Un trece de Agosto de hace “ya” veinte años, tres chavales cumplieron un sueño manejado por la emoción y la
osadía de los que se sienten aspirantes aun no sé muy bien a qué; ¿A madurar?;
Ascender el Khan Tengri
(7010m) en la cordillera del Tiang Sang en
Kazajstán.
Una cima que por su forma
piramidal perfecta, denominan el K-2 de los siete miles.
Dos años antes, en 1995,
habíamos realizado nuestra primera expedición “trascendente”, al Aconcagua
(Argentina) por el glaciar de los Polacos, donde el azar y el mal tiempo se
unieron y establecieron que termináramos abriendo fortuitamente una nueva
variante a la ruta clásica, que denominamos “Variante Alto aragonesa”.
Independiente y lógicamente,
hasta llegar a este punto, los tres desde jovencitos habíamos pasado en
nuestros respectivos clubes de montaña (El mío Montañeros de Aragón de
Barbastro), por nuestros particulares destetes, aprendizajes y formación.
HELICOPTERO RUSO |
Mucha de esa formación de la
de entonces, de la que se imparte a pie de montaña de veteranos a noveles
compartiendo escaladas. ¡A mata caballo!
En mi caso, a estas
alturas ya poseía titulación de
instructor de escalada en roca y alpinismo, e incluso tres años antes había rehusado
formar parte de una expedición conjunta con Peña Guara de Huesca al Nanga
Parbat, por no considerarme aún capacitado para dar tan enorme salto (Del Mont
Blanc, a un ocho mil...).
Así que tras mucho Pirineo,
algunas incursiones a los Alpes, que en su día nos figuraron igualmente grandes
expediciones (Mont Blanc, Mont Maudit, Cervino, etc...), llegamos al Aconcagua.
Ahora tocaba el Khan Tengri. Eran
ya palabras mayores. Era aunar altitud (7000m) y técnica.
Hoy cuando lo recuerdo, a mi
mente llegan más palabras y emociones que hechos o episodios:
divinidad, anhelo,
ingenuidad, obstinación y riesgo; pero sobre todo compromiso y experiencia.
![]() |
KHAN TENGRI 7010M |
Según la Biblia, Moisés
ascendió al monte Sinai y bajó cambiado. Así nos sucedió a nosotros allí;
ascendimos siendo unos, y descendimos siendo diferentes. No digo mejores ni
peores. Diferentes.
La madurez exige un saldo.
En toda evolución hay algo que dejamos atrás, que sacrificamos. Aqui no fue diferente.
En toda evolución hay algo que dejamos atrás, que sacrificamos. Aqui no fue diferente.
A los tres de algún modo nos
cambio esta montaña para siempre.
Fueron días de crecimiento,
aventura, convivencia extrema, supervivencia, realidad y muerte.
Sí, también muerte.
Mientras nosotros estuvimos
allí, fallecieron cinco alpinistas en esta montaña:
Un Coreano pocos días antes de nuestra llegada había muerto fruto de algún edema o agotamiento, y después
congelación.
Pudimos comprobarlo posteriormente,
porque yacía metido en su estrecha tienda en una repisa, junto a nuestra vía de
ascenso camino de la cumbre a casi siete mil metros.
Otro, un Japonés, hizo
cumbre simultáneamente a nosotros.
Llego rendido. Caminaba
visiblemente extenuado y como desorientado.
Al llevar las gafas de
ventisca elevadas, recuerdo sus ojos ausentes. Era la única parte visible de su
cara.
Al interrogarle por su
estado, lo recuerdo diciéndonos:
![]() |
GLACIAR DEL CAMPO BASE |
- “¡Sleep!
¡Sleep!”, al mismo tiempo que gesticulaba con sus manos unidas afirmadas
sobre la mejilla, mientras tratábamos de convencerlo para que bajara con
nosotros. Ya había oscurecido y no hubo forma. En ese instante, todos corríamos
peligro. Eran las diez de la noche, y estábamos a siete mil metros.
¿Os preguntareis porque no lo obligamos a la fuerza?.
En un lugar como ese, de noche, a esa altura,
cuando por otra parte el descenso es muy técnico y con numerosos rápeles, no
puedes ir más allá de exhortar o azuzar, porque corres el riesgo de quedarte
allí con él...
Ante su invariable negativa, le dejamos una
cantimplora y una manta térmica, y se acurruco bajo una gran piedra a pasar la
noche. Nosotros descendimos muy poco a poco.
Dos días más tarde, con nuestras indicaciones, fue
avistado por otra expedición que hizo cumbre, confirmando que murió en aquel lugar.
Allí comenzamos a entender,
y de golpe, que la montaña te da mucho, pero también puede quitártelo.
Como decía Bonatti, : “La montaña no es como los humanos. La montaña es sincera”.
Como decía Bonatti, : “La montaña no es como los humanos. La montaña es sincera”.
Y si, hay que tenerle admiración,
apego y devoción, pero sobre todo respeto.
Como anécdota, cuando
regresamos al campo base tras haber hecho cumbre, llegó allí invitado por el
gobierno Kazajo Reinhold Messner (primer hombre en coronar los catorce ocho
miles), para publicitar este hermosos pico en todo el mundo.
Como nosotros acabábamos de
descender la cima, quiso conocernos y conversar para que le describiéramos las
vicisitudes de esta escalada. Nos reunimos amigablemente, cenamos juntos e
incluso le invitamos a productos de nuestra tierra.
![]() |
CON REINHOL MESSNER |
Ya en la sobremesa, guiado
por su cordialidad, me atreví a
mostrarle una viñeta sobre él que
dibujé esa tarde en mi diario. Le hizo tanta gracia que me la autografió junto
a mi firma, e igualmente mi banderín de cima.
La pasada semana, tras
dieciocho años, recuperé gracias a José (uno de mis compañeros), espectaculares
fotos de esta aventura que creía perdidas.
Los hombres y mujeres se hacen, sin embargo las
montañas ya están hechas.
LLEGANDO AL CII |
LEGANDO AL CI |
HACIA LA CUMBRE |
![]() |
CIMA DEL CHAPAEV 6.130m |
RAPELANDO SOBRE GRIETA |
TRAVESIA A 6800m |
CORREDOR HACIA LA CUMBRE |
7010M |