martes, 12 de julio de 2011

"VeroTraining"

Que razón tienen esos que dicen, que la madurez es esa edad en la que todavía se es joven, pero aplicando muchísimo más esfuerzo para conseguirlo. He terminado la primera semana del entreno digamos más riguroso, cumpliendo estrictamente todos los objetivos que me marqué; Entre ellos, el convertir mi idolatrado descenso del río Vero, en mi exclusivo circuito natural de entrenamiento, con el objetivo de fortalecer el cuerpo, desarrollar el equilibrio, mejorar la concentración, la resistencia y la agilidad, a la vez que correr totalmente empapado de pies a cabeza. Claves que creo que me irán bien de cara a la maratón de la jungla. Empezar un entrenamiento más estricto es duro, y en esta calurosa estación mas, y aunque se esté acostumbrado habitualmente a correr, hay que cambiar la mentalidad, y motivarse con el objetivo a conseguir siempre entre ceja y ceja. El sábado, tras entrenar toda la semana en casa, me llegué hasta Alquezar, y allí gracias a Santi me monté en el coche de un grupo de clientes de Vertientes que subían a realizar el descenso del Vero con su guía (como debe de ser), y ellos me aproximaron al Tozal de Mallata. A las diez pude partir trotando por la pista en dirección descendente hacia la entrada de los Oscuros del Vero. Una vez en el río, rápidamente me terminé de equipar, levantándome la parte superior de un arremangado neopreno corto de surf que adquirí en el decatlhon (17€), con el propósito de utilizarlo en estos insólitos entrenos, y sin pensarlo dos veces me lancé a las umbrías aguas de la primera gorga.... Tras zambullirme, al emerger de las gélidas aguas, la repercusión del eco de mis alaridos creo que aún resuena entre las quebradas paredes de este trozo del cañón... Evoqué apresuradamente aquellos nuestros inicios hace casi treinta años (¡¡¡uffff!!!!) cuando avanzábamos por el cañón únicamente en bañador y camiseta... Desde que comencé a guiar grupos junto con Alfredo Vives y Pepe Chaverri el año 1985, y descubrí la conveniencia y ventaja de utilizar un buen neopreno, llevo descendiendo unas cuantas veces cada año, siempre usando inexcusable y justificadamente un ajustado neopreno de 5mm (ahora ya es obligatorio), y no uno corto de 2 como era hoy el caso. Pero, sabía que el propósito de bajar corriendo, no concordaba con el uso de un grueso neopreno completo que me erosionaría y entorpecería, así que tendría que aguantar estas primeras pozas lo mas dignamente posible... Con la respiración hendida de frío, y resoplando como un autentico búfalo, salí del agua totalmente agarrotado, pero aceleradamente continué entre rocas lo mas resuelto que pude, amparándome en manos y culo para evitar cualquier circunstancial resbalón en las partes que así lo determinaba. Conozco muy bien la morfología del cañón y el esbozo de sus piedras y eso me da ventaja para no errar la pisada. Más abajo, pasados los estrechos, en la Cocineta antes de la gran visera, sé que el agua ya no es tan fría, y podré correr más intervalos entrando en calor. A las once cuarenta, una hora y cuarenta minutos después de comenzar, tras ascender corriendo por el final de la ruta de las pasarelas, llegué a la plaza de Alquezar donde me encontré con unos buenos amigos (JHernán, Don Luis, David y Onitopaco) cerveza en ristre tras haber entrenado por la sierra. Lógicamente me uní a ellos. Fue una severa disciplina, pero muy vivificante; Una sensación de libertad pocas veces encontrada. Correr por dentro de un barranco, de un río, potencia y fuerza los músculos a trabajar en posiciones a las que no están habituados. Subidas en las que los gemelos trabajan a un ritmo superior, y expeditivas bajadas que exigen un gran trabajo en los cuadriceps, e incluso glúteos, así como en los tramos que avanzas con el agua hasta las rodillas.
Correr, saltar y nadar entre piedras, gorgas, bloques, ramas y senderos aparentes, sin caerse es difícil, y es necesaria una constante atención y concentración. Así como tener cuidado con los tobillos, ya que existe un evidentemente riesgo de esguinces si uno se despista y pisa mal. Ha sido como imaginé un muy buen entrenamiento que repetiré unas cuantas veces este verano. Tan solo deseo, que los que se crucen a este atolondrado del neopreno corto, mochila en ristre y gorrita, no sigan su ejemplo, porque desconocerán el propósito de esta acción, y disfruten sosegada y prudentemente de uno de los mas vellos cañones de mundo. Para finalizar la semana, el domingo me desperté sin molestias aparentes (alguna pequeña agujeta en los brazos...) ni manifiesto cansancio para poder correr 30 Km. junto a PacoOrnitorrinco que está preparando la UTMB. Ha sido una buena y fructífera semana. Ahora todo es mucho más comprometido, pero el hábito hace que cualquier esfuerzo resulte ligero, y al final, el premio se halla en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total, es un triunfo absoluto.

6 comentarios:

  1. Sois unas putas makinas. Mucho animo en tus entrenos!!!

    ResponderEliminar
  2. Joe, yo que nunca me ha atrevido a hacerlo ni en grupo, tu solo y corriendo. Sois de otra pasta. Animo Javier

    ResponderEliminar
  3. Yo joven joven ya no me siento, pero me esfuerzo. Todavia estoy convaleciente del sobo de 30 K que me metiste el domingo, pero sigo esforzandome. Saludos. El domingo cuanto nos toca???

    ResponderEliminar
  4. Siestás hecho un pipiolo... El domingo,minimo otros tantos...

    ResponderEliminar
  5. Que animal!, jajaja. El domingo me podrías "acompañar" por los monegros un ratito, jejeje.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  6. ¡Grande Javi! Por ti no pasan los años, al reves, cada año estás mas fuerte

    ResponderEliminar