lunes, 10 de agosto de 2015

AIGÜETA



Pienso que solo hay que tenerle miedo al miedo en sí mismo, porque nos impide ponernos en movimiento, y puede llegar a paralizarnos o a encaminarnos a un fracaso por eso mismo, por miedo.
El valor no está en la ausencia del miedo, sino en la facultad de persistir y avanzar a pesar de él.
El miedo previene, nos pone alerta, y nos alecciona para andar con precaución. Cuando se habla de vencer el miedo, tus miedos, no se trata de anular toda intimidación, se trata de tomar conciencia de las causas, y aprender a vencerlas.
Todo lugar tiene un alma única.
Un alma marcada por su carácter natural y estimulante.
Ese alma o espíritu, es accesible prosaicamente, o bien a través de germinar una emoción especial que te pone en contacto con tú propia alma.
Puedes acercarte a ese lugar a través del conocimiento físico: vegetación, superficie, relieve..., o bien como a mí más me gusta; a través de tú conexión personal y tus sensaciones al ver y sentir ese paisaje, ese río, valle o montaña
La Aigüeta de Barbaruens es muchas cosas:
Matices de luz, olores que trae el viento, fragancias y  perfiles de su atmósfera, el sonido del agua, e incluso detalles tan sutiles, que sólo podremos reconocer entrando a ella con un estado de conciencia análogo al lugar.
Entonces, es cuando mantienes una relación directa, y consciente, con el alma de ese lugar.
Por un instante, por unas horas, te conviertes en parte de ella.
Es un proceso de asimilación, que a partir del conjunto de tus vivencias, de tu experiencia, se abre en el tiempo.
Vivencias, recuerdos, evocaciones.
En cada poza, en cada salto de agua, el espacio pasa a formar parte del ser, casi cargado de un significado entre el recuerdo y el rito.
Se convienen, deporte, naturaleza, fiestas, ritual, e incluso se reconocen cualidades de tu propia identidad.
Conforme se acumulan vivencias relacionadas con un lugar,  con el tiempo, la identificación con él se acentúa, y deseas que todo siga igual, que nada cambie.
En un mundo que todo se mueve vertiginosamente, acercarse a un paraíso como la Aigüeta de Barbaruens y además en buena compañía; compañía que sabe apreciarla como tú mismo, te produce una armónica relación con la naturaleza y contigo mismo, y te acerca a la satisfacción.
Porque como tú mismo, tiene  un poco de todo: resaltes, remansos, rampas, vetas y torrentes... en definitiva, “luces y sombras”.
Es un placer compartir mi barranco favorito del Pirineo.
“Todos tenemos poder sobre nosotros mismos”.
Cada vez que actúas a pesar de tus miedos es un triunfo; y con este triunfo estas venciendo tus limitaciones.
Y cada vez que lo haces, sientes ese subidón que se atesora y aparece esa soberbia sacudida combinación de adrenalina, optimismo, y confianza.
“Que el miedo no te impida realizar aquello con lo que sueñas”.
Los seres humanos, estamos concebidos para muchas cosas. Entre ellas para conocernos, para darnos, y para aprender unos de otros y abrazarnos de muchas y diferentes formas.
Incluso en cierta forma y muchas veces sin darnos ni cuenta, todos podemos contagiar a los demás de nuestros estados de ánimo, aficiones o gustos, tanto positivos como negativos. Y claro, los demás también nos pueden contagiar a nosotros.


Una buena filosofía en la vida, es desarrollar la capacidad de aprender de las personas normales como nosotros mismos, y que "aparentemente" no tienen o tenemos nada que enseñar.
Personas que sin decir nada, te lo dicen todo, y desde un principio te hablan entre otras muchas cosas de humildad.
El miércoles llegue a casa con una sonrisa que  aún dura recordando instantes : amistad, incertidumbre, titubeos, sonrisas, impulso,  aprendizaje,  miedos , satisfacción y orgullo, todo conciliado en La Aigüeta de Barbaruens. 



1 comentario:

  1. Yo fui una de esas personas que acercaste con tu calma y paciencia a esos tus barrancos y que aunque todavía no ha superado todos sus miedos ahora se han convertido en ese subidón de adrenalina, optimismo y confianza que tan bien describes. En cuanto a la Aigüeta fue allí donde se inventaron los colores y la luz. Ojala no cambie nunca.

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