
¡ Estas loc@!... ¿Cuantas veces me/nos han dicho esto?...
Cuantas veces cuando no entendemos algo lo tachamos inmediatamente de locura o lo juzgamos.
Esa sana locura, que todos sentimos en alguna ocasión, esa especie de necesidad que nos obliga a ir más lejos, más alto, buscar lo más difícil, o ir hacia lo desconocido. Ese espíritu que despierta la capacidad de soñar y luego, la necesidad de perseguir y hacer realidad esos sueños, ¿es locura?. Todos sentimos eso a diario, pero quizás no nos paramos a percibirlo ¿o no?.
Habitualmente las personas toman o tomamos el camino más fácil, aquél que nos proporciona estabilidad y tranquilidad y dejamos en segundo lugar ciertas emociones que, no por deseadas, se nos antojan peligrosas o imaginamos irrealizables.
Lo que verdaderamente enriquece es vivir, preguntarse por las cosas, y exprimir ese montón de insólitas sensaciones; esas inéditas vivencias que te obligan a extraer de ti mismo lo antes inimaginable, ya sea para ascender una montaña, correr por lugares insólitos, descender un barranco o correr una media maratón. Para mi, la auténtica hazaña no está en lo conquistado, sino en el camino para llegar a ello, atreverse a intentarlo y disfrutar del trayecto.
En el fondo, en tu fondo, todo es lo mismo. Soñar , vencer tus imaginarios miedos o limitaciones e ir a por ello, independientemente de lo que nadie pueda pensar. Realmente es una necesidad de superación personal que todos tenemos, una especie de búsqueda mental de nuevas formas de concebir tu propio mundo, de construirlo.
Hagas lo que hagas, propongas lo que te propongas, todo conduce al mismo lugar: "Tu".
Una vez escuché, que la necesidad interior en el ser humano lo lleva a buscar la energía de la que un día salió para fusionarse de nuevo en ella. Suena bonito.... Quizás esta latente misión te conduce a buscar dentro de ti, pero también fuera, más lejos, en lo que parece inalcanzable. Tu valentía (o tu osadía que da igual), cuando un día decidiste bajar ese barranco que tanto miedo te daba, ascender esa montaña que siempre veías en el horizonte soñando que pisabas su cumbre pero te parecía inalcanzable, o cuando por primera vez corriste esa carrera que te parecía imposible, hace, consigue que sientas por un momento palpitar una especie de eco de felicidad, y que a tu alrededor exista un halo de armonía entre lo que quieres y deseas, y lo que tienes.
Si miramos dentro de nosotros mismos, entenderemos la razón... o la locura. Nuestra razón, nuestra locura.