Esta vez el
pretexto, era mucho más preciado que acercarnos simplemente en familia a pasar
un fin de semana a Barcelona. Incluso más que correr yo una carrera... (No sé
cuantas he corrido en mi vida... no las cuento)...
El argumento
principal, era el deseado debut de Rosana en una media maratón.
Todos recordamos lo imborrable e ilusionante de esa
primera, en este caso media maratón.
Cuando se
decidió a hacerlo, yo le insistí para que su debut fuera allí o en una media
similar y no en la de Barbastro.
Pienso que es
mejor hacerlo en una gran carrera
rodeado de casi 14000 personas heterogéneos de muchísimos niveles, donde
sentirte totalmente cobijado y distraído, y además amparado en el anonimato que
no tienes en tu pueblo, con la intimidación adicional que ello supone. Bastante
tienes ya con todos los miedos, como para añadirle algunos adicionales.
Siiii, también
de paso, era la primera que yo corría tras la operación de menisco de noviembre;
mi primera carrera tras la rotura del menisco en septiembre, y además, cabezón
de mí, “ya que estaba en harina”, una
vez mas (por si acaso decido ir), se me puso en la cabeza auto imponerme el
lograr la marca para entrar directo sin sorteo en el maratón de Nueva York
2016.
Pero... al
llegar la cita mis sensaciones físicas, eran muy malas, porque arrastraba un
catarrazo desde el miércoles que me dejó tocado, y casi hundido.
Así que en la
salida tenso, subyugado y resignado a tomármela como un entrenamiento, y si
fuera necesario como en otras ocasiones, pararme (no será la primera vez); esta
vez con el aliciente de esperar a Rosana y terminar tranquilamente con ella.
Salía del primer cajón, así que la salida fue muy rápida,
y porque mentir, salí dispuesto a intentar ir lo más rápido que pudiera,
determinando fuerzas y evaluando sensaciones kilómetro a kilómetro... a ver qué
pasaba...
Sobre el
kilómetro cinco o seis, no marchaba cómodo, y eso me inquietaba; Desazón en el
compás, y la zancada con sensación de ser un pedazo de madero en vez de un
corredor, aunque me mantenía en ritmos de 3’50/55”, cosa que me sorprendía.
Decidí
disminuir el ritmo un punto buscando un orden físico que nunca llegó. Así que
me dispuse a marcarme objetivos parciales.
“A ver si
llego al Km. 10...”. Paso el Km. 10 en unos 39 m, y decido intentar llegar
hasta el 15 y finalizar de apurarme. ... 12, 13,...
Kilómetro 15.
Aunque desalentado y mustio, sigo rodando justo por debajo de 4’ el Km. Así que
para
motivarme, intento vislumbrar la posibilidad de que si resisto, puedo
conseguir algo que a priori había descartado.
“Hacer hoy mi marca para NY 2016”. En mi margen de edad (de 45 a 49
años), menos de 1h 25 m, y llevo el ritmo justo para ello...
Me voy
exhortando a mí mismo, pero sin lanzar las campanas al vuelo.
Km. 14, larga
recta. ¡Aguanta! me reitero una y otra vez....
Es hora de
disponer mi mente para ser más fuerte que mi cuerpo.
De quitarme
esa vehemente mala disposición, y no dejar pasar oportunidades.
Miro atrás en
el giro, y veo lejos a los prácticos de la hora veinticinco....
Así que decido
aguantar. ¡Solo son cinco kilómetros más!... El último no lo cuento, porque ese
sé, que por mal que estés, de repente te entra el estimulo del regocijo de
la victoria, y misteriosamente aparecen
fuerzas de flaqueza.
Aguanto y
asomo apretando los dientes a la recta de meta, y veo como en el crono brinca
justo la hora veinticuatro, así que me guarnezco de orgullo y pretensión, y
subo el ritmo lo mas que puedo para pasar la línea antes del minuto
veinticinco. ¡¡¡Lo logro!!!. No hay mal
que por bien no venga....
Llamo
enseguida a Rosana. Está cerca del km 14, anda con Rafa y José Mª, y va bien.
Me cambio de
camiseta gracias a Eva que nos aguarda en meta ejerciendo de guardería con Juan
(su hijo) y Nayra (mi hija) (¡Gracias Eva!), Me coloco de nuevo el dorsal, para
disimular en carrera, y me dirijo trotando contracorriente hasta el Km. 17
donde me topo con ellos.
Antes me he
cruzado con varios amig@s a los que he ido animando. Que ambientazo y cuanta
gente.
Que cara de felicidad lleva Rosana. Va sobrada, y muy
distraída con la fluida conversación del bueno de Rafa (Gracias Rafa), y se la
ve feliz. José Mª ya los ha dejado hace poco para darse él un poquito de caña
(Gracias José).
¿Cuántas veces nos ponemos infinidad de metas, o nos
prometemos a nosotros mismos que este año sin falta será el que las llevemos a
cabo esto o aquello?. Muchas.
Y muchas veces esos proyectos, esas ilusiones acaban
convirtiéndose en frustraciones, porque nunca las llevamos a cabo.
Hoy solo hay que contemplar a Rosana, para darse cuenta
de lo contrario. De las veces que si
estamos en la fase de hacer, de conseguir lo que queremos, lo que habíamos
soñado e imaginado.
¡Se lo merece!. Una actitud positiva y buena, consigue no
solo su objetivo, sino disfrutar del proceso.
Su actitud, sus pensamientos, fuerza y determinación, han
sido sin duda el motor que la ha llevado a ello.
La actitud es el motor de las ilusiones. ¡Ha sido un gran
día!.
Muchas veces la felicidad no viene servida por ti mismo y
tus circunstancias, entonces te la ofrece alguien a quien quieres, y notas
feliz.
Si un sueño se frustra, puedes quedar herido. Herido por
decepción. Otro absurdo juego de márgenes y batallas irresueltas, al que nos
gusta jugar.
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