HOY HACE YA DIEZ AÑOS

Un verdadero soñador no es un tonto que mira el cielo mientras pasan las horas. Un idealista nunca esta parado; por eso se le estima, respeta o teme....o todo a la vez.

Han pasado ya diez años, y parece que fue ayer... Pepe Chaverri perdió la vida el 21 de Junio del año 2000 en los Alpes.

Un triste día que jamás olvidaré, en el que yo guiando un grupo, descendía el barranco del Mascún, como tantas veces hicimos juntos. Fue número uno como alpinista. Piolet de oro 1993 de la FEDME junto al también el querido y malogrado Lorenzo Ortiz . Abrió vías de gran dificultad en paredes de Europa, América (Norte y Sur) y el Himalaya. En la Patagonia tanto argentina como chilena, en las Torres del Trango en el Himalaya, en Las Rocosas, en Alaska y Canadá. Vías hoy tan conocidas como "Cristal de Roca" en el Cerro Catedral (Patagonia) o "Armas y Rosas" en la Torre Norte del Paine, y compartimos nuestro primer intento a un 8000 en el Manaslu. Con tan solo 28 años, fue el primer director del equipo nacional de Jóvenes Alpinistas.

El año 1984 conocí a Pepe, y nuestra mutua afición por la montaña en general y por la Sierra de Guara en particular nos unió y llevó a entablar una amistad que se estrechó conduciendo en aquellos pioneros años junto a Alfredo Vives, los primeros grupos guiados (casi a fuerza de obstinación y persuasión) por los cañones de la Sierra de Guara. Me sedujo como instructor y amigo enseñándome sus maduradas técnicas e improvisadas tácticas , pero también su singular, preventiva y eficaz personalidad a la hora de cuidar de un grupo. El mayor halago que podía escuchar cuando años después guiaba algún otro grupo, o inpartia algún curso de escalada, barrancos o alpinismo era: - "Me recuerdas a Pepe". Me aporto conocimientos que en aquel entonces ni siquiera sabia que existían, su serenidad, me contagio su paciencia, su alegría de vivir y sus ganas de perseguir sus propios sueños.

Obró entonces para que mi imaginación volara hacia lugares desconocidos, y ahora su recuerdo en esos lugares hace que mi piel se erice y siempre lo sienta cercano. No era un burócrata, y no perdía el tiempo hablando sin un contenido real para hacerlo. Cuando lo hacia, lo hacia primero escuchando, y si se manifestaba, lo hacia directo a la fibra más intima desde su corazón. Marca de un líder carismático. "Podemos recuperar el terreno perdido, pero el tiempo no", decía Napoleón a sus tropas. Aunque lo parecía, Pepe no tenia ninguna prisa, miraba una gran montaña y decía: - ¡Se va a cagar! (frase que yo siempre repito en su honor), y siempre encontraba las mejores condiciones para no perder la oportunidad cuando esta aparecía ante él. Lo que se denomina "suerte" que no es otra cosa que "preparación" más sentido de la "oportunidad". Esa maldita suerte que le abandonó o miró para otro lado ese día 21 de junio.

Pero..., eran las reglas de un juego que siempre decidió jugar. Desde mi punto de vista, su mayor virtud fue que no temía la osadía de sus sueños. Parecía pensar que cuanto más audaz era una idea, memos remordimientos hay que abrigar durante su acecho.

Pepe era un personaje excepcional e inclasificable. Su entusiasmo, junto a su carácter explícito pero sociable lo hacían especial.

Hay personas a tu alrededor a lo largo de la vida, como tu familia o tus mejores amigos, que inevitablemente influyen en tu carácter o tu educación, pero hay otras que se cruzan en ella, y sin ellos ni tu saberlo lo hacen en otros aspectos quizás mas importantes como en tu espíritu. Sus palabras, sus recuerdos y su imagen me envuelve siempre cada vez que desciendo un barranco, asciendo una montaña o realizo una de estas aventuras que parecen inalcanzables y para él eran tan familiares. Donde quiera que estés, siempre ocuparás un hueco de privilegio entre mis recuerdos. Gracias Pepe