La noche se ha sucedido bien, y
al despertar, mi inquietud es saber si todo el mundo está bien y ha descansado;
exceptuando claro, las lógicas y razonables bregas del primer día durmiendo
soldados al suelo con exiguas esterillas.
No todos los días dormimos
en tiendas de campaña a 3000m, y eso también exige disposición...
Todos se encuentran bien, y con
muchos deseos de continuar.
Los ayudantes de cocina Frank y
Elois, nos han traído unas pequeña palanganas con agua caliente a la puerta de
cada tienda para que podamos asearnos. Servicio de habitaciones en tiendas de
campaña (que mas se puede pedir). Fran es un muchacho dispuesto, sonriente y
vivaz, que aparenta tener unos veinte años, chapurrea un poco el castellano y
evidentemente, este es su primer paso hacia un porvenir como guía; muy por el
contrario de Elois, que es mucho mayor (aparenta unos cincuenta y pico), tiene
cara de bonachón, y un gesto de sumisión que a mí por lo menos me incomoda un
poco. Casi figura hacer reverencias, y te sortea la mirada con la cabeza
fijando la suya en el suelo. Miki por su mutismo, sigilo y cautela lo apodó “el
ninja”, pero al poco terminamos todos llamándolo cariñosamente “mudito”.
Miramos para arriba y ¡¡Que
espectáculo se contempla!!
Al amanecer, asoma el Kilimanjaro
en todo su esplendor guarnecido de su absoluta desnudez, su extremo legado y su
misteriosa belleza. Aristas de nieve con corvas negras de piedra volcánica,
solo pueden obrar complacencia en quien accede hasta aquí y puede contemplarlo.
Con esta visión y pletóricos de orgullo, voluntad y perspicacia como todavía
estamos, ¿de qué no seríamos capaces? .
Siempre que contemplo algo así me
siento tan diminuto, y a la vez tan excepcional. Si, apenas representamos una
hebra en un inmenso tapiz; una pequeña hoja flotando en mitad del océano; pero
no debemos menospreciarnos, y nunca debemos perder de vista la incalculable
riqueza, fuerza, magnificencia y ansia de libertad de un escueto hombre,
sin artificios, solo o en grupo, frente a tamaña naturaleza y todas sus
peculiaridades.
Me pregunto, ¿Existe algo más
sincero que esta necesidad humana de descubrir el mundo?.
Cuando somos niños, trepamos a
los árboles y a las tapias por simple placer y divertimento; para descubrir,
para ver desde más alto y más lejos ¿Porque no conservar ese instinto y
elevarnos al cielo combinando pasión y compromiso?.
Una de las premisas que desde el
principio intenté transmitir igualmente al grupo, fue que quien viniera dispuesto
a padecer, solo por y para hacerse una foto en la cumbre, se equivocaba de
viaje. Que había que gozar cada segundo como único e irrepetible que era, y la
cumbre, si llegaba, pues genial, pero tan solo establecía el final de un
codiciado viaje. Que en ningún momento tuvieran miedo al fracaso, porque el
poder estar aquí, ya era el triunfo.
No me he equivocado; por lo que
voy descubriendo, aquí han venido once amigos con el ansia de
sentir el placer de su propia vida y controlar su propia
existencia. Todos están maravillados viendo este precioso amanecer y eso
los delata ;).
Objetivamente creo que entre hoy
y mañana comienza el verdadero desafío; Y así hay que encarar el recorrido,
paso a paso, etapa por etapa, sin rendirse, y repito, complaciéndose de cada
instante durante esta fantástica travesía.
Nos agrupamos amigablemente en la
sobria carpa comedor para desayunar, sentados en sillas de camping “con
respaldo” (lo especifico, porque me acuerdo la incomodidad de otras
expediciones al no llevarlo). Menú: tortilla francesa, salchichas frankfurt con
gusto mas bien empalagoso y poco sugestivo, y “porridge”, una papilla
insípida de avena cocida con leche, reminiscencia inglesa que también dan en
las expediciones en Asia.
Otra rutina a la que hay que
habituarse, es rellenar las cantimploras, sin olvidarse nunca incorporar al
agua pastillas potabilizadotas para lapidar todo tipo de gérmenes, y añadirles
algún tipo de aporte isotónico para proporcionar sales al organismo.
Preparamos los petates o mochilas
grandes que portearan nuestros acompañantes tanzanos con el grueso del material
particular, e igualmente la de ataque que llevaremos nosotros durante el
recorrido con algo de abrigo, comida ligera y la cantimplora, y nos
disponemos para partir.
