jueves, 20 de septiembre de 2018

CREYENTES Y PRACTICANTES


Hace unos meses, uno de mis mejores amigos, Juan, se obstinó en correr y me pidió ayuda.
Lo había intentado en varias ocasiones, pero fracasaba teniendo que dejarlo por dolores en sus gemelos, y terminaba desmoralizado.
Acepté el reto claro. Además, con mucha ilusión.
Lo he hecho con más gente, pero así manifiestamente, hace años de forma parecida con otro gran amigo, José Mª.
Me resulta gratificante, porque siempre siento entusiasmo a través de ayudar a lograr esa satisfacción en los demás.
Acompañar, guiar, contagiar, que disfruten “contigo”, junto a ti, de una actividad. 
Manos a la obra:
Quedé con él para correr (acompañar, y más al principio es importante), y durante las dos primeras semanas, corríamos únicamente diez minutos unos tres días a la semana. Si, solamente diez minutos.
Es importante olvidarse al comienzo de la distancia, y basarse únicamente en el tiempo.
Mi propósito desde el primer momento, son tres Pes: “Paciencia”, “Persistencia” y “Placer”.
Paciencia, porque ha de afrontarse sin ninguna prisa; Persistencia, porque al prolongarlo en el tiempo, hay días buenos y otros no tan buenos o que no apetece, y hay que persistir; Y Placer, porque correr (o cualquier actividad lúdica) jamás debe significar sufrimiento, o tarde o temprano lo dejarás.
Con estas tres premisas, y la obligada de solucionar el fehaciente problema en su pisada que repercutía en sus gemelos, fuimos incrementando el tiempo a quince minutos, veinte, hasta llegar a la media hora de trote en unas cuatro, cinco semanas.
Esta es siempre mi estrategia de iniciación.
Siempre a un ritmo que permita hablar y distraerse. Por bajo que este sea.
El problema de los gemelos se solucionó con unas plantillas que corregían su pisada.
Así que, a partir de lograr con sucesión esa media hora de trote suave, siempre cuidando que el ritmo sea muy muy suave para charlar y no padecer, ya se puede ir motivando con algo nuevo: Distancia.
En este punto se nos unió Santi, que ya venía corriendo y soñaba con hacer la media de Barbastro los tres juntos.
Por entonces a Juan le parecía algo totalmente inalcanzable, y aunque yo si sabía que podría hacerlo, no quise apremiarlo; debía ser él por sí mismo quien lo descubriera y lo más importante deseara hacerlo.
No hay que realizar ningún reto para los demás, de cara a la galería, siempre para uno mismo.
Para entonces Juan aún no creía del todo en sí mismo, pero en unas pocas semanas más, logró convencerse.
Sé muy bien, que la manera de conocer tu capacidad, es atreverte a sobrepasar la línea donde tú mismo supones tu límite.
Y hay que hacerlo con retos únicos e ilusionantes, que te conduzcan más allá de una simple apuesta o ese “no hay huevos u ovarios”, para transformarlo en carácter y evolución.
Paciencia y persistencia.
Esta paciencia y constancia hacen que, al poco, sin darte cuenta poco a poco muscules las piernas, y lógicamente bajes algo de peso, recibiendo con ello un empujón extra de moral y motivación que hay que aprovechar.
He tratado que nunca perdiera de vista el objetivo de lograr la motivación en competir consigo mismo y no contra los demás, para finalmente transformarlo en un recreo fundamental de escape en su día a día, a la vez que en una forma de mantenerse en forma. Algo que yo llevo practicado treinta y cinco años.
En este sentido, he de reconocer que ha sido un buen discípulo.
Los dos; Santi partiendo de otro punto algo más encaprichado con las marcas, también.
En grupo, ha sido, aún es, un ensayo repleto de espíritu, coraje, compañerismo y el complaciente sabor que deja la verdadera voluntad.
Porque sacar horas después del trabajo o robándoselas al sueño por el simple anhelo de enfrentarse a un desafío, es loable, pero transitorio. Es perecedero.
Para lograrlo, lo importante es por un lado contagiar, y por el otro descubrir y captar que no se trata de tiempos ni clasificaciones, si no de hallar una experiencia vital inolvidable y refugiarse en ella.
Descubrirlo como una aventura de crecimiento físico y personal.
Todo esto derivó después y de forma natural, en dar la vuelta, e ir aumentando la distancia, independientemente del tiempo; ocho, diez, doce, quince, y en la Trail de Estadilla (que utilicé para motivarlos) dieciséis kilómetros.
Todo para que él mismo se convenciera que podía llegar a correr la media maratón, disfrutando y sin sufrir. Y lo conseguí.
A partir de allí, ya convencido, inscripción a la media maratón que ya es por sí misma una motivación, y a seguir disfrutando del correr, pero, realizando al menos en este tiempo varios rodajes ya de dieciséis, dieciocho, y al menos un par de veinte.
¿Porque? Porque con esto ya está más que cumplido el objetivo. Pretendiendo correr la media, la media ya está hecha.
Ese día, el de la media maratón, únicamente será un rodaje más.
Un rodaje festivo donde Juan, Santi, Carmen y Ricardo que nos acompañarán, y yo mismo, celebraremos todo este recorrido de meses juntos, el objetivo alcanzado, y pasaremos una gran jornada festiva.
Lo ha conseguido y con nota. La media maratón de la disposición.
Disposición a apoyar a un amigo para cumplir su propósito de correr.
Disposición por su parte a iniciarse en este bonito deporte.
Disposición para guiarlo aparentando llevarlo de la mano, pero haciéndole finalmente creer en sí mismo.
Creo que un buen, digamos instructor, no se define por su nivel, sino por el sentido y la forma de disponer todas sus acciones al servicio de otro para que este disfrute a su lado. Y ¿Ahora Que?
Ahora ya la rutina. La voluntad se vuelve menos necesaria cuando ya hemos creado una rutina. Y creo que en el caso de Juan y Santi ya está creada.
Se trata de domar o adaptar nuestra conducta, a una disciplina, pero dependiendo cada vez menos de la voluntad y más de un entusiasmo.
Fuera de esta rutina ya amena, objetivos precisos, divisibles, evaluables, bien delimitados, sobre los que tengamos el control, a partir de ahora van a ser de ayuda para nuestra voluntad.
Voluntad y apoyo mutuo.
Enhorabuena Juan y Santi. Por mi parte lo habéis conseguido.
Ahora a celebrarlo participando en la media maratón de Barbastro con una enorme sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario