
Muchas veces el intentar una gesta deportiva o el correr una media
maratón, una maratón, o una ultra nos parece inconcebible y por eso,
nunca nos atrevemos a intentarlo.
Lo mas dificil es comenzar, decidirse:
Hace poco mas de cuatro años, contagiado por el ambiente de la maratón de
Barcelona donde nos acompaño a mi hermano y a mí, mi amigo José Mª me
instó a preparar junto a él la media maratón de Barbastro (era su
ilusión).
Comenzamos a entrenar “disfrutando” de breves trotes de apenas diez
minutos, y después, en una semana de tan solo media hora despacito, sin sufrir
(esto lo considero muy importante), y tan solo dos semanas después, nos
inscribimos junto con Miguel, que también se animó a este propósito
entre amigos a la primera carrera de Alcañiz de 10 km. Pensé que si se
sentía inmerso en una carrera, los ánimos, el esfuerzo, el ambiente
desde dentro, todo tomaría más significado.
Llego a la meta apurado,
pero muy emocionado y nos fue transmitiendo absolutamente a todos su
entusiasmo y emoción. Al poco se nos unió, otra amiga, Sonia.
Tan solo un mes y medio después de haber comenzado su andadura de
correr, y vistos los resultados, intentando no presionarlos, simplemente
contagiarlos y disfrutar, los convencí para apuntarnos a la media
maratón de Zaragoza con el parcial objetivo, la disimulada intención de
que tan solo cubrieran quince kilómetros. (Siempre pensé que la
terminarían…)
Para mí, esta carrera fue tan emocionante y emotiva que nunca la
olvidaré:
Yo corrí a mi ritmo alcanzando la meta, pero en mi cabeza solo
estaban Sonia (que sin apenas entrenamiento pero con mucha ilusión
también realizaba su primera media junto a nosotros), e Isabel (ya su
tercera media compartida conmigo con la que comencé dos años antes por
medio de este medido metodo de paciencia y contagiosa disciplina del
"disfrutar siempre, sufrir jamas")... pero sobre todo, corria pendiente
de mis mejores amigos: Miguel y José Mª a los que de reojo procuraba
distinguir en todos los cruces y gritarles para animarlos...¿cómo
estarán? ¿qué sentirán?¿irán bien? Y lo mas importante para mi
¿disfrutarán? .
Cuando llegue a la meta, me fui a ver el paso de José Mª por el Km. 15
que era allí paralelo... (su objetivo en un principio), vi primero a
Sonia e iba bien y Miguel me informaron que ya habría pasado; y cuando
apareció José Mª, me comunicó, como no, que continuaba hasta el final,
que se encontraba bien.
Yo, consciente de lo duros y desangelados que
eran esos últimos seis Km. (era unas rectas junto al río, cruzando dos
puentes y con mucho viento) me quite la chaqueta y lo acompañé para
animarlo y apoyarlo, para distraerlo. Curiosamente, conforme desfilaban
los Km y ya era evidente su llegada final, sentí la misma sensación que
cuando un año antes estaba a unos metros de la cima del Mont Blanc
guiando a mis amigos Miguel y Ana, y como allí, se me enrasaron los ojos
y experimenté un estremecimiento único al ser copartícipe del sueño de
un amigo...
En el Km 20, junto al Pilar, me despedí de él, para que disfrutara su
kilómetro de gloria (después me confesó que se lo pego emocionado) y me
dirigí rápidamente a la meta a esperarlo, donde ya estaban los
satisfechos y contentos Miguel, Sonia e Isabel, junto al resto de
nuestros amigos y todos juntos aclamamos y aplaudimos la llegada de José
Mª.

Esos momentos en
los que el tiempo se detiene para que hagas esa composición mental que
mantendrás dentro de ti toda tu vida...
Después, comimos y brindamos para celebrar lo que sin duda fue otro día
inolvidable (y van...).
Algunas veces la vida no se mide por lo
descansos que tomamos, sino por los momentos que nos roban el aliento.
Como no, corrieron la media de Barbastro, y
hoy, cuatro años y pico después, han corrido varias medias mas y otras
carreras, e incluso José ha participado en la Trepa riscos, la Quebrantahuesos, y prepara su primer medio ironman sabiendo que
cada carrera, cada objetivo es único pero solo un preámbulo para el
siguiente reto que seguro podrá conseguir, y poco a poco, contagiados,
le siguieron, Javier, Iban, Raúl, Jesús, Guti y los que vendrán,
demostrándonos a todos que quien realmente quiere, puede.