Hoy, el ritmo de la caminata y la
hidratación, serán fundamentales para aclimatar, así que durante el desayuno,
les insisto de nuevo: “Por muy bien que os encontréis, no aceleréis el ritmo ni
os pongáis eufóricos,”. “Tenemos todo el día por delante”. “Hidrataros
continuamente aunque no tengáis sed; porque si tuvierais sed, ya sería tarde”.
Aunque aún no lo notemos,
nuestro organismo ha comenzado a amotinarse por dentro, forcejeando para
adaptarse a la falla de oxigeno que se acrecentará a diario los próximos días:
A 4000m, solo hay un 64% del oxigeno que encontramos a nivel del mar, a 5000m
un 55%, y a 6000, que es casi la altura que alcanzaremos, un 49%... ¡tela!
En cabeza del grupo se sitúa
Agustín. Agustín es el guía jefe. Yo pensaba que el guía titular era Gregorio,
pero no, ayer durante el papeleo, y después mientras la marcha, advertimos que
el titular a cargo de la expedición es Agustín.
Agustín es igual de alto que
Gregorio, pero físicamente más robusto; Es taciturno y de gesto más
circunspecto y cabal. Camina de manera pausada y marca tanto el paso, que
parece que estuviera formando parte de una procesión. Se embute bajo un gorro
de lona tipo safari, con las manos alojadas en sus bolsillos, y por su
semblante parece separar su compromiso y cometido de su entusiasmo; por lo
tanto, se le nota más experimentado y seguro de sí mismo que el resto, y parece
eludir la cortesía gratuita que impera para despertar el ánimo el último día de
una buena propina.
De momento ayer me gustó su ritmo
y sus calculadas pausas, así que sin ningún pero, lo dejo ejercer en cabeza y yo
me coloco detrás junto a Gregorio. Caminábamos sin prisa y alborozados, aunque
el grupo poco a poco se va dividiendo en dos; los que siguen tranquilamente a
Agustín, y metros mas atrás, me coloco yo para marcar un ritmo un poquito mas
pausado con Carmen, Luisa, Mª José, Marisa, Miki y Rosana.
Pepe, con un poco, desde mi punto
de vista, excesivo ímpetu, se descuelga de uno a otro grupo haciendo fotos de
manera esmerada. Si no tiene precaución a esta altura, puede pagar estos sobre
esfuerzos e impulsos gratuitos...
El camino sigue nutrido de
exuberante bosque, pero poco a poco, conforme ascendemos, cada vez está
mas revocado por rocas volcánicas de áspera y rendida lava, y un polvo fino y
seco que parece harina parda, y te invade el gaznate y la nariz. Conforme pasan
las horas la espesura va menguando su altura, y entre los peñascos
aparecen las primeras Lobelias en su condición de pequeño arbusto, y
algunas ya desarrolladas como un efusivo y exótico árbol que parece sacado de
un pasado remoto.
Por detrás nos alcanza otro de
los guías, Abdul.
Abdul desde el primer día es la
jarana, y siempre va mancomunado con el contento y la gesticulación. Lo imagino
al emerger del vientre de su madre, ya desternillándose de risa. Aparenta
veintitantos años, y por su forma de andar, siempre con un aparente cojeo
rítmico musical de rapero explícito, capta inmediatamente el interés y la
sonrisa de quien lo mira, replicando a ella con otra que deja ver sus nacarados
dientes. Además, como no, para conquistarnos, y/o sugestionarnos (es listo el
tío), va ataviado con la camiseta oficial de la selección española de fútbol y
con un amplio manoteo nos exclama voceando:- “¡¡Grande amiccoooossssss!!
¡¡Sssspaañññaaa!!”...
Las horas caminando pasan
conformes poco a poco (“pole pole”), cometiendo breves paradas donde nos
reagrupamos, compartimos consideraciones, bromas, algún tentempié, (frutos
secos o gominolas), que traíamos de casa, y nos rehidratamos, aunque algunos
aun duden de la eficacia de este procedimiento que les hace orinar
continuamente. “Eso es señal de buena aclimatación”, les redundo
machaconamente..
