martes, 19 de marzo de 2013

The Natural



El discurrir de las estaciones, los meses, las semanas, no sólo convierte nuestras rutinas en amables por diversas, sino que también en nuestras peores certezas.
 Si te sientes en el camino correcto, la práctica deportiva adquiere más sentido. Todo el sentido. Antes de ayer intenté entrenar con el objetivo de hacer 60 Km. Finalmente realicé solo 20, calado y congelado. Aguardaré al próximo fin de semana...
Así que nada mejor que revisar y recomendaros una de mis películas deportivas favoritas, que viene muy bien para visionar en días con mal tiempo para “en cierta forma” motivarse:

El Mejor (The Natural) 1984
DIRECTOR: Barry Levinson
Es una adaptación libre de una novela de Bernard Malamud, una parábola sobre el culto al éxito en la sociedad americana. De lo mejorcito en este tipo de películas.
En esta película para mí de culto, la mejor sobre béisbol, y una de las mejores películas sobre deportes, Robert Redford nos deja uno de sus papeles más míticos.
Con un reparto plagado de estrellas, como Robert Redford, Kim Basinger, Robert Duvall y Glenn Close. Una banda sonora que es una de las más famosas del cine, y un montón de escenas míticas. Su guión ha sido intentado imitar hasta la saciedad, pero nunca lo han igualado, y solo por eso merece la pena verse este clásico del cine (creo que poco conocido).
Repasa la vida de Roy Hobbs, un extraordinario y muy completo jugador de béisbol, que busca cumplir su sueño de convertirse en el mejor jugador de la historia de este deporte.
El argumento comienza con un joven Hobbs, al cumplir 19 años, (también interpretado de forma creíble por un Redford de entonces 48...).
Después, la trayectoria de este jugador no profesional dieciséis años después, ya con la treintena cumplida y sus aspiraciones intactas, pero con el gran obstáculo que le supone entrar en un equipo de béisbol con la perspectiva de promesa y con edad de retirarse.
Los Knights, un equipo mediocre entrenado por Red Blow (Richard Farnsworth), quien no confía nada en sus facultades, recluyéndolo al banquillo, y quedando a la espera de una oportunidad para poder demostrar su valía.
La película busca cumplir un sueño desde los ojos del personaje, y es una metáfora del tópico de la superación y la constancia, sin olvidar que para conseguir llegar a la meta jamás hay que abandonar. Consigue emocionar en muchos momentos. Kim Basinger y Glenn Close, representando la primera, lujuria, pasión y glamour, y la segunda recuerdos, estabilidad, equilibrio y emociones honestas.
Es difícil hacer una película como esta, ilustrada en deportes y que tenga una historia que resulte atrayente. Que no caiga en convencionalismos, y montajes tipo vídeo-clip.
La vi por primera vez cuando la estrenaron en el cine de Barbastro. Yo tenía 17 años y, experimenté, muchas "emociones". Posteriormente, como ayer, la he visto muchas veces, y las sigo experimentando.
Cine en estado puro, con una fotografía perfeccionista, una cámara lenta que enfatiza, pero sin abusar, una música épica, y un ambientación de finales de la Gran Depresión perfectamente  retratada. Cine imprescindible que te dejará gran sabor de boca y bien motivado.
La recomiendo.

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