascuala “se tiene que casar”....
En esta remozada variante mas veloz de este popular (que no competitivo) deporte, “corretillear”, la diferencia es que hay que estar en un estado de forma tal que te permita hablar mientras corres (nivel avanzado). Bueno, al principio, puedes realizar unas sesiones simplemente escuchando y asintiendo con la cabeza si tu fuelle no te permite chismorrear (nivel iniciación).
Los contenidos también cambian, generalmente respecto a la versión pedestre, y son mas deportivo personales: se habla de otros corredores u otros deportistas: Fulane está que se sale, mengané esta perdido, o este otro es vigoréxico; marcas, pretextos, rumores, o justificaciones ...
Zambulléndome en Internet, he leído que la antropóloga social del Issues Research de Oxford, Kate Fox, revela que “el cotillear” es algo que va con el ser humano (eso lo sabíamos todos sin estudiar antropología), pero también dice, que esta práctica favorece la liberación de endorfinas, que como todos los deportistas sabemos son neurotransmisores opioides producidos en el Sistema Nervioso Central que pueden modular el dolor, la temperatura corporal, el hambre “nos proporcionan sensación de bienestar” y pueden incluso crear adicción. También esta buena señora comenta como el cotillear, (murmuran de las "pequeñas imperfecciones" de los demás), tiene capacidad relajante.
Entonces deduzco: Si correr, o realizar una actividad deportiva cualquiera, genera endorfinas, y cotillear también, “corretillear” puede ser un generador tal de endorfinas que incluso puede ser ilegal, y corres peligro de sobredosis por opiáceos...
Pero bueno, mientras estos beneficios físicos, mentales y sociales del deporte mezclado con el cotilleo se realicen en privado, y sin dañar la intimidad ni la sensibilidad de nadie, que viva el corretilleo , pero sobre todo, que viva todos esos buenos momentos de animada charla entre amigos compartiendo deporte...
Aunque, "El que crítica a los demás, disimuladamente se alaba a sí mismo... ¿no?"...
(vaya ida de cazuela...)