Hoy mientras marchamos, entre
risas le explico a Gregorio, que Javier Ardanui (que es una gran persona, y un
deportista excepcional, pero muy muy tímido) es un famoso cantante de jotas
Aragonesas, o que Pepe, es un afamado torero jubilado; precisándole ante su
cara de estupefacción que es un torero, pues no tenía ni idea. - “Eso es muy
peligroso”, subraya Gregorio.
La animación y el buen ambiente,
es parte básica de la labor psicológica, para fraguar un “mas” ameno ascenso si
cabe, pero sobre todo para favorecer el vínculo de todo el grupo.
La escasa vegetación que
nos conducía hasta hace poco, se ha desvanecido dando
paso a un paisaje semidesértico, yermo y abrupto.
Caminamos por un terreno árido , que podría pertenecer a la superficie de cualquier desierto planeta, y al poco llegamos a nuestro destino: SHIRA HUT CAMP SITE. Refugio Shira (3.850 m.), donde como ayer, nuestro campamento en medio de otros muchos que ascienden esta misma ruta, ya está instalado.
Alguno del grupo ha comenzado a notar algún ligero dolor de cabeza, así que les insto para que tras comer tomen algún paracetamol y descansen. Esto es normal, y se les pasará. Se suma, cansancio, aclimatación y falta de oxigeno. Además, como siempre puntualizo con una frase lapidaria, frase que a partir de hoy será una máxima: “Si quieres ver el arco iris, tendrás que resistir la lluvia”.
Caminamos por un terreno árido , que podría pertenecer a la superficie de cualquier desierto planeta, y al poco llegamos a nuestro destino: SHIRA HUT CAMP SITE. Refugio Shira (3.850 m.), donde como ayer, nuestro campamento en medio de otros muchos que ascienden esta misma ruta, ya está instalado.
Alguno del grupo ha comenzado a notar algún ligero dolor de cabeza, así que les insto para que tras comer tomen algún paracetamol y descansen. Esto es normal, y se les pasará. Se suma, cansancio, aclimatación y falta de oxigeno. Además, como siempre puntualizo con una frase lapidaria, frase que a partir de hoy será una máxima: “Si quieres ver el arco iris, tendrás que resistir la lluvia”.
Después de comer, algunos se
quedaran descansando para recuperar estos ligeros síntomas, y con los que se
encuentren bien, damos un pequeño paseo para subir un poquito más de
desnivel.
Este paisaje inhóspito, es
igualmente idílico y la luz del atardecer hace que casi languidezca la
conversación, y gracias a lo que nos ofrecen nuestros ojos entramos en un
sensible estado de ensueño.
A las siete, nos sitia una hermosa noche en la que podemos distinguir la cruz del sur, y una vía Láctea tan aquilatada, que parece un formidable brochazo de estrellas.
A las siete, nos sitia una hermosa noche en la que podemos distinguir la cruz del sur, y una vía Láctea tan aquilatada, que parece un formidable brochazo de estrellas.
Cenamos de nuevo animosos,
reforzando la buena cena con algún sobre extra de jamón, y nos disponemos
a descansar preparándonos para lo mejor...al día siguiente subimos hasta
4800mts, y la incertidumbre es mucha.....
Personalmente, pienso que es un día clave: Shira Hut - Barranco Hut (13 kilómetros; de 3.850 a 3.950 metros, pero pasando por Lava Tower, y esos 4.800 metros. Esta etapa, y el realizar los campamentos en tiendas y no en refugios (tema que le da mas legitimidad), fueron los motivos por los que escogí esta ruta de ascenso. Me parece una jornada clave para la aclimatación.
Personalmente, pienso que es un día clave: Shira Hut - Barranco Hut (13 kilómetros; de 3.850 a 3.950 metros, pero pasando por Lava Tower, y esos 4.800 metros. Esta etapa, y el realizar los campamentos en tiendas y no en refugios (tema que le da mas legitimidad), fueron los motivos por los que escogí esta ruta de ascenso. Me parece una jornada clave para la aclimatación.
Hoy ha sido otro buen día, y no
observo en nadie ningún indicio o síntoma, mas allá de los corrientes, que
pudiera predecir el fracaso de su aclimatación.
Los hombres pagan sus grandezas
con muchas pequeñeces, y sus victorias con muchas derrotas.
Cansado me rendí a los placeres
del sueño.
Joder!!! Esto es peor que las series de tv. Termina el capitulo y te quedas con la miel en los labios esperando él siguiente. Muy buenos como siempre Javi. Envidia cochina
ResponderEliminarEstoy como Angel B , me falta oxigeno esperando el resto. Saludos.
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