Para
ir asociando el escenario y las gentes que nos acogerán el venidero viaje de
aventura al Kala Pattar (Nepal), voy a resumir una de las leyendas que revela
el origen del pueblo Tibetano, sus tribus, y por tanto de los Sherpas:
Hace
muchos muchos años, existió un mono
mágico qué vivía muy alto en una bonita cueva del monte Kongpori, que era un
pico sagrado en el valle del Yarlung en la región central del Tíbet .
Como
este mono había visitado el elevado reino de los budas y había contactado con
un futuro buda muy compasivo llamado Chenrezig, pasaba el tiempo meditando,
mejorando sus habilidades compasivas, pacíficas, de amor y amabilidad.
Un
día, su sublime rutina fue interrumpida por Srinmo, una diablesa de piedra, que al ver al
resplandeciente mono, le invadió la lujuria.
No
obstante, como el mono se había entregado a la meditación hasta alcanzar la
iluminación, no se sintió para nada atraído por la diablesa.
Ella
lo amenazó. Si el mono no accedía a sus deseos y la tomaba como esposa, se
casaría con un iracundo diablo de piedra y procrearía una gran progenie
destructiva, que acabaría con muchas vidas humanas.
El
mono se sintió intimidado. Sabía que podía evitar la gran destrucción, aunque
le costaría su enorme misticismo.
Gobernado
por su caridad, se unió a la diablesa y ella le dio seis niños monos de cara
roja. Su padre los llevó a un frondoso bosque lleno de árboles cargados de
fruta para que pudiera comer bien y crecer felices.
Pero,
un tiempo después, se terminó la comida, y los pequeños comenzaron a tener
hambre.
Aturdido
de pena por su difícil situación, el mono recurrió a Chenrezig (Deidad Budista),
quien intervino elaborando cebada, arroz y trigo sarraceno para ellos. Cuando
los niños mono saciaron su apetito, su pelo y cola menguaron, aprendieron a
hablar, y se hicieron humanos.
Es
por esto, por lo que se proclama que las seis tribus originales del pueblo
tibetano descienden de cada uno de estos niños.
Y por
este motivo los tibetanos son espirituales y compasivos, unos rasgos que
heredaron de su antepasado mono; y también por el que son fuertes y valientes
como la diablesa Srinmo, emanación de Tara, la protectora budista del Tíbet.
En
este venidero viaje, conoceremos y conviviremos con los Sherpas.
Los
Sherpas son una comunidad étnica procedente del Tíbet, que vive en el valle del
área denominada Solo Khumbu, en las faldas del monte Everest, en Nepal.
Debido
al lugar que habitan y en el que se
desenvuelven, son famosos en todo el mundo por su extraordinaria destreza para
desenvolverse en altitud, y por su enorme fortaleza física.
Antes
de que el turismo llegara a estas zonas, este pueblo se dedicaba a la
agricultura y al comercio.
No
obstante, gracias a la llegada de los alpinistas y turistas extranjeros,
aplicando esas extraordinarias habilidades físicas en la montaña, comenzaron a
trabajar como porteadores y guías, haciéndose populares en el mundo entero.
Debido
a las condiciones extremas en las que han vivido tantos años, han desarrollado
genéticamente una mayor capacidad de resistencia a las grandes altitudes, al
frío, y la falta de oxígeno.
Y si
bien hay tarugos, que debido a la precariedad de sus condiciones de vida y
cultura, los consideraban un pueblo del tercermundista, dispuesto únicamente a
servir a los visitantes extranjeros como elementales mulas de carga, a lo largo
de la historia de las expediciones o trekings, el pueblo Sherpa ha sido y es
tremendamente valorado por quienes hemos tenido la suerte de tratarlos o
convivir con ellos en alguna ocasión, por su nobleza, generosidad, ímpetu,
alegría, camaradería y enorme cultura mística.
En
octubre tendremos la suerte de compartir con alguno de ellos, junto con ellos,
nuestro viaje.
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