TENERIFE

Playas azabaches, enérgicos parques naturales, asombrosas llanuras de lava que semejan acuarelas extraterrestres, alta montaña que en su base se confunde con desmedidos acantilados que se incrustan en el fondo del mar, bosques de fábula, deporte de aventura y buena gastronomía; y todo en tan solo 2.034,38 km². Tenerife, la isla más grande del Archipiélago Canario, es como un testimonio recopilatorio, como una exposición de idílicos paisajes, y me ha parecido un lugar perfecto para desaparecerse una temporada. Mi cuñado, aunque vive en Madrid, es de Tacoronte (Tenerife) donde residen sus padres y sus dos hermanos. Este afortunado hecho, hacia que mas tarde o mas temprano yo tuviera la oportunidad de conocer esta asombrosa isla, y además contando con un guía local de lujo. La isla en general me ha parecido un fantástico territorio repleto de contrastes donde es imposible saciarse gracias a esta enorme diversidad de paisajes.... Que mas decir que no se halla dicho ya... El entrenamiento perseverante e inflexible que planeaba hacer, se ha tornado poco a poco en un simple “mantenimiento”. ¿Por qué?. Pues porque no se pueden mezclar equitativamente las vacaciones familiares con un entreno riguroso. Entreno que si hubiera realizado inflexiblemente, me hubiera empleado casi toda la mañana de cada dia dando de lado lo significativo, la familia, las vacaciones y el vislumbrar cada día todos los rincones de esta maravillosa isla. Así que sin pensar demasiado, porque “la única forma de hacer lo correcto, es hacer lo que crees que es lo correcto”, decidí y me impuse madrugar cada mañana para salir a correr por el mismo Puerto de la Cruz donde estábamos alojados entre las seis y media y siete, entrenar hora y media diaria y mantener, optando por no desplazarme en coche para explorar corriendo esos idílicos paisajes por los que hubiera anhelado correr, por no gravar ese período del día sumándole también los desplazamientos, perturbando las vacaciones y a la familia pendientes de mi y de mostrarme la isla. Los tres primeros días, fui recorriendo e inspeccionando las carreteras y caminos a ambos lados del Puerto de la Cruz, e incluso di vueltas por el parque Taoro, donde a las siete y media podía cruzarme con otros madrugadores corredores. El cuarto día, contactó conmigo Roberto de la Orotava, tras haber leído en un foro mi requerimiento para que alguien de la zona me explicara parajes para correr cerca del Puerto de la Cruz. Roberto, no solo hizo esto, sino que tuvo la deferencia y la voluntad, de recogerme con su coche a la seis y media de la mañana..., y acompañarme a correr algo mas de una hora por unos preciosos bosques a media hora en coche por la zona de La Caldera - Pista de Benijos, con el Teide por montera, y sobre un mar de nubes que velaban las faldas de la isla. Cuanto gocé esa mañana tanto de su compañía y animada charla, como del espectacular paisaje (gracias Roberto). También contactaron conmigo Cesar y Basilio, invitándome a compartir entrenamiento con ellos, pero no quise condicionarlos con mis intransigentes horarios. Los dos últimos días, tras levantarme a las seis y desayunar, era tal la pereza que me producía esa obligación de correr por el asfalto y las urbanizaciones ya exploradas los días anteriores, que terminaba desmotivado y no saliendo. De los diez días entrené siete... Hay días, fases en las que te sientes desmotivado. La motivación, como el físico, también varía en un periodo tan largo de preparación. En estas fases, no existe ningún problema físico, simplemente por lo que sea a tu voluntad le cuesta vencer esa pereza y levantarte, desayunar, equiparte, y antes de las siete de la mañana, cuando apenas termina de amanecer salir a correr, a entrenar. Hoy con peso, mañana sin el, cada día una nueva rutina con un objetivo fijado en tu mente que se agranda día a día conforme se acorta el tiempo. Cuando ese salir a correr se transforma en una rutina, en una obligación y además en un paraje por el que no disfrutas, es cuando me corroboro en que me encanta correr, si; pero me encanta hacerlo libre, por el campo y sin las apretaderas del asfalto estrechado de edificaciones y complejos hoteleros. Por lo demás, unas sobresalientes vacaciones donde gracias a Cristian, el hermano de mi cuñado, incluso realizamos nuestro ya segundo bautizo de buceo (creo que esto del buceo será una buena afición lúdica en mi futuro), y con la familia recorrimos la isla de cabo a rabo, con la única salvedad de que al descuidarnos y no pedir con tiempo los permisos de ascensión al Teide, no había hasta mediados de septiembre. Si, se que podía haber ascendido en solitario alguna madrugada, alcanzando la cumbre antes de que habrán el teleférico, o por la tarde tras cerrarlo a partir de las seis, pero no era ese mi plan. El plan era subir juntos con Rosana. Así que lo aplazamos para futuras visitas que seguro las habrá. Visitas que serán diferentes, pues como ya me mostraron la isla de punta a punta (yo era el único que no había estado), podrán ser en las zonas preferidas, determinadas y señaladas como Masca o los bosques de Anaga que me encantó conocer. Al regresar el pasado jueves, he recobrado rápidamente el pulso a los entrenamientos y a la motivación por mi querido Somontano, metiéndome una media de 25 Km. diarios en cuatro días y ya con la mochila a cuestas. Las sensaciones muy buenas. ¿Quizás me sentaron bien esos tres días de descanso...?. Poco mas de un mes para la jungla. La perspectiva de realizar un sueño, es lo que hace la vida hermosa... sea el sueño que sea.

TENERIFETRAIL (Gracias)