jueves, 14 de abril de 2016

BURDEOS POR RELEVOS

Si un pajarito te dice que estás loco, debes estarlo porque los pajaritos no hablan.
Dudar de ti mismo, lucidez; Dudar de los demás,  desconfianza.
Así que mucho mejor lúcido que desconfiado.
Ya recomendé ávidamente las carreras o maratones por relevos desde que hace dos años participé en el maratón de Milán en esta modalidad.
Son carreras asequibles para cualquier corredor principiante, y por agradables divertidas y cordiales, igualmente recomendables para un corredor experimentado.
En Burdeos (Bordeaux), al igual que en Milán, lo hemos pasado fenomenal. Antes, durante y después. Fin de semana de deporte, turismo, amistad, gastronomía, camaradería y risas. Buena fórmula.
Previamente, antes de llegar allí, durante algún mes, se propaga la rivalidad y el pique “sano”... para crear ambiente. 
Y en esta ocasión más, porque habíamos resuelto participar en dos equipos diferentes y heterogéneos, con lo que ello conlleva: fichajes, entrenos ocultos, tácticas, malas artes, e incluso intentos de soborno.
Gallifantes: (Paco, Carmen, Rosana y Julito), contra Stallones: (José Hernan, Rafa, Ruth y un servidor). Los nombres fueron cosa de Paco...
Pero, al final, una vez allí en Buerdeos, durante la comida previa a esta maratón nocturna en el muy recomendable restaurante “Le Cochon Volant”, quizás favorecidos por un excelente vinito de Burdeos, al que precedieron como vermú ostras y gambas en el mercado des Capucins, resolvimos ir en contra de nuestros actuales políticos, y pactar un tratado de alianza y no agresión durante la carrera, e ir junticos de dos en dos en cada relevo.
Así que para no aburrirme esperando a mi cuarto relevo, que sería mas o menos a las once y media de la noche, decidí acompañar a los dos relevos precedentes y terminar así con 31kilometros en mis piernas por las afueras y las calles del centro de Burdeos.
A las 20:30h se dio la salida a los 900 equipos por relevos, mas los casi seis mil individuales.
El primer relevo de doce kilómetros corrió a cuenta de Paco y José Hernan, que teniendo en cuenta el embotellamiento y el lento avance de la salida, se plantaron en poco mas de una hora en el  box del segundo relevo.
Que decir de los versados e internacionales (Londres, Nueva York, Milán, Viena, etc...)  Paco y José Hernán. Seguro que estuvieron vigilándose de reojo, pues un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Y el poder de ser el primer relevo, conllevaba la responsabilidad de cumplir el tratado verbal de no-agresión.
Pero todos confiábamos en la eficacia de mediación de José Hernán, siempre que el ritmo de Paco lo dejara articular palabra.
Así pues llegaron hermanados como apalabramos y partimos el segundo relevo en el kilómetro doce. Yo ya desde aquí escoltando a los titulares, en este caso Carmen y Rafa.
Carmen debutaba en carreras internacionales mas allá del coso de Barbastro, junto al diestro y  curtido en mil batallas Rafa, que aquí reaparecía como los toreros que primero se retiran, pero después no pueden evitar reaparecer; a veces por añoranza, a veces por dinero. No sé cuál seria el caso de Rafa...
Fueron seis kilómetros, casi siete de iniciación y enseñanza para Carmen, y también para mí. Porque de Rafa se puede aprender mucho en pocos kilómetros. 
Observándolo, puedes reconocer la veteranía de un soldado por el contenido de su cartuchera; el novato lleva cartuchos, el veterano solo lleva comida. Rafa es veterano y se nota. 
No gasta ni un cartucho que no merezca la pena ser gastado. Corriendo junto a él, recuerdas esa fábula de un gusano que al cruzar las vías del tren perdió el culo. Cuando fue a buscarlo, perdió la cabeza.
Moraleja: No hay que perder la cabeza por ir detrás de un culo... Rafa añadiría: - “Siempre y cuando ese culo corra más rápido que tu, si va mas despacio, es otro cantar”.
Carmen se graduó en la carrera con matricula, y fue proclamada Doctora honoris “pausa”, por su ritmo pausado pero firme y constante.
Llegamos al tercer relevo, y acompañé del mismo modo a Rosana y Ruth que se hicieron cargo del mismo durante diez kilómetros más.
Y lo hicieron fenomenal. Proporcionalmente a sus ánimos y buenas sensaciones, incrementamos poco al poco también la cadencia.
Las dos partían con recelo por falta de entrenos. Pero ese recelo se esfumó.
Se fueron viniendo arriba, y habrían corrido diez kilómetros mas si así se lo hubieran propuesto. Tras su tramo aparecieron eufóricas y sobradas. En un lugar donde caga tanta gente, hace fuerza el mas cobarde, y se caga el mas valiente.
Y llegamos al último relevo. El mío con Julito. 
Nos ajustamos los dorsales, y salimos zumbando para cubrir los catorce últimos kilómetros.
Trece, teniendo en cuenta que un kilómetro antes de meta nos reagrupábamos con el equipo para realizar un paseo triunfal hasta meta.
Julito tiene experiencia y no tiene un pelo de tonto ;). Además está ahora fuerte que paque, pero al no salir en el lugar natural de su ritmo de carrera, si no mucho más atrás, al adelantar a tanta gente,  corría mas desorientado que Adán el dia de la madre...
Y se vino arriba, y como decía se sentía como un Keniata.
No sé el numero de corredores que adelantamos durante esos kilómetros, pero fueron muchísimos.
Kilómetros en los que Julito fue auto imponiéndose el mandamiento del pobre: “Antes reventar que sobre”...
Por eso mismo, llego al kilómetro once de los catorce desmedido, pero más cansao que Bruce Willis en la jungla de cristal.
Llegamos al kilómetro 41, y allí felices, braceando, en el box, se hallaban todos nuestros compañeros para marchar juntos hasta la línea de meta celebrándolo.
Al final locura; bueno, disfrutamos cada minuto de ella. Que bien salió todo.
El pretexto era: Una maratón por relevos en Burdeos.
El edicto: nueve amigos. Ocho que participamos, y Merche, que aunque en esta ocasión no tomó la salida, se dejó la piel animando y acompañando.
Objetivo: Un fin de semana de respiro con ganas de disfrutar de todo: de la carrera compartida, el turismo, la gastronomía, y sobre todo de la compañía.
En un fin de semana como este aquí, o tantos otros que compartes en diferentes ámbitos, eres sabedor, de que para tus amigos nunca serás un mero individuo.
Porque individuo, es un concepto para determinar a gente que pasa, pero que no te traspasa.
Y si algo tienen los amigos, es eso, que traspasan.
Algunas personas se quedan en la memoria, y otros no.
Siempre hay que buscar el momento y la oportunidad de vivir lo que tenemos, y lo que nos importa con gente que te traspasa.



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