miércoles, 18 de julio de 2012

RÉPLICAS

La única manera de poseer un verdadero amigo, es serlo.
Casi todas las formas de amistad, satisfacción o, si se quiere de emoción, necesitan una concesión, y casi siempre estamos dispuestos a ceder o conceder algo por alcanzar eso que nos parece tan sugestivo y nos hace crecer como personas. 
En la mayoría de los casos, nuestras familias nos proporcionan el cariño, la fidelidad, y el apoyo incondicional que necesitamos; pero son los amigos los que nos aportan dispersión, pluralidad, o la posibilidad de compartir algunas aficiones comunes.
La amistad es y debe ser una relación recíproca. Necesitamos amigos para correr, ir de excursión, o para salir de copas, si, pero también, y con los años más, amigos para reflexionar, para hablar, o para enfrentarnos a las penas y las frustraciones; amigos que te ayuden y tú a ellos a tomar decisiones, porque necesitas de su experiencia, su sabiduría o el conocimiento que proviene de su entorno.
Tener, tenemos muchísimos amigos para correr, tomar cañas o salir en bici, pero muy pocos para esto último.
Al igual que gracias a una buena familia, gracias a unos buenos amigos, vas por la vida con confianza, porque posees un buen bálsamo para cualquier padecimiento que pueda abordarte, y la compañía necesaria para disfrutar de las cosas efectivas.
Las rigurosas situaciones por las que todos pasamos durante algún periodo de nuestra vida, se encargan de separar, tamizar y evaluar la calidad de nuestras amistades. En esos momentos, resulta habitual descubrir una relación superficial y trivial en amigos de toda la vida, en la que compartir el ocio es la única práctica, y por otro lado otros mas distantes o recientes surgen para conllevar contigo y tu con ellos una complicidad tan reciproca y única, como valiosa.
Muchas veces los mejores no son los esperados si no los inesperados...
La vida y la amistad son lo mismo; cuando miramos al frente siempre tenemos una encrucijada: Entonces podemos elegir exponernos, o podemos no salir de nosotros mismos y dedicarnos al estúpido egocentrismo que artificiosamente nos alimenta.
Todas las personas nacemos como algo único, pero la mayoría mueren o moriremos como una réplica, por no tener ese buen y verdadero amigo al lado que te remarque la diferencia entre tú y el resto.
Por lo demás, y tras esta reflexión a la que me ha llevado algo tan superficial como un barranco que compartí el pasado sábado con unos de los amigos que considero como un hermano, y además es padrino de mi hija, continuo entrenando pese al calor con el objetivo de recuperar para mediados de septiembre ese punto en el que me encontraba antes de la lesión, para ir preparando la maratón de Nueva York, no por conseguir ninguna marca espectacular, si no por llegar en un punto tal que me permita gozar de cada kilómetro.... en definitiva, lo que he hecho siempre, independientemente del objetivo que persiguiera.


4 comentarios:

  1. Mas razón que un santo....quizás es la figura más buscada por todos, un AMIGO con mayúsculas que no te deje de lado cuando las cosas vienen mal dadas. Enhorabuena por tener a quien tienes Javi!

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    1. Gracias Fernando. Si, porque un amigo es la persona que nos muestra el rumbo y recorre con nosotros una parte de ese camino.

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  2. "Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba, engánchalos a tu alma con ganchos de acero." William Shakespeare.
    Afortunados ambos.

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    1. La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad.
      Un saludo "Amigo"